lunes, 15 de octubre de 2012

Festividad de Teresa de Jesús, santa de España, poeta excelsa y doctora de la Iglesia (628)




Nace Teresa en Ávila el 28 de marzo de 1515
A los dieciocho años, entra en el Carmelo
A los cuarenta y cinco años, para responder
a las gracias extraordinarias
del Señor emprende una nueva vida cuya divisa será: 
«O sufrir o morir». 
Es entonces cuando funda el convento de San José de Ávila
primero de los quince Carmelos que establecerá en España
Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana
Sus escritos son un modelo seguro en los caminos
de la plegaria y de la perfección
Murió en Alba de Tormes, al anochecer del 4 de octubre de 1582
Pablo VI la declaró doctora de la Iglesia
el 27 de septiembre de 1970.

Poesía de Santa Teresa

Mi Amado para mí


Ya toda me entregué y di
Y de tal suerte he trocado
Que mi Amado es para mi
Y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
Me tiró y dejó herida
En los brazos del amor
Mi alma quedó rendida,
Y cobrando nueva vida
De tal manera he trocado
Que mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
Enherbolada de amor
Y mi alma quedó hecha
Una con su Criador;
Ya yo no quiero otro amor,
Pues a mi Dios me he entregado,
Y mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.

Muero porque no muero
Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí
Después que muero de amor,
Porque vivo en el Señor
Que me quiso para Sí.
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero:
Que muero porque no muero.

Esta divina prisión
Del amor con que yo vivo
Ha hecho a Dios mi cautivo
Y libre mi corazón;
Y causa en mí tal pasión
Ver a Dios mi prisionero,
Que muero porque no muero.

¡Ay, que larga es esta vida,
Qué duros estos destierros,
Esta cárcel y estos hierros
En que el alma esta metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.

iAy, que vida tan amarga
Do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga:
Quíteme Dios esta carga
Más pesada que el acero,
Que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo el vivir
Me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
Vida, no me seas molesta,
Mira que sólo te resta,
Para ganarte, perderte;
Venga ya la dulce muerte,
Venga el morir muy ligero,
Que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
Que es la vida verdadera,
Hasta que esta vida muera
No se goza estando viva.
Muerte, no seas esquiva;
Viva muriendo primero,
Que muero porque no muero.

Vida, ¿que puedo yo darle
A mi Dios que vive en mí,
Si no es perderte a ti
Para mejor a El gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
Pues a El solo es al que quiero.
Que muero porque no muero.



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Clavijo 
(dedicado a mis nietas)

Santa Teresa de Ávila:  

 
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