jueves, 1 de noviembre de 2012

¿"Truco o Trato" político en Halloween ? + Recuerdo para Juan Pablo II (646)

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Álvaro María Herrero de Béthencourt
(22/10/12)

Hoy 22 de octubre, se celebra la festividad del Beato Juan Pablo II. Mi generación dio sus primeros pasos en la tierra bajo su papado. Continuamos creciendo mientras el recorría el mundo extendiendo la Palabra de Dios y labrando su fama de Papa viajero. Tenemos en la retina las imágenes de un Santo Padre cercano, divertido y que derrochaba amor allá donde iba. Apenas teníamos una docena de años cuando vimos asombrados como abrió el tercer milenio dando una lección a los que pedían su retirada.

A pesar de que mis coetáneos de generación y yo fuéramos muy pequeños como para recordar con nitidez sus enseñanzas, fue el Papa de los jóvenes. Y su amor y sus palabras para los jóvenes son extensibles hasta el día de hoy y para los jóvenes de todas las épocas. El amor no tiene fecha de caducidad y sus enseñanzas rebosaban amor.
Nos enseñó a querer más a María, a derribar barreras y cambiar el mundo con amor, a defender la vida y la dignidad humana. Denunció la tiranía que se disfraza de libertad y fue un firme defensor de la familia. Nos dijo que no tuviéramos miedo y nos buscó en todos los lugares del mundo. Todavía hoy, las Jornadas Mundiales de la Juventud y los Encuentros Mundiales de la Familia dan abundantes frutos.

Nos enseñó un camino de santidad, de amor filial a Dios, de alegría sin complejos para transmitir nuestra fe con una sonrisa, de perdón y generosidad y también aumentó la devoción al Rosario regalándole cincuenta nuevas rosas a la Virgen. ¡Sigue cuidándonos desde allá! Tus jóvenes que te quieren.

(1/11/12)

No quería dejar pasar esta fecha para expresar mi opinión acerca del fenómeno Halloween en España, nuestro país. Seguramente no diga nada nuevo acerca del tema, pero aun así quiero mojarme desde mi cosmovisión juvenil y de católico.
El término “Halloween” es una contracción de “All hallow’s eve”, cuyo significado es “víspera de todos los santos”. Como podemos ver, el significado de la palabra no tiene nada que ver con su contenido en nuestros días. En lugar de ser una fecha de celebración religiosa se ha convertido en puro marketing pagano y consumo exacerbado.

La tradición y cultura juegan un papel fundamental en nuestra configuración como país y la base que sustenta esa unidad es el cristianismo. Como diría Menéndez Pelayo: “Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentará más y más la lobreguez de la noche.” Pues bien, no sólo muchos desconocen nuestra historia, sino que algunos conociéndola, la niegan y buscan desarraigar la tradición de nuestra sociedad actual.

Y es que nuestra tradición se está diluyendo como un azucarillo en medio de la vorágine modernista y del materialismo en vena. Ya que estamos hablando de “Halloween”, la consecuencia visible es una fiesta importada, metida con calzador en nuestra sociedad y que destila un tufillo artificial y prefabricado. El truco es sencillo y resulta atractivo. La maquinaria del marketing funciona al máximo nivel, fiestas por doquier cuyo aliciente es un disfraz de cualquier tipo de cosa añadiendo la coletilla “sexy”, alcohol como bebida espirituosa idolatrada y una música con una base repetitiva hasta la saciedad y a ser posible a un volumen elevado para que no se puedan entablar conversaciones.

El trato, sin embargo, es mucho más perjudicial. Se sustituye una celebración religiosa por una fiesta de carácter lúdico; se disfraza el miedo a la muerte de burla y fiesta y no de esperanza; y sobretodo se desarraiga una tradición de siglos en pos de máscaras, maquillaje, disfraces, dulces y demás artículos que fomentan y estimulan el negocio del “terror”.

Yo me quedo con la celebración tradicional de la fiesta de Todos los Santos. Una fiesta que nos invita a la esperanza y a la oración por los que ya no están y con los que estamos unidos a través de la Comunión de los Santos. ¿Halloween? Mejor decir “Holywins”. Lo santo gana, amigos.

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