lunes, 13 de febrero de 2012

Anti-Judaismo Medieval (255)

Anti-Judaismo Medieval
Las revueltas populares contra los judíos en España empezaron en 1391 en Sevilla, con un retraso de un siglo respecto a Inglaterra, Francia y Alemania.
Los judíos ingleses tenían el estatuto de protegidos por la Corona, pero en la práctica el rey los consideraba como su propiedad personal para obtener los préstamos necesarios.
El Cristianismo prohibía a los creyentes el préstamo con interés. Los judíos eran los únicos banqueros, obtenían enormes beneficios y pagaban elevados impuestos a la Corona. La sociedad sufría las consecuencias de la usura y los judíos atrajeron el odio del pueblo. A mayores impuestos mayores intereses de los préstamos, hasta que la situación fue insostenible y el rey Eduardo I en 1290 les expulsó de Inglaterra.
Algo similar sucedió en Francia cuando ya se habían organizado los gremios de oficios y artesanos en la Europa cristiana. Los gremios eran el centro de la actividad económica, perjudicada gravemente por la actividad financiera de los judíos. Cuando la peste negra no atacó a los judíos, porque vivían aislados, fueron acusados de haber propagado la epidemia y aumentó el odio hacia ellos, siendo la Iglesia la que les protegió.
Las grandes expulsiones de Francia en 1306 y 1321 no fueron completas como en Inglaterra. En 1370 las juderías de Bruselas y Lovaina fueron aniquiladas. Las matanzas de judíos se extendieron en Francia hasta 1383.  Lo mismo ocurrió en Alemania, de donde fueron expulsados en 1348. Masas de judíos fugitivos encontraron acomodo en España donde su vida resultó mas llevadera.
Durante los largos siglos de la Reconquista los judíos se asentaron en ciudades y villas de España, siendo considerados por la Iglesia como sujetos de evangelización. En la guerra civil castellana los judíos apoyaron a Pedro I el Cruel, a pesar de lo cual Enrique de Tratamara les protegerá. La ola europea de furor antijudío llega tardiamente a España en 1370. Hay un conato de ataque a la aljama de Pamplona que frena personalmente la reina Juana de Navarra. Por ello, el rey Pedro IV de Aragón prohibió a los judíos de Valencia vivir fuera de su aljama. Las Cortes de Castilla en Toro (1371) tomaron medidas para controlar el antisemitismo.
La comunidad judía de Sevilla con 5000 vecinos era la más rica e influyente de Castilla, en 1376 el vicario arzobispal Ferrán Martinez se dedicó a predicar contra los judíos, acusándoles de ocasionar todos los males. Enrique II y después su hijo Juan II amonestaron públicamente al clérigo y en 1383, la Iglesia le suspendió so pena de excomunión. Pero en 1390 hay un vacío de poder a la muerte del rey y del arzobispo de Sevilla, aprovechado por el cabildo de la catedral presionado por el pueblo, para nombrar vicario general a Ferrán Martinez, que ordena a todas las parroquias de la diócesis la destrucción de las sinagogas. Los judíos protestaron ante Enrique III, niño de 11 años, que no fue obedecido. Y en la primavera de 1391, Sevilla ardió contra los judíos y la chispa se extendió por toda España. La Crónica del canciller López de Ayala lo señala.: "Por este levantamiento popular antijudío se perdieron las aljamas de Sevilla, Córdoba, Burgos, Toledo, Logroño y otras muchas del reino, y las de Barcelona y Valencia en Aragón y otras muchas".
A la matanza de miles de judíos siguió el saqueo de sus posesiones, sin que la Corona pudiera evitarlo. La religión fue un pretexto para ocultar la codicia, según la Crónica. En 1393 se cubrió la vacante de Arzobispo de Sevilla, se encarceló a Martinez y se terminó con la violencia. Los sevillanos tardaron 10 años en pagar una formidable multa que les impuso la Corona por la revuelta, pero el violento clérigo se convirtió en una figura legendaria entre el pueblo llano.
Los judíos se habían convertido en diana de la furia popular, no sólo por la usura y sus riquezas sino porque eran una comunidad muy diferente y celosa de su singularidad religiosa, racial y cultural. La sociedad cristiana se iba alejando del viejo modelo feudal, edificándose sobre una homogeneidad creciente que anunciaba el próximo fin de la Edad Media. También los judíos se transformaban, los conversos eran legión, en 1390 se convirtió el rabino mayor de Castilla Salomón Leví y el censo de judíos había disminuido a menos e 4000 cabezas de familia.
Fuente:
José Javier Esparza: "La cuestión judía al final del siglo XIV". Semanario Alba nº 359
Judeofobia
En Inglaterra, durante la guerra civil de 1262, los judíos fueron atacados en muchas localidades; sólo en Londres mil quinientos fueron asesinados. En el 1279 todos los judíos de la ciudad fueron arrestados bajo cargo de que adulteraban la moneda del reino. Después de un juicio en Londres, doscientos ochenta fueron ejecutados y el rey Eduardo I ordenó la expulsión de todos los demás, apropiándose de todas sus posesiones. El plazo para abandonar el reino fue el Día de Todos los Santos del ano 1290.
En octubre, dieciséis mil judíos partieron a Francia y Bélgica; muchos de ellos perecieron apenas cruzado el río Thames en el que un capitán los hacía ahogarse. La readmisión de los judíos a Inglaterra se produjo sólo en 1650.
Francia los expulsó de la mayor parte de su territorio en 1306 (y los que eventualmente regresaron, volvieron a ser expulsados en 1394) y no fueron oficialmente readmitidos hasta 1789. De las diversas regiones de Alemania fueron expulsados mayormente durante la Peste Negra, a la que nos referiremos en la próxima lección. En Rusia la residencia de los judíos fue prohibida entre el siglo V y 1772 (cuando masas judías fueron incorporadas desde los anexados Polonia-Lituania). En 1495 fueron expulsados de Lituania, y readmitidos ocho anos después. Expulsiones de ciudades específicas hubo muchas, como Praga en 1744 o Moscú en 1891.
Fuente:
Juan Mayorga: "Judeofobia - Matanzas". Wordpress.
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