Desmontando a "PODEMOS" (1)
La Tribuna del País Vasco-Fernando José Vaquero Oroquieta (30/5/2014): Pedro Arriola, gurú de Mariano Rajoy y de su Partido Popular, en una reciente comparecencia pública empleó el término “friki” para abordar la eclosión de “Podemos”. Por su parte, Rosa Díez se sirvió de otro concepto en boga, el de “populismo”, para caracterizar a la novísima formación de la que todo el mundo habla; incluyendo en el mismo a fuerzas tan dispares como el Frente Nacional francés, el SYRIZA griego, el Movimiento Cinco Estrellas del italiano Beppe Grillo, etc.
Son dos de las numerosas aproximaciones que, realizadas desde posiciones políticas e intencionalidades muy diversas, tratan de explicar este fenómeno que ha empañado a la cifra realmente ganadora en los pasados comicios europeos del 25 de mayo: la de una abstención que, acaso, haya inmovilizado más a las derechas que al conjunto de izquierdas; revigorizadas gracias a “Podemos”, aunque, de momento, algo más fragmentadas.
Pero, más allá de estos calificativos, despectivos o escasamente explicativos, ¿qué es “Podemos”? ¿Cuál es su naturaleza política? ¿Es posible caracterizar, más allá de sus fáciles eslóganes y propuestas populista irrealizables (incluso coincidentes en algunos aspectos económicos con sus genéticamente contrincantes del Frente Nacional), y con rigor, tan contundente fenómeno mediático y de masas?
Además de estos interrogantes básicos, las actuaciones y afirmaciones de “Podemos” plantean otras cuestiones algo más triviales pero no, por ello, menos relevantes. Así, aseguran, entre otras, que son jóvenes sin experiencia política; que el suyo es un proceso democrático abierto a la ciudadanía; y que únicamente se han financiado con apenas 300.000 euros. ¿Es cierto? ¿En todo, en parte, nada acaso? Lo iremos analizando en dos breves artículos sucesivos.
Manifiesto fundacional de Podemos
Los orígenes orgánicos más remotos de “Podemos” hay que señalarlos en un manifiesto público, fechado el 14 de enero de 2014, por el que se convocaba a «recuperar la soberanía popular» mediante una candidatura para las europeas, proponiendo, a tal efecto, un proceso electoral «participativo y abierto a la ciudadanía».
Lo encabezaba la siguiente propuesta, dándole título: «Mover ficha: convertir la indignación en cambio político». En dicho manifiesto se insistía en la necesidad de constituir una alternativa a la actual situación de crisis económica y política que vive España, así como en las posibilidades de cambio real que entrañaba la coyuntura actual. Y lo firmaban casi treinta activistas, entre otros: Juan Carlos Monedero, profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid; el actor Alberto San Juan; Jaime Pastor, profesor de Ciencias Políticas en la UNED; el escritor y filósofo Santiago Alba Rico; el sindicalista Cándido González Carnero; y Bibiana Medialdea, profesora de Economía en la UCM (Consulta del manifiesto).
El manifiesto en cuestión disfrutó de una notable repercusión entre los medios digitales de izquierdas. Llegados aquí, es necesario recordar una circunstancia. Un fenómeno mediático característico de estos últimos años, asociado al desalojo del poder del PSOE por el Partido Popular, ha sido el espectacular crecimiento de diarios digitales que han proliferado en la red de redes, más o menos a la izquierda del PSOE; en general magníficamente elaborados, con buenos profesionales, medios informáticos notables, y abundantes informaciones escritas y gráficas de marcado signo ideológico siempre izquierdista. Hablamos, entre otros, de Público, El Diario, Info Libre, Nueva Tribuna, Tercera Información, Diario Progresista, Diagonal Periódico, etc.
En este marco informativo, escasamente seguido desde medios conservadores, se publicó pocos días después en el dirigido por Ignacio Escolar, concretamente el 21 de enero de 2014, una noticia que pasó desapercibida fuera de esos digitales izquierdistas. En la misma se aseguraba, básicamente, que la estructuración de Podemos estaba dirigida por un pequeño partido radical: Izquierda Anticapitalista (IA).
¿Podemos versus Izquierda Unida?
Entre otros abundantes datos, procedentes de la documentación elaborada por esta pequeña pero muy activaformación de raíces trotskistas, se destacaba en dicha noticia que la secretaría confederal de Izquierda Anticapitalista (máximo órgano directivo) habría fijado «los puntos políticos de la propuesta de proceso de cara a las elecciones europeas» en un boletín interno de principios de enero (Enlace Nº 82). Así, se afirmaba que existía la posibilidad de impulsar una candidatura para las elecciones europeas dada la concurrencia de varios factores: «La presencia de una serie de personalidades con proyección mediática como cara pública del proyecto, lo cual nos abre la opción de conectar con sectores de la población de izquierdas insatisfechos con las organizaciones tradicionales». Se refería, al parecer, a Pablo Iglesias. Otros factores serían, a su juicio: «La situación de impasse de las fuerzas independentistas de izquierdas de cara a las europeas», la posibilidad de «utilizar las elecciones como un “momento político” en donde podemos avanzar en la construcción de Izquierda Anticapitalista y de espacios amplios de ruptura», y «el giro a la derecha de IU, que cada vez parece más destinado a preparar un Gobierno “de izquierdas” con el PSOE». El primer borrador del proyecto de IA presentaba, ciertamente, numerosas semejanzas con el publicado el 14 de enero y ya considerado como fundacional de “Podemos”: frases textuales de la introducción, un decálogo, etc.
Tal documento fue discutido en las asambleas locales de IA hasta su aprobación el 11 de enero. Según las fuentes consultadas por eldiario.es «Lo de Pablo Iglesias no es tanto una iniciativa de IA, como de una parte de su dirección que, tras unos sondeos con él, miembros de la Fundación CEPS y algunos integrantes de Juventud sin Futuro, se pone en marcha. Esto ha generado malestar en parte de Izquierda Anticapitalista, porque el proceso no responde a la cultura tradicional de la izquierda: es una propuesta que se encuentra la organización tras encuentros informales de parte de su dirección». Otros, por el contrario, defendían que el proceso observaba todas las garantías democráticas internas. Por último, se señalaba que el citado estaría perfectamente planificado, habiéndose elaborado un calendario que, básicamente, fue el que siguió “Podemos”.
Inmediatamente empezaron a circular por internet, en numerosos foros de izquierdas (Rebelión.org, Alasbarricadas.org, Kaosenlared.net, etc.), contradictorias interpretaciones sobre la naturaleza de “Podemos”; marcadas por la pertenencia de los comentaristas a alguna de las numerosísimas facciones radicales de izquierdas. Para unos, “Podemos” era fruto de una cultura asamblearia de izquierda, en contraste con un modelo más rígido (leninista) propio de la principal tradición de los partidos de izquierdas; otros opinaban que era una apuesta de determinados grupos (la dirección de IA) dirigida contra Izquierda Unida; etc., etc. Pero, en su mayoría, partían de la siguiente afirmación: «”Podemos” es la marca blanca de Izquierda Anticapitalista tal y como demuestran sus documentos internos».
Y, por si quedaban dudas, en Enlace Nº 84 de IA, fechado el 5 de marzo, se afirmaba, entre otras cosas, que el partido se encontraba «lanzando una iniciativa con personalidades con una cultura política populista pero que contaban con un poder de convocatoria muy importante y con una innegable popularidad». En ese Enlace Nº 84 se proponía, en consecuencia, trabajar en el interior de los Círculos Podemos –su principal elemento organizativo- dado que «la innegable influencia de nuestr@s militantes en ellos en muchos territorios nos puede permitir tener un peso determinante en la batalla». Concretaban aún más: «La operación con Pab [significaría Pablo Iglesias] nos habrá permitido dar un salto en muchos aspectos: gente organizada, discusión política, cambio parcial de la correlación de fuerzas con respecto a la izquierda reformista» (Ver referencia).
Semejantes disquisiciones -que pueden consultarse en numerosos foros y digitales izquierdistas de internet, avaladas por referencias doctrinales de todo tipo, incluso larguísimas citas textuales de “clásicos” del marxismo como Trotski, Marx, Lenin, Stalin y Mao- y que a la mayoría de ciudadanos interesan muy poco, tienen en realidad mucha relevancia; pues, de ser verídicas las informaciones objetivas que las habían originado, se desvelaría que una de las señas de identidad de la que tan orgullosos se muestran en Podemos -su espíritu asambleario, abierto y no prefigurado en sus objetivos últimos y medios de actuación- no correspondería con la realidad.
Así es: de ser cierta semejante planificación estratégica, elaborada por un pequeño equipo dirigente, más o menos oculto -y los documentos que abundantemente circulan por internet parecen acreditarlo- nos encontraríamos ante una gran impostura: en contra de lo afirmado reiteradamente, Pablo Iglesias y su estrecho equipo seguirían una agenda cerrada, perfectamente planificada y de una identidad ideológica muy marcada. De proceso abierto a la ciudadanía, pues, nada de nada. Llegados a este punto del recorrido, debemos interrogarnos sobre la naturaleza y realidad de IA.
Izquierda Anticapitalista y el Trotskismo
IA es un grupo bastante reducido, numéricamente hablando, pero de una larga e intensa actividad política en la periferia o en el seno de Izquierda Unida (según el momento de su historia), fruto de uno de los principales colectivos resultantes de la unión, tras un largo proceso de debates, hacia 1989, de las que fueron algunas de las organizaciones más radicales y potentes de la extrema izquierda en los años finales del franquismo y en la Transición: la Liga Comunista Revolucionaria y el Movimiento Comunista.
Bien puede resumir su complejísimo periplo -jalonado por múltiples estrategias, cambios de denominación, publicaciones, participación en variadísimas estructuras de todo tipo (políticas, culturales, vecinales, internacionalistas, feministas, antiglobalización, pacifistas, ONGs, etc.), escisiones, expulsiones, etc.- el siguiente texto que tomamos prestado de una facción trotskista rival de IA. «Detrás del proyecto “Podemos” se encuentra Izquierda Anticapitalista (IA) cuyos veteranos dirigentes militaron anteriormente en Izquierda Unida y, hay que señalar, manteniendo en muchas ocasiones posiciones muy incoherentes. A finales de 2008 decidieron abandonar IU al calor del avance de sus fuerzas hermanas en Francia y Portugal (El NPA, Nuevo Partido Anticapitalista y el Bloco de Esquerdas). Pero tras el fracaso que cosechó Izquierda Anticapitalista en las elecciones europeas de 2009 (apenas 20.000 votos) y las dificultades manifiestas que han tenido para rentabilizar políticamente el movimiento explosivo del 15 M, han buscado en el tirón mediático de Pablo Iglesias la forma de resituarse en el panorama político». Así lo resume un análisis fechado el 1 de marzo pasado, de la Corriente Marxista El Militante -la organización trotskista que fundara y sostiene el ocasionalmente célebre Sindicato de Estudiantes, manteniéndose, con dificultades, en Izquierda Unida- y que por esa condición ideológica, rivaliza en “pureza revolucionaria”, “coherencia programática” y “corrección interpretación científica”, con esta otra facción trotskista que es Izquierda Anticapitalista.
Huelga decir que existen otros grupúsculos trotskistas, rivales entre sí, de ámbito internacional, que reivindican el espíritu originario de la Cuarta Internacional que fundara el mismísimo León Trotski en 1938, a saber: Secretariado Unificado de la IV internacional, Corriente Marxista Internacional, Comité por una Internacional de los Trabajadores, Liga Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional, Unidad Internacional de los Trabajadores, International Socialist Tendency, Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional, Fracción Trotskista-Cuarta Internacional. Organizaciones, todas y cada una de ellas, con sus respectivas secciones nacionales, radicadas con mayor o menor fortuna en España, sus secretariados internacionales, sus órganos de expresión. De ahí ese dicho, fruto de la sabiduría popular de aquellos años de la Transición, que así decía: «un trotskista, una célula; dos trotskistas, un partido; tres trotskistas, una escisión; cuatro trotskistas, una unificación, dos escisiones y dos abandonos».
De reproducirse en “Podemos” semejantes dinámicas –tan características de las facciones izquierdistas radicales de todas las escuelas-, su futuro se presentaría poco halagüeño; pero, ciertamente, nunca habían disfrutado de un éxito popular semejante, por lo que se cuidarán mucho -muchísimo-, o deberían hacerlo, de no cometer tan reiterados errores del pasado. Incurriendo en guerras intestinas, incomprensibles para la mayoría de los mortales a causa de tan elevadas dosis de abstracción ideológica, se desanimaría a la militancia; trasladándose de paso al público en general la percepción de que semejantes fricciones lo eran de naturaleza más sectaria que política. Y no hablamos de meras hipótesis: recordemos, aquí, el caso de Lutte Ouvrière.
Se trata de una pequeña formación trotskista de pasada, fulgurante y efímera fortuna; no en vano, con su candidata a la Presidencia de Francia en 2002, Arlette Laguiller, alcanzó nada menos que el 5,72 % de los votos, es decir, más de 1.630.000. Y señalemos que lo consiguió en competencia con otra fracción trotskista: la Liga Comunista Revolucionaria que, con Olivier Besancenot, sumó más 1.210.000 votos; un 4,23 % del total. Unos resultados que sorprendieron tanto como asustaron a la opinión pública francesa. Esta LCR francesa formaría, años después, el ya mencionado Nuevo Partido Anticapitalista, en el que se inspirarían sus correligionarios españoles. Por su parte, LO inició un rápido declive marcado por ciertos escándalos, el descubrimiento de células “secretas” de sus militantes infiltradas en los grandes partidos de la izquierda francesa, escisiones, expulsiones…
Para no cansar más al lector, en este itinerario que pretende desvelar algunos de los interrogantes que plantea Podemos, continuaremos respondiéndolos, en la medida de nuestras posibilidades, en un artículo que insertaremos en La Tribuna del País Vasco en la próxima semana.
En el mismo hablaremos, un poquito, de algunos de los dirigentes y militantes más destacados de Izquierda Anticapitalista implicados en “Podemos”; mencionaremos las principales referencias ideológicas de ambas entidades; y nos plantearemos las razones de su formidable éxito electoral y de su incuestionable impacto social.
Desmontando a "PODEMOS" (2)
La Tribuna del País Vasco-Fernando José Vaquero Oroquieta (5/6/2014): En el artículo anterior, "¿Frikis o bolcheviques?", nos hemos aproximado a la naturaleza del fenómeno electoral y social de la novedosa –o no tanto- PODEMOS, así como de la existencia de una organización de larga trayectoria, Izquierda Anticapitalista, determinante en su génesis, impulso y diseño táctico/estratégico.
En esta ocasión, finalizaremos nuestra aproximación abordando las siguientes cuestiones: una mínima reseña de algunos destacados militantes de IA implicados en la novedosa coalición izquierdista, referencias doctrinales de ambas entidades, y unas inevitables reflexiones en torno a las razones de su incuestionable éxito electoral e impacto social.
Algunos nombres significativos de Izquierda Anticapitalista
Volvamos a PODEMOS y a la presencia de las mujeres y hombres de Izquierda Anticapitalista en su génesis y dirección. Y lo haremos de un modo un tanto aleatorio: rastreando algo entre los nombres más reiterados en la sobreinformación que estamos sufriendo al respecto. La sorpresa se produce al comprobar que no ha sido necesaria una investigación sistemática, de la nomenclatura más conocida, para encontrar una presencia tan significativa y relevante.
Empezaremos por Jaime Pastor, uno de los firmantes del manifiesto de 14 de enero de 2014, e histórico dirigente y fundador en 1971 de la sección española de la Liga Comunista Revolucionaria. Es uno –o el mayor incluso- de los dirigentes supremos de Izquierda Anticapitalista.
El actor Alberto San Juan, otro de los firmantes del manifiesto fundacional, ha apoyado diversas iniciativas de IA, acudiendo como ponente a su Universidad de Verano y participando en actos de este grupo desde hace años; haciendo públicas, en diversas entrevistas, sus altas expectativas en Izquierda Anticapitalista.
Encontramos a otra dirigente de IA entre los primeros candidatos de PODEMOS, y ya europarlamentaria europea: la profesora, y antigua portavoz de la Marea Verde, Teresa Rodríguez.
Daniel Albarracín: De la Comisión de economistas de Izquierda Anticapitalista, forma parte del equipo humano más próximo a Pablo Iglesias.
Íñigo Errejón es otro de estos nuevos rostros mediático. Politólogo y redactor de Viento Sur, revista impresa de Izquierda Anticapitalista. Aunque joven, es un antiguo militante radical. Está circulando por las redes, últimamente, un vídeo en el que participa activamente en el escrache sufrido por Rosa Díez, el 22 de octubre de 2010, en su intento de impartir una conferencia en la Facultad de Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. Por cierto, se observa a un modosito Pablo Iglesias, animando a los activistas, para sentarse, poco después, en una silla, discretamente, como si nada.
Otro de los militantes más destacados de IA aupados a la dirección de PODEMOS, es Miguel Urban, candidato número 7 a Europa por la formación, en su reseña biográfica, inserta en la web de la coalición, se omite esa militancia en IA. Activista estudiantil y social es autor, entre otros muchos textos, de uno muy significativo, publicado el 10 de febrero de 2014, titulado «Todo el poder para los Círculos». Por cierto, ¿no les recuerda éste nuevo al decisivo eslogan bolchevique de «todo el poder para los soviets»?
Juan Carlos Monedero: Al experto internacionalista y bolivariano, codiseñador del «Socialismo del Siglo XXI», también se le considera, según diversos foros izquierdistas, próximo a IA; si bien no hemos encontrado conexión orgánica expresa.
Carlos Fernández Liria, además de ensayista que se atreve –y lo hace muy bien- con otras disciplinas, es uno de los referentes de diversos movimientos sociales de signo radical-progresista. Formó parte de la candidatura de Izquierda Anticapitalista a las Elecciones al Parlamento Europeo del año 2009. Ya en un artículo de 22 de enero pasado, publicado en Rebelion.org y reproducido en diversos medios, manifestó su apoyo a la filosofía, dinámica y oportunidad del entonces novísimo proyecto.
Por último, ya que hablamos de antiguos o actuales militantes trotskistas, y aunque en este caso no nos conste que milite expresamente en la coalición, ¿les suena un tal Jaume Roures? Efectivamente, nos referimos al magnate mediático que fundara La Sexta, Mediapro y el diario impreso (ahora, digital) Público. Casualidades de la vida…, otro viejo militante de la LCR que viene dando cancha a PODEMOS en sus medios próximos. Pero, en realidad, encontramos antiguos –o no tanto- trotskistas, en lugares muy dispares. Así, el prestigioso economista liberal Joaquín Trigo militó en la LCR en su momento. Años después, alcanzaría altos cargos directivos y docentes, entre otras prestigiosas entidades, en el Instituto de Estudios Económicos; llegando a ser patrono de FAES. Por su parte, el representante del ala liberal de CiU Antoni Fernández-Teixidó, militó en otra facción trotskista: la Liga Comunista (a secas, no confundir con la LCR). Todo ello, según relata Pepe Gutiérrez Álvarez en «El “caso Verstrynge” como pretexto».
Por supuesto que todo el mundo puede cambiar, evolucionar, y no tiene por qué pedir perdón por ello, salvo actuaciones delictivas; aunque nos sigue sorprendiendo la capacidad de “mirar hacia otra parte” cuando se les menciona los genocidios practicados por los diversos regímenes comunistas experimentados brutalmente a lo largo del siglo XX en todo el mundo. Pero siempre nos quedará la duda de si entre los ex-trotskistas sucede lo que en otros ámbitos. Es el caso de la extrema derecha en la que se afirmaba: «quien fue escuadrista de joven lo seguirá siendo toda la vida». No afirmaremos tanto, pero parece que quienes participaron en similares experiencias radicales, exteriorizan análogas actitudes: elitismo intelectual, capacidad de dirección, buenos contactos sociales, adaptación y maniobra, tendencia a la experimentación social…
Referencias ideológicas
Veamos unas pocas referencias doctrinales ilustrativas de la supuesta relación de ambas entidades.
Juan Carlos Monedero: De entrada, ¿cómo se autoconcibe Izquierda Alternativa? Del escrito «Quienes Somos», fechado el 3 de agosto de 2010, procede la siguiente cita que bien lo resume: «Las mujeres y los hombres de Izquierda Anticapitalista queremos relacionar los hilos rojo –que ha recorrido el siglo XX desde Petrogrado en 1917 a Barcelona en 1936, desde La Habana en 1959 a París en 1968, desde Managua en 1979 a Chiapas en 1994–, verde –que, frente a las catástrofes ambientales crecientes, como Harrisburg y Chernobil y el cambio climático, pretende redefinir nuestra forma de producir, consumir y vivir–, y violeta –que, no sólo cada 8 de marzo, sino también cotidianamente nos recuerda la necesidad de luchar contra el patriarcado y la opresión material y simbólica de las mujeres en cualquier parte del mundo–, y todos los colores de la revuelta que dibujamos los que estamos comprometidos con la lucha por otro mundo».
En el citado ya se prefiguraban algunas de sus tácticas, actualmente ejecutadas por PODEMOS: «Desde Izquierda Anticapitalista sostenemos que la reconstrucción de la izquierda anticapitalista y de clase no se agota en el fortalecimiento y en la consolidación de las redes de activistas y los foros sociales. También hace falta construir un nuevo sujeto político con capacidad de tomar iniciativas políticas propias y que recoja las aspiraciones emancipatorias a menudo presentes en los movimientos sociales. Por eso, nos esforzamos por combinar la reconstrucción del movimiento obrero y el impulso de los movimientos sociales con la construcción de una alternativa anticapitalista que sea operativa tanto en la calle y como en las urnas. Creemos que es urgente levantar un proyecto que aporte una salida en positivo a las luchas, un programa coherente que desarrolle los contenidos que defendemos para el socialismo del siglo XXI y una estrategia revolucionaria realista que parta del análisis concreto de la situación concreta. En definitiva, no podemos quedarnos sólo en las luchas y en los noes. Hay que pasar a la propuesta, al qué queremos, a los síes que defendemos… Esta perspectiva se hace más urgente ante la deriva subalterna del social-liberalismo del PSOE de formaciones como IU o ICV-EUiA. Aun partiendo de unas fuerzas muy modestas, nuestro proyecto no se conforma con llegar a “los convencidos”, creemos que ha llegado el momento de levantar un proyecto anticapitalista y de clase que resulte útil y necesario para amplias capas sociales huérfanas de referente político y electoral. Una estrategia y un programa de ruptura con el capitalismo».
Y, respecto a su adscripción internacional, se reconoce que «Por ello, Izquierda Anticapitalista forma parte de la Cuarta Internacional, una organización nacida en los momentos más sombríos del siglo XX –en vísperas de la Segunda Guerra Mundial– con el objetivo de rescatar la legitimidad de la Revolución de Octubre y de no confundir el socialismo con la catástrofe política y moral del estalinismo. Hoy en día, gracias al resurgimiento masivo de prácticas y movimientos internacionalistas, la IV Internacional contribuye a articular una futura corriente internacional anticapitalista de masas, mediante iniciativas como la Conferencia de la Izquierda Anticapitalista Europea, en la que Izquierda Anticapitalista está plenamente involucrada».
No piensen que esas referencias trotskistas son una línea roja infranqueable; de hecho muestran con orgullo su apertura a otras luchas de carácter “emancipador”, como el ecologismo, el feminismo, el internacionalismo, etc. Han aprendido nuevas disciplinas, han estudiado a otros autores, y se han puesto al día. En consecuencia y de manera muy sintética lo concretó Olga Rodríguez, en un artículo publicado el 28 de mayo titulado «Más allá de las siglas: Ir donde está la gente», en el que entre otras cosas muy interesantes, afirmaba que «No es casualidad que Antonio Gramsci sea referencia para algunos de los impulsores de PODEMOS. Como señaló Habermas, la cultura puede ser una poderosa herramienta inmovilizadora, y sus valores, el modo en que el orden se perpetúa. Dicho en palabras de Chomsky, la globalización extiende el control de una minoría privilegiada frente a una mayoría subordinada. La creación de una nueva hegemonía cultural -usando el término gramsciano- no podrá conquistarse a través de una organización política encerrada en sus sedes o en sus politburós, sino con iniciativas dispuestas a encontrarse con otros, a ser más movimiento social y menos partido político».
Efectivamente: han aprendido, y mucho. La prueba es este grupo de profesores e intelectuales universitarios que han dado forma a PODEMOS y que, cada uno desde su experiencia (como asesores internacionalistas, burócratas universitarios, o apparátchik de partidos de izquierda o instituciones públicas) son actores de tan relevante figura gramsciana del “intelectual orgánico”; aquel que con su trabajo agitador en los centros de poder, genera el nuevo “sentido común”, modificando las conciencias que deben anteceder a todo cambio revolucionario.
Implicación de IA y PODEMOS
Pero, además de los diversos documentos, hitos, y agitadores ya mencionados hasta el momento, que muestran cierta implicación de IA en PODEMOS, destacaremos algunos puntos igualmente clarificadores de la «Declaración de Izquierda Anticapitalista: coyuntura y elecciones europeas», fechada el 5 de mayo de 2014.
«Punto 10. Ante esta situación de bloqueo institucional y agudización de la miseria, las y los militantes de Izquierda Anticapitalista junto a otros activistas e intelectuales de la izquierda participamos en el lanzamiento de PODEMOS como un espacio político que, continuando con el trazado que inició el 15M, consiguiera agrupar a l@s que sufren la crisis utilizando la ventana de oportunidad que abren las elecciones europeas. PODEMOS ha permitido abrir un proceso que ha ilusionado a miles de personas, iniciando un proceso de auto-organización popular desde abajo que tiene su expresión en los círculos PODEMOS. A los actos de PODEMOS acuden cientos de personas hartas de la política tradicional. Estos hechos han demostrado que mucha de la gente que se moviliza y expresa contra las políticas de recortes busca un espacio plural y abierto a todo el mundo para luchar, también en el terreno electoral, por una democracia real al servicio de l@s de abajo.
Punto 11. PODEMOS tiene muchos retos por delante, es un proyecto vivo, con mucho potencial que desarrollar. No es un proyecto acabado, sino que es un movimiento ciudadano que acaba de nacer. Ha sido capaz de poner encima de la mesa la necesidad de combinar el terreno electoral y la conquista de espacios en los medios de comunicación de masas desde los cuales visibilizar las alternativas al régimen. Las elecciones europeas son la primera batalla importante para estabilizar el movimiento más allá del impulso inicial. Estar en el parlamento europeo sería una oportunidad para llegar a sectores cada vez más amplios de la sociedad».
«Punto 15: El 25M estamos ante una oportunidad única para abrir un espacio electoral al margen de los partidos tradicionales y ser un “caballo de troya” en sus instituciones. PODEMOS abre la oportunidad de convertir la desafección, el descontento y el cabreo en un voto ilusionante y en auto-organización. Un voto rupturista, diferente, que sirva de estimulo para seguir construyendo desde abajo y a la izquierda. Por eso, pedimos el voto para PODEMOS, para tener voces en las instituciones al servicio de los y las de abajo».
Para todo el texto: Izquierda AntiCapitalista
Ya conocidos los resultados de las elecciones del 25 de mayo, IA hizo público un comunicado el 28/05/14 en el que valoraba los resultados en su conjunto y el de PODEMOS, en particular, así: «El repliegue nacional y el fantasma del fascismo vuelven a aparecer en Europa. Es urgente poner en primer plano la solidaridad internacionalista y el combate contra las fuerzas antidemocráticas engendradas por las políticas neoliberales». Tras esa invocación a tácticas que recuerdan a los frentes antifascistas de los años treinta del pasado siglo, se reafirma en su principal objetivo: «Tenemos que desalojarlos para siempre [al PP y al PSOE, N del A], no darles aire en ningún momento, ni a ellos ni a sus copias como UPyD. Es el momento de pasar a la ofensiva». Respecto a la nueva fuerza de izquierda, la valoran afirmando que «PODEMOS es esa herramienta para acabar con los partidos del régimen y las políticas de la austeridad y la miseria. Las razones por las que participamos en el lanzamiento de este espacio se han visto confirmadas en la práctica. Existe una mayoría de trabajadores y trabajadoras, de precarias, de mujeres, de gente indignada que quiere cambiarlo todo. PODEMOS ha sido ese espacio de unidad popular, flexible y abierto a la auto-organización desde abajo. El éxito es innegable: la combinación entre una figura como Pablo Iglesias y la senda abierta por la marea 15M abren múltiples posibilidades. Toca fortalecer los círculos, impulsar mecanismos democráticos de base, arraigar en los territorios, vincularse a las luchas, estar día a día con todas aquellas personas que sufren la crisis».
Cara al futuro inmediato, IA propone nuevas alianzas: «El proceso no está cerrado: se ha abierto un proceso constituyente de unidad popular, nos faltan aún muchos activistas de los movimientos sociales, del 15M, de la izquierda política, las que se oponen a los desahucios, a las políticas de austeridad, y en definitiva, toda persona que quiera trabajar por una sociedad en la que los intereses y la vida de las personas estén por encima de los de los poderes financieros. Toca avanzar hacia un frente amplio contra la austeridad y los partidos del régimen, donde lo prioritario sea sumar y organizar a cada vez más personas desde abajo, en todos los rincones, toca estar en todas partes. Lo queremos todo y lo queremos pronto». Y, por último, asume su papel en la configuración de la coalición, por lo que «Estamos muy orgullos@s de haber participado en el lanzamiento inicial de PODEMOS, pero estamos mucho más contentos de que haya sido la ciudadanía la que haya hecho suya su propuesta. La experiencia de trabajar en común con gente diversa, en un espacio plural y de confluencia, no ha hecho más que empezar». Un “proceso de unidad popular” revigorizado, paradójicamente, con la situación provocada por la inesperada abdicación de Juan Carlos I y el debate abierto sobre monarquía/república que prácticamente se ha apropiado PODEMOS con la inestimable colaboración de Cintora y otros colegas periodistas.
En un texto de 2 de febrero de 2014, el economista y sociólogo Daniel Albarracín, miembro de Comisiones Obreras y militante de Izquierda Anticapitalista, resumía de manera magistral la táctica leninista de lucha por el poder, su modelo de vanguardia revolucionaria, con palabras algo más modernas; asumido tanto por IA y PODEMOS: «Un liderazgo colectivo que dialoga permanentemente con los de abajo. La lealtad al pueblo y los Círculos como cimiento» («PODEMOS: una odisea colectiva»). La imbricación táctica y organizativa es mutua y total, pues.
Razones de su éxito
Para tratar de comprender la naturaleza última de este fenómeno sociopolítico -aunque la avalancha informativa mantiene a PODEMOS como si fuera la única alternativa al deplorable estado actual de cosas- es inevitable mencionar, al menos, los factores que, además del potencial propio de la coalición, han facilitado este incuestionable éxito.
En primer lugar, de no existir un caldo de cultivo propicio, no habría podido eclosionar: el campo estaba sembrado. La tremenda crisis económica; una corrupción muy extendida y que en el caso de los partidos políticos del sistema ha evidenciado dramáticamente su degeneración en contraste con el estado de necesidad de millones de españoles; la crisis de legitimidad de las instituciones públicas más relevantes; la desarticulación territorial del Estado español; la ilusionante ofensiva nacionalista. Todo ello exigía una respuesta intelectual y activista que no se vislumbraba… hasta que llegó PODEMOS.
Integrada por politólogos, más que procedentes de otras disciplinas, han configurado un equipo de trabajo pequeño, cohesionado, entregado a la causa, con múltiples conexiones sociales. Pero, en contra de lo que afirman, hay que señalar que cuentan con experiencias políticas previas. Efectivamente, en su mayoría no son concejales o parlamentarios. Pera llevan años trabajando en otros ámbitos sociales e intelectuales; y recordemos que, conforme el tan mencionado dogma izquierdista, “todo es política”.
Tercer factor. El empleo de un lenguaje actual, sencillo, cercano, comprensible, demagógico incluso, que bien empleado –y pensado más que nada para su difusión por las redes sociales- ha impactado eficazmente entre sectores juveniles y de afectados por la crisis; además de estratos del funcionariado y de la clase media universitaria. Han sustituido algunas de sus expresiones clásicas: lucha de clases, por temor de la mayoría a los poderosos; tampoco quieren eliminar a la burguesía, pues aspiran a consumir y vivir como burgueses. Ni se remiten a la Rusia soviética o a la China de Mao; lo más, al socialismo bolivariano a aplicar en Europa (¿qué es eso?). Nuevos lemas, viejos rencores. Círculos, en lugar de soviets. Democracia, en lugar de dictadura del proletariado.
Ciertamente, este programa populista, en situaciones “normales”, no gozaría de ninguna relevancia, pero concurre otra circunstancia: la ausencia generalizada de un sentido crítico ante la realidad; además de una falta de cultura política. Es sorprendente, creemos, que los universitarios “mejor formados de la historia de España”, tan críticos ellos con la familia, la Iglesia, el Estado, y cualquier forma de autoridad, no sean capaces de someter al tamiz de la crítica un programa tan simplista, inoperante y demagógico. Acaso este fenómeno sea paralelo a que muchos sean capaces de “comerse” sin rechistar siquiera, las pastillas de colorines y dibujitos que les ofrecen en un aparcamiento, cercano a “botellón” o en los baños de una discoteca, bajo la promesa de que “te podrán bien”, “disfrutarás más del sexo”, etc. A saber qué basuras “se meten” de manera tan irresponsable e irracional. Existe, pues, un problema educativo gravísimo de alcance antropológico. Otro fracaso del sistema actual; que desde PODEMOS presentan como “las grietas de la pared del régimen actual” (¿no les recuerda a las tan mencionadas en los años de la Transición “contradicciones del sistema”?).
Cuarto y decisivo factor: acceso a los medios de comunicación de masas. Afirman que apenas han gastado 300.000 euros en la campaña: no es correcto. Si se tradujera en dinero efectivo los espacios que han disfrutado en Cuatro y La Sexta, nunca habrían podido abordar semejante desembolso. Y de no ser por Jesús Cintora, además de los jerarcas mediáticos que les dieron cancha en sus televisiones, no encontraríamos a PODEMOS hasta en la sopa.
Habiendo experimentado en Hispan TV (la televisión iraní en la que no consta que Pablo Iglesias destacara por su oposición a la obligatoriedad del velo de las mujeres, la mutilación genital o la libertad religiosa de los no musulmanes) y en el programa La Tuerka (de Público TV, el diario que fundara Jaume Roures), se han servido de amistades y simpatías para hacerse un hueco y convertirse en polemistas de referencia: no tanto por méritos propios, como por la ausencia de otro pensamiento intelectual consistente alternativo en la etapa de crisis que vivimos.
Si en los años 20 y 30 del siglo pasado, intelectuales como Ortega fueron la referencia moral de millones de españoles, los de PODEMOS han ocupado el vacío existente hoy. No había alternativa: se han erigido audazmente en tal (en un “momento leninista”, que diría el “modesto portavoz” Pablo Iglesias) y han cumplido sobradamente con su papel; conscientes de su relevancia conforme el esquema gramsciano.
Resumen
No es cierto que sean “nuevos” en política. Ni es cierto que impulsen un proceso “abierto”. Tampoco lo es que únicamente hayan empleado 300.000 euros en su financiación: es un simplismo, pues se han servido de otros recursos de altísimo valor mediático y social.
Trataremos de concluir el presente texto con un pequeño resumen de lo que, para nosotros, y en base a los datos que someramente hemos reproducido hasta aquí, constituye la naturaleza de PODEMOS. Se trata de un movimiento socio-político nominalmente asambleario y abierto, dirigido por un equipo de voluntad leninista y educación gramsciana, de raíces trotskistas y alimentado por el pensamiento post-marxista (inclusive, la ideología de género), que pretende un cambio revolucionario en España que salve las conquistas individualistas de carácter burgués, con la pretensión última de la sustitución del capitalismo por una indeterminada democracia socialista de nuevo cuño, en el marco del universalismo antiglobalizador.