lunes, 3 de octubre de 2011

Imperialismo Anglo-Americano. (123)


IMPERIO BRITÁNICO 

El Nuevo imperialismo anglosajón surgió de las ideas de John Ruskin, profesor poeta de Oxford, publicadas en “Las siete lámparas de la arquitectura”, título tres veces masónico. Sus más importantes discípulos fueron Cecil Rhodes (1853-1902), Arnold Toynbee (1889-1975) historiador, Lord Milner y otros que propagaron los ideales masónicos imperialistas del maestro cuya influencia se extendió a la universidad de Cambridge.

Rhodes explotó minas de diamantes y oro en el sur de África, amasó una inmensa fortuna, gobernó la colonia victoriana y legó su nombre a Rhodesia (Zimbabwe). El sometimiento brutal de los colonos holandeses del Transvaal originó la guerra anglo-boer. La banca Rotschild financió inicialmente los proyectos de Rhodes que dedicó su riqueza al proyecto imperialista. Una buena parte del legado se dedicó a becas para la educación de minorías dirigentes. Fundó (1891) la secta “Round Table” (RT) integrada mayoritariamente por masones de alto nivel, que fue (1919) la matriz del “Royal Institute of International Affairs” (RIIA) de importancia capital para el proyecto mundialista de poder.

Bajo el patrocinio de RT y RIIA se montó una estructura de influencia sobre los principales periódicos y universidades angloamericanas. La rama americana del RIIA es el “Council on Foreign Relations” (CFR), convertido pronto en el centro clave del poder mundial.

IMPERIO NORTEAMERICANO 

“Sólo los necios desprecian lo que ignoran”. El proyecto angloamericano de “poder mundial” tiene más de un siglo, ha sido desvelado por tres eminentes profesores universitarios norteamericanos. Quigley, Sutton y Allen, que han preferido el silenciamiento y la persecución antes que ocultar la verdad histórica. Nuestro gran historiador Ricardo de la Cierva lo ha sufrido también y tiene que editar sus propios libros por investigar a la masonería.

La semilla del proyecto imperialista de la masonería norteamericana está en la universidad de Yale, fundada (1718) por un judío de Boston educado en Londres que amasó una fortuna en la compañía de la India Oriental. La más antigua y poderosa de las siete sociedades secretas es “Skull and Bones” creada por el general y legislador W.Russell (1832), el núcleo dirigente de “la Orden” masónica está formado por unas veinte familias de ascendiente puritana. Russell se había familiarizado en Alemania con las ideologías de los “iluminados” de Baviera y del idealismo hegeliano, antecedente filosófico del nacionalismo de Hitler.

Desde 1856 la secta “Skull and Bones” (SAB) es encubierta por fundaciones “filantrópicas”. Más tarde la aristocracia de origen “pilgrín” (Bundy, Adams, Taft, etc). El tercer grupo reclutado es de origen judeoalemán (Schiff, Warburg, Guggenheim, Meyer, etc) que sirvieron de enlace entre los WASP (lancos, Anglo-Sajones, Protestantes) americanos y la alta sociedad de la City de Londres, dominada por el clan judío de los Rotschild. La Orden (Skull and Bones) es una secta masónica independiente de la masonería regular. Cada año la hermandad universitaria elige quince nuevos miembros (2.500 desde 1832). Desde hace treinta años admiten excepcionalmente a negros o judíos formados en colegios elitistas calvinistas con inclinación al deporte y al ejército. La Orden ejerció (1898) una brutal presión imperialista sobre el presidente McKinley para hacer la guerra a España que nos arrebató Cuba, Puerto Rico, Filipinas y numerosas islas del Caribe y del Pacífico (marianas, Carolinas, etc).

El hombre clave de la Orden ha sido H.Stimson, estrecho colaborador de siete presidentes, desde Roosevelt a Truman, que seleccionaba a los jóvenes más brillantes (Novell, Acheson, Marshall, etc) para dirigir la política mundial. Otra figura destacada de la Orden fue A. Arriman, íntimo del senador P.Bush fundador de una dinastía presidencial.

La presidencia de John F.Kennedy marcó el apoyo de “Skull and Bones” con Arriman de secretario de estado para Asia que activó la guerra del Vietnam; cuando se previó la derrota, la Orden financió los movimientos pacifistas mediante la fundación Ford.

Nixon y su secretario de estado Kissinger (clave de otra trama de poder masónico) marcaron el declive de la Orden hasta la llegada de los Bush. La Orden dirige el proyecto del “Nuevo Orden Mundial” con USA como única superpotencia.