miércoles, 28 de marzo de 2012

El Papa Benedicto XVI en CUBA (312)

El Papa termina visita a Cuba: 
Misa y posible reunión con Fidel en La Habana


Benedicto XVI saluda después de rezar 
ante la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre
martes 27 de marzo de 2012
Santiago de Cuba. 

ANDREA RODRIGUEZ Y VIVIAN SEQUERA
El Papa Benedicto XVI concluye su visita a Cuba el miércoles, oficiando una misa al aire libre en el santuario de la revolución cubana, con la esperanza de revivir la fe católica en este país de gobierno comunista. Su otra cita promete un clímax mucho más tentador: una reunión con Fidel Castro.

El ex presidente Fidel Castro anunció que se reunirá con Benedicto XVI el miércoles, pero sin precisar la hora.

El Vaticano ya había dicho que el Pontífice estaba disponible, por lo que la confirmación por parte de Castro era todo lo necesario para asegurar la reunión y terminar semanas de especulación sobre si Castro repetiría el encuentro que sostuvo con el Papa Juan Pablo II durante su histórica visita en 1998.

"Gustosamente saludaré mañana miércoles a Su Excelencia el Papa Benedicto XVI, como lo hice con Juan Pablo II, un hombre a quien el contacto con los niños y los ciudadanos humildes del pueblo suscitaba, invariablemente, sentimientos de afecto", escribió Castro la noche del martes en una nota publicada en el sitio oficial Cubadebate.

"Decidí por ello solicitarle unos minutos de su muy ocupado tiempo cuando conocí por boca de nuestro canciller Bruno Rodríguez que a él le agradaría ese modesto y sencillo contacto", agregó Castro.

La audiencia y la misa de Benedicto en la Plaza de la Revolución se dan 14 años después de que Juan Pablo ofició en el mismo sitio ante cientos de miles de personas, entre ellos Fidel. En aquel entonces, se dispuso una imagen de Jesucristo del otro lado de la icónica imagen del héroe revolucionario Ernesto "Che" Guevara, un notable hecho para un país que había sido oficialmente ateo hasta 1992.

En esta ocasión, un gigante afiche de la santa patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre, cubre la fachada de uno de los edificios de la plaza junto al Che. El icono ha sido en enfoque espiritual durante la visita de tres días de Benedicto, que coincidió con el 400mo aniversario de la aparición de esta diminuta estatua.

El Pontífice, que llegó el lunes a la ciudad oriental de Santiago, su primera escala en la isla, parte de regreso a Italia a las seis de la tarde del miércoles (2200 GMT).

Desde temprano la plaza ya lucía con mucha gente. Numerosos jóvenes lucían viseras decoradas con una foto del Papa y los edificios ministeriales alrededor estaban decorados con enormes banderas de Cuba y un afiche de la Virgen de la Caridad.

Cuando el papa levante su mirada desde el altar colocado sobre la plaza, lo que verá frente a él --en uno de los edificios oficiales-- será un gran rostro del Che Guevara y una bandera cubana.

Mauricio Fontana, de 33 años, dice que llegó por su cuenta a la plaza desde la seis de la mañana pues no se quería perder el acto porque "no se da todos los días".

Con una población de unos 11 millones de habitantes de los cuales se calcula que solo 10% es católico practicante, Carlos Herrera, de 45 años y empleado del sector del turismo, dijo que se encuentra entre ese 10%. "Yo soy creyente", aseguró.

"El papa es algo grande para los cubanos, vengo a escuchar sus palabras, palabras sabias para el pueblo cubano. Eso nos ayuda, nos da paz", agregó Herrera junto a su esposa.

El martes, Benedicto XVI oró por la libertad, la renovación y "el bien de todos los cubanos" ante la patrona, aunque los líderes comunistas de la isla rápidamente rechazaron la petición del líder de la Iglesia Católica por un cambio político, después de cinco décadas de gobierno único del Partido Comunista.

El intercambio se produjo horas antes de una reunión, a puerta cerrada, entre el presidente Raúl Castro y el Pontífice en el segundo día de visita papal a la isla.

Hasta el momento, no se ha confirmado una posible reunión del santo padre con el presidente venezolano Hugo Chávez, quien se encuentra en La Habana para someterse a un tratamiento contra el cáncer.

Federico Lombardi, Secretario del Vaticano, dijo el martes por la noche en una conferencia de prensa que entre los temas tratados por el Pontífice y Castro estuvieron una petición de Benedicto XVI para que el gobierno cubano declarara como feriado el día de Viernes Santo. Su predecesor, Juan Pablo II. consiguió en su visita a La Habana en enero de 1998 que fuera un día de fiesta el 25 de diciembre o la Navidad.

"Podría comentarles que su santidad presentó al presidente la importancia que tiene el Viernes Santo para los creyentes... como en su momento Juan Pablo II había presentado la petición de que el 25 de diciembre, el día de la Navidad fuera un día festivo. Es una petición, una solicitud que las autoridades tendrán que evaluar y a la cual tal vez nos darán respuesta en un futuro no muy lejano", dijo Lombardi.

La Semana Santa, que incluye el Viernes Santo, será a comienzos de abril.

El gobierno cubano no respondió de inmediato, dijo el vocero. "Pero hay que dar el tiempo... tiene que analizarse", agregó.

Si bien "no sería un gesto con el cual se daría una transformación radical (al país)... sería un paso nuevo" en Cuba, destacó.

El vocero del Vaticano fue interrogado sobre si en el encuentro se habló sobre prisioneros, a lo cual Lombardi dijo que si bien se trató el asunto de forma general, no se discutieron casos particulares como el del estadounidense Alan Gross.

Gross está detenido desde diciembre de 2009 y está condenado a 15 años de prisión por distribuir teléfonos satelitales y otros equipos a la comunidad judía en Cuba.

"No estuve presente (en la reunión), no tengo en mi poder nombres precisos, situaciones concretas para indicárselas", dijo Lombardi.

El vocero resaltó que la reunión con Castro se extendió y no sólo debido a la presencia de traductores. Tradicionalmente los encuentros del Papa con jefes de Estado demoran sólo unos 20 minutos.

Días después de decir que la ideología marxista "ya no responde a la realidad", Benedicto XVI siguió tocando, de manera sutil, temas altamente sensibles para el gobierno cubano en sus oraciones y su breve discurso en el santuario de la mencionada Virgen, ubicado cerca de la oriental ciudad de Santiago.

"He confiado a la madre de Dios el futuro de la patria avanzando por caminos de renovación y esperanza", dijo Benedicto en su plegaria. "He suplicado a la Virgen santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad".

No pasó mucho tiempo para que un funcionario de alto rango en La Habana respondiera. "En Cuba no habrá reforma política", dijo Marino Murillo, zar económico de Cuba y actual vicepresidente del Consejo de Ministros.

El Papa mantuvo un lenguaje religioso, su crítica fue vaga y abierta a la interpretación, pero los comentarios de Murillo no dejaba lugar a dudas. Fueron recogidos rápidamente por blogs a favor del gobierno y en cuentas de Twitter.

Raúl Castro ha dicho que la apertura del sistema político de Cuba inevitablemente significa la perdición del proyecto socialista cubano, ya que cualquier partido alternativo estaría dominado por sus enemigos en la Florida y otros lugares.

La reunión entre Benedicto XVI y Castro en el Consejo de Estado, sede del poder ejecutivo, duró 45 minutos, según Lombardi.
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