miércoles, 10 de agosto de 2011

ONU: Ética Planetaria. (121)

Hans Küng, al que la Santa Sede prohibió la enseñanza de la teología católica, presentó (1993) el proyecto de “Ética Planetaria” en el “Parlamento de las Religiones del Mundo” de la ONU, con los avales de la UNESCO, Foro Económico de Davos y WWF.

El príncipe Felipe de Edimburgo, presidente de WWF, patrocinó la primera edición de la nueva ética de Küng, que se convirtió en una de las cabezas visibles de la ética cósmica, enunciada al estilo de la masonería como mezcla de gnosis, buenos deseos y alineante espiritualidad “new age”. La “Ética Planetaria” es la respuesta al proyecto de la UNESCO de “Ética universal de valores relativos”. Küng la define como: “ Una síntesis superadora de todas las religiones del mundo”.

Federico Mayor Zaragoza, en abierta oposición a la jerarquía eclesiástica española, facilitó (2003) una serie de conferencias de Hans Küng en España.

El contenido de la “Ética Planetaria” está lleno de ambigüedades, de modo que cada individuo puede interpretarlas de acuerdo a su tradición cultural o a sus intereses. Es un alegato a favor de la tolerancia universal, los principios serán elaborados por consenso y ninguna norma es irrevocable. Ignora la existencia de Dios, se excluye la verdad absoluta y ni siquiera la existencia del alma humana como entidad individual queda clara. Relativiza el valor y el respeto a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.

Las actitudes morales fundamentales quedan reducidas a palabras sin definición clara: paz, justicia, equidad, dignidad, compasión, tolerancia, solidaridad, diálogo, respeto a la pluralidad.

Küng declara en el primer capítulo: “Los Principios de la Ética Planetaria son imprescindibles para que el Nuevo Orden Mundial pueda subsistir”.

El director del Fondo Monetario Internacional (FMI) elogió (2000) a Küng ante la Junta de Gobernadores del Fondo. Aunque, aparentemente, la “Ética Planetaria” es bien acogida en el mundo de las finanzas y la “Carta de la Tierra” en el ámbito de la internacional socialista, ambos proyectos aparecen en las mismas redes y foros, coincidiendo en las mismas estrategias: subversión del orden natural y destrucción de las raíces de la cultura cristiana a través del relativismo moral y el sincretismo religioso. Es el antiguo proyecto de las logias masónicas que hoy utiliza el “Poder Superplutocrático Mundial”, cuya finalidad es la destrucción de la Iglesia Católica y la construcción de su iglesia títere al servicio del “Nuevo Orden Mundial”.

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