sábado, 28 de julio de 2012

Gallardón se postula para presidente de un gobierno de `salvación´(497)


Alberto Ruiz -Gallardón es un político muy inteligente, pero con una ambición ilimitada. Es el "enfant terrible" del PP.

Algún periodista independiente sugirió que era un "submarino" del PSOE, basándose en el trato excepcional, a un político de la derecha, recibido en el grupo PRISA de Polanco-Cebrián.

Cebrián fue el transmisor de consignas supranacionales al PSOE de Felipe González. Socio permanente del Club Bilderberg, al servicio de la gente de Rockefeller para el Nuevo Orden Mundial.

Recordemos tres ejemplos significativos de la actuación del alcalde Gallardón:

1. TERRORISMO: Declaró pasar página a la sentencia de Gómez Bermúdez en el atentado del 11-M-2004, que condenaba a inocentes de ese delito y reconocía ignorar a los autores de la conspiración con resultado de 293 asesinados (292+un bebé no-nacido).

2. FAMILIA: Financió el "lobby gay" y eliminó los símbolos cristianos en la decoración de las calles en las fiestas populares.

3. ECONOMÍA: Dejó una deuda de más de 7.000 millones € en el Ayuntamiento.

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GALLARDÓN A ZAPATERO, 
TRAS LA ELECCIÓN DEL 'PROGRESISTA' MOLINER:
"He evitado que un ultraconservador presida 
el Tribunal Supremo"
(23 julio 2012)

El ministro de Justicia hace un guiño al expresidente del Gobierno durante un almuerzo en la Embajada francesa. Ferrándiz se quedó a las puertas de ser elegido.

El pasado martes, día 17 de julio, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, coincidió dos veces con el ex presidente del Gobierno,José Luis Rodríguez Zapatero. Por la mañana en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación durante la presentación del libro La abolición, escrito por el ex ministro de Francia Robert Badinter. Y al mediodía en un almuerzo en la Embajada francesa al que asistieron numerosas autoridades políticas y jurídicas.

Pues bien, fuentes jurídicas aseguran a LA GACETA que durante esa comida en la Embajada Gallardón se dirigió a Zapatero y le dijo:“Estarás contento, hoy he evitado que un ultraconservador presida el Tribunal Supremo”, refiriéndose al magistrado de la Sala Civil del Tribunal Supremo José Ramón Ferrándiz, que pertenece a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). En la mesa de ese almuerzo estaban presentes el embajador de Francia, el fiscal general del Estado, el ex presidente del Gobierno y el ministro de Justicia, entre otras personas.

Y es que desde ese día en la carrera judicial se comenta que “el ministro de Justicia se congratula de haber impedido que un miembro de la APM presida el Tribunal Supremo”, señalan las citadas fuentes. Todo esto se enmarca dentro del contexto del Pleno extraordinario que el CGPJ celebró esa mañana para elegir al presidente del máximo órgano de gobierno de los jueces y del Supremo.

Después de 14 horas de deliberación y 25 candidatos propuestos la semana anterior, los consejeros no fueron capaces de nombrar al presidente que acabara con la histórica bicefalia. Y todo se solucionó el martes pasado tras media hora de reunión. El candidato agraciado fue el magistrado progresista Gonzalo Moliner, que consiguió los 12 votos mínimos para alzarse con la Presidencia tras intrigantes negociaciones entre los vocales del CGPJ. El magistrado Ferrándiz se quedó a las puertas, pues en las votaciones anteriores obtuvo 10 votos.

Y es que los vocales de la APM, que votaron en contra (Collado, Almenar, Montserrat, Gallego y Aguirre), no salen de su asombro por la elección como presidente de Moliner, que, según comentan, recibió el apoyo de los consejeros conservadores afines al ministerio como Fernando de Rosa, Concepción Espejel, Antonio Dorado y Claro José Fernández-Carnicero, junto a los progresistas y las minorías.
Seria oposiciónLas citadas fuentes jurídicas sostienen que “el ministerio no quería como presidente a un conservador como Ferrándiz, que tiene las ideas muy claras sobre cómo debe organizarse el Poder Judicial”. De esta manera “podía hacer una oposición seria a Gallardón respecto a las reformas de la Justicia que tiene en proyecto”, subrayan.

Además, desde que Carlos Dívar presentó la dimisión como presidente del CGPJ, las relaciones del ministerio con la APM se han roto de forma unilateral. Todo apunta a que desde el Gobierno se quería mantener como fuera a Dívar en la Presidencia durante algo más de tiempo, pero los vocales de la APM retiraron su apoyo al presidente porque la situación era ya insostenible. “Este suceso sentó muy mal a Gallardón, que decidió romper con la APM”, destacan.

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Piqué, Arenas y Gallardón se postulan para un Gobierno de salvación nacional

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Gallardón se postula 
para un gobierno de`salvación nacional´
(23 julio 2012)

A cuenta de la prima de riesgo, Mariano Rajoy empieza a sufrir las primeras traiciones en el aparato del PP. Ocho meses después de la mayoría absoluta ya es un fracasado.


A Piqué le apoyaría CIU y el PP catalán, cada día más ahogado. Se vendería como la incorporación de CIU a la gran alianza PP-PSOE.

Por pura casualidad, Felipe González reaparece para hablar de “pacto nacional”. Todo sea por resucitar el moribundo PSOE de Rubalcaba.

Gallardón siempre está dispuesto a ser presidente del Gobierno, pero sólo si Mariano tira la toalla.

Y Javier Arenas sigue intentando una previa remodelación del Gabinete, donde él entre como vicepresidente.

Ocho meses después de obtener la mayoría absoluta, aún más holgada que la de Aznar en 2000, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya es un fracasado, no sólo para muchos de sus electores, sino también para muchos miembros del PP. Fuentes del Partido Popular, especialmente las que se quedaron fuera del Gobierno, ya no disimulan sus críticas al líder y hablan de alternativas.

Todo ello alrededor de la excusa de un Gobierno de salvación nacional, un pacto de Estado, un Ejecutivo de concentración. Cómo no, ha sido Felipe González quien ha lanzado la idea de un “gran acuerdo nacional”, justo el día en que todo Occidente pretende que España sea intervenida por Alemania, es decir, por Europa.

Naturalmente, lo que le interesa a Felipe González es revitalizar al PSOE de Rubalcaba, moribundo a pesar del desastre del Ejecutivo.

Ahora bien, si la victoria tiene muchos padres la derrota es huérfana. Las encuestas ya comienzan a enfilar hacia abajo, y es entonces cuando se han despertado los demonios dormidos en el Partido Popular.

A día de hoy, al menos tres hombres quieren suceder a Rajoy por la vía del Gobierno de unidad nacional.

El primero es Josep Piqué, inasequible al desaliento, hoy presidente de Vueling y del Círculo de Economía, cuenta con el apoyo del CIU de Artur Mas y con la simpatía en el PP catalán de Alicia Sánchez Camacho, porque lo cierto es que el PP se está quedando sin aire en Cataluña: apoya a CIU en el Parlamento mientras este proporciona patadas a Rajoy en el Congreso madrileño. Piqué, además, cuenta con su esposa, Gloria Lomana (ambos en la imagen), en la Dirección de Informativos de A-3 TV, se supone que el único canal progubernamental existente y que ya intentara situarle como vicepresidente económico.

Además, el Pacto de Estado a Piqué no sólo aportaría la alianza PP-PSOE sino la aportación de CIU. Ya saben, por responsabilidad política.

El segundo postor es Javier Arenas. Tras perder Andalucía, Arenas intentó sustituir a Dolores de Cospedal como secretaria general del PP. Ahí vino la bronca, pero de ahí también surgió la idea de la fértil mente de doña Dolores: para apartarle de Génova no tuvo mejor ocurrencia que proponerle como vicepresidente del Gobierno. Mariano no tragó pero Arenas sigue en la brecha.

Por último, el convidado previsible a la orgía antimarianista es el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, quien, si la patria se lo reclama, estaría dispuesto a ofrecerse como hombre de consenso para el Gobierno de coalición. Eso sí, jamás lo haría, por supuesto sin la aquiescencia de Rajoy. Al menos aquiescencia oficial.

No, en ningún modo: no piensan en una alianza conspiratoria Pique-Gallardón aunque éste fuera el oficiante del segundo matrimonio de aquél. Eso no tiene nada que ver.

Y todo esto en ocho meses. Qué no ocurrirá cuando lleven un año en el poder.

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