viernes, 9 de marzo de 2012

Estatua del golpista Largo Caballero en Madrid (277)

EL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE MADRID DICTÓ UNA SENTENCIA QUE DECLARÓ  ILEGAL LA RETIRADA DE LA ESTATUA DE FRANCO. A POCOS METROS DE ALLÍ SIGUE EN PIÉ LA DEL "LENIN ESPAÑOL"
Publicado en:  DiarioYa

Empieza a ser un clamor popular que siga habiendo en el centro de Madrid una estatua al dirigente socialista Francisco Largo Caballero, uno de los organizadores del Golpe de Estado de 1934 en Asturias, Secretario de Estado de la Dictadura de Primo de Rivera y agitador de las masas durante los meses que desembocaron en la Guerra Civil española. Aún, si cabe, es especialmente lamentable la existencia de ese monumento en la misma semana en que el TSJM ha dictado una sentencia que califica de ilegal la retirada de la estatua ecuestre de Franco de la Plaza de San Juan de la Cruz. A tan solo unos metros de ese lugar, cualquier viandante puede ver, en el Paseo de la Castellana, la estatua a Largo Caballero. ¿Hasta cuándo?

Hagamos un poco de historia. En febrero de 1933, Largo Caballero dejaba claro su pensamiento y su "talante democrático" con las siguientes palabras: 
«Hemos venido a colaborar a la proclamación de una República para hacer una Constitución…para…poder llegar a nuestras aspiraciones sin violencias grandes, sin grandes derramamientos de sangre…si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución… tendremos que conquistarlo de otra manera».

Largo Caballero amenazaba a la derecha, en la campaña electoral de noviembre de 1933: 
«Se dirá: ¡Ah esa es la dictadura del proletariado! Pero ¿es qué vivimos en una democracia? Pues ¿qué hay hoy, más que una dictadura de burgueses? Se nos ataca porque vamos contra la propiedad. Efectivamente. Vamos a echar abajo el régimen de propiedad privada. No ocultamos que vamos a la revolución social. ¿Cómo? (Una voz en el público: ‘Como en Rusia´).No nos asusta eso. Vamos, repito, hacia la revolución social…, mucho dudo que se pueda conseguir el triunfo dentro de la legalidad. Y en tal caso, camaradas habrá que obtenerlo por la violencia…, nosotros respondemos: vamos legalmente hacia la revolución de la sociedad. Pero si no queréis, haremos la revolución violentamente (Gran ovación).Eso dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil…Pongámonos en la realidad. Hay una guerra civil…No nos ceguemos camaradas. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aún los caracteres cruentos que, por fortuna o desgracia, tendrá inexorablemente que tomar. El 19 vamos a las urnas… Más no olvidéis que los hechos nos llevarán a actos en que hemos de necesitar más energía y más decisión que para ir a las urnas. ¿Excitación al motín? No. Simplemente decirle a la clase obrera que debe prepararse… Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista».

Más ejemplos del tipo de individuo que es el poseedor de una estatua en pleno centro de Madrid:
 «La clase trabajadora se va dando cuenta..., que en el nuevo régimen (República) se encuentra más incómoda que en el antiguo (Monarquía). Porque hablando con franqueza, en la monarquía había un cierto pudor político en algunos hombres, y la pugna entre liberales y conservadores por atraerse a las clases obreras hacía que se dictaran leyes sociales…Porque la democracia burguesa era, en realidad, una dictadura contra la clase obrera. El solo hecho de que no haya una mayoría burguesa en el Parlamento es una dictadura. Al colaborar en el derribo de la monarquía y luego en el gobierno, sabíamos muy bien que la república burguesa no emancipaba económicamente a los trabajadores...El objetivo era el de quitar la venda a la clase trabajadora para que supiera que con la república burguesa no se había de redimir. Y esto lo hemos logrado…El día que lo tengamos (el Poder) no tendremos titubeos ni dudas. No caeremos en la debilidad en que cayó la República. Y que no nos pidan transigencias ni benevolencias».

Y seguía: 
«El jefe de Acción Popular decía, que los socialistas admitimos la democracia cuando nos conviene... Pues bien, yo tengo que decir con franqueza que es verdad. Si la legalidad no nos sirve, si impide nuestro avance, daremos de lado la democracia burguesa e iremos a la conquista del Poder»