lunes, 27 de agosto de 2012

Lectura inolvidable: Hechos de los Apóstoles Españoles en América (509)

Bruno Moreno
(28.07.12)


Hoy quiero hacer un regalo a los lectores: voy a recomendarles un libro excepcional. Nada hay en este mundo terreno que esté libre de defectos, así que este libro también debe de tenerlos, como cualquier obra humana. Sin embargo, yo no los he encontrado. Si no lo han leído aún, cómprenlo ahora mismo. Me lo agradecerán.

Se trata del libro Hechos de los apóstoles de América, escrito por D. José María Iraburu y publicado por la Fundación Gratis Date. El autor dice en el prólogo que “lleva en el corazón a la América hispana” y se nota. Es un libro que, además de ser interesantísimo, claramente está escrito con cariño.

Es una mirada de fe a una de las grandes gestas de la Humanidad: la conquista y, sobre todo, la evangelización de América. Su título, Hechos de los apóstoles de América, deja muy claro el enfoque que tiene la obra. No se centra en la economía, como esa Historia paganizada y pretendidamente científica que se estudia en nuestro país y que cree que, a la postre, todo se reduce al dinero. El P. Iraburu pone su mirada ante todo en lo verdaderamente importante, en lo que contribuye al auténtico progreso humano, que es la fe católica.

Aunque el libro trata la conquista, la colonización, la organización civil y los grandes acontecimientos históricos, su estructura está basada en los grandes apóstoles americanos. Sobre todo los santos. Y qué santos. Son historias impresionantes, que se le clavan a uno en la imaginación y que recordará toda su vida. Los miles de kilómetros andados por el Beato Junípero Serra, a pesar de su cojera, para evangelizar en California. La pequeñez y sencillez de San Juan Diego, tan parecidas a las de la Señora del Cielo que se le apareció. La alegría de los cantos y bailes de San Francisco Solano. La humildad de San Martín de Porres. Los numerosos mártires que regaron con su sangre la evangelización americana, desde el Canadá hasta el Río de la Plata. Obispos santos, frailes santos, seglares santos. Una multitud.

Como hemos dicho, es una mirada de fe y, por ello, no se ocultan las sombras de la conquista de América. El título del capítulo sobre el más famoso de los conquistadores es, en ese sentido, muy significativo: Hernán Cortés, pecador y apóstol. Los conquistadores eran soldados, con todo lo que eso implica de derramamiento de sangre, rudeza y ambición. Aún así, sin embargo, el libro muestra la fe auténtica que tenían esos conquistadores españoles, a pesar de sus pecados, y su deseo sincero de dar gloria a Dios y transmitir la fe a los pueblos indígenas.

No es extraño que incluso los pecadores tuvieran fe, porque podían contemplar con sus propios ojos el ejemplo evangélico de los santos, que les mostraban al mismo Jesucristo, amando a sus enemigos y dando la vida por ellos. El P. Junípero Serra, por ejemplo, cuenta cómo había dejado dicho al Virrey que, si los indios paganos o incluso los mismos indios bautizados le mataban, no se les ejecutase en represalia, sino que se les corrigiese y perdonase “en cumplimiento de nuestra ley, que nos manda perdonar injurias, y procúrese no su muerte, sino su vida eterna”.

Este libro constituye un antídoto eficaz tanto contra la leyenda negra anglosajona como contra los indigenismos paganizantes actuales. En efecto, una de sus mejores cualidades consiste en que recoge una enorme cantidad de textos de la época, frases de los diversos santos, documentos históricos, relatos de los propios conquistadores y evangelizadores, etc. Al leerlos, uno puede encontrarse, sin intermediarios, con la verdad sobre la gesta de la evangelización de América, más allá de los prejuicios ideológicos. Podemos leer de primera mano la brutalidad espeluznante de muchas prácticas paganas, las guerras y rencillas entre los indios, la descripción del sacrificio y las obras maravillosas de los evangelizadores, la alegría de los indígenas al abrazar el cristianismo, el heroísmo y los pecados de muchos conquistadores y el sincero deseo de los Reyes de España de proteger a los indios americanos.

A todas estas excelencias del libro se une otra común a todos los libros de la Fundación Gratis Date: su precio más que asequible. Son sólo 15,5 euros para un libro de más de quinientas páginas (y los que no puedan pagarlo en América pueden obtenerlo gratis). Para conseguirlo, basta enviar un correo electrónico a fundacion@gratisdate.org indicando el nombre y la dirección postal del solicitante y le enviarán las instrucciones para ingresar el dinero.

Si por mí fuera, no se ordenaría ni un solo seminarista en Hispanoamérica que no hubiera leído este libro. Ni en España tampoco. No me cabe duda de que, en su larga vida como sacerdote, el P. Iraburu ha trabajado duro en la viña del Señor, gastándose y desgastándose por las almas en muchas obras buenas. Sin embargo, si no hubiera hecho nada más, creo que bastaría este libro para considerarle un benefactor de la Iglesia. No se lo pierdan.