jueves, 11 de julio de 2013

Ciencia y Religión en la Escuela y en TV: Einstein, Darwin, Hawking,...Dan Brown (924)




Clavijo:

-Einstein buscó la Verdad: Sabio honrado pero agnóstico.

-Spinoza: Filósofo holandés de origen judío sefardí (+1677). Niega la conciliación entre Revelación y Razón

-Darwin: No tenía formación científica. Plagió una teoría de su abuelo masón. 

-Hawking: No ha podido demostrar nada sobre el origen del universo, pero se ha enriquecido con su libro, promocionado por los medios ateos, gnósticos y "progresistas"

-Brown: Basura literaria, Falsificación de la Historia y Calumnia de la Iglesia Católica


Reflexiones cristianas (19/6/2013): Un blog de reflexiones religiosas, con un contenido cristiano y experiencias personales de un joven católico. Su visión de Dios y de la Iglesia. Un medio de comunicación actual con el que conocer la religión cristiana católica

Ciencia y Religión: Razón y Fe

Uno de los grandes caballos de batalla de la educación religiosa es intentar hacer compatibles Ciencia y Religión. No es tarea fácil hacer entender que relatos como los once primeros capítulos del Génesis son simbólicos, y que la Biblia no es un tratado de Ciencia sino de un libro de Fe. Poco ayudan lecturas fundamentalistas de la Palabra de Dios, y todavía abundan profesores de Religión y Catequistas que más que ayudar, estorban. 

¿Qué tenemos que creer, la Biblia que nos dice que Dios creó el mundo en 7 días o la teoría del Big Bang que nos enseña el profe de Cono?, ¿Quién tiene la razón, el relato deAdán y Eva o que venimos del mono como nos dice la teoría de Charles Darwin que nos ha explicado la Seño? Preguntas como éstas y semejantes se producen casi a diario en nuestros Colegios, Institutos y Parroquias. Miedo me dan las respuestas que más de uno dará a las mismas. Nada más pensarlo se me ponen los pelos como escarpias….

Ya lo he adelantado antes: La Biblia no nos dice el “cómo” de las cosas, sino el “porqué” y el “para qué”. La Palabra de Dios respeta el genuino campo de la Ciencia, que es el encargado de investigar las causas de la Naturaleza, sus leyes y sus efectos. A la fe corresponde darle un sentido a esos descubrimientos y unas acotaciones morales a todo posible desorden o abuso de la tecnología. La fe aporta una cosmovisión creyente sin la cual la Ciencia tampoco tendría un sentido en sí misma.

Para rematar este entuerto, la mayor parte de nuestros niños y jóvenes, tienen siempre la desgracia de tropezarse con algún profesor ateo o agnóstico, quien en aras de la “libertad” y del “respeto” a las creencias, se jactan y se vanaglorian de su falta de creencia, cuando no directamente se burlan con sorna de los alumnos creyentes. Muy seguros de sí mismos, les aseguran que ciencia y religión, razón y fe, no son compatibles. Y claro, en un mundo tan científico y tan tecnológico como el que vivimos, esas aseveraciones hacen dudar a cualquiera, más si es a adolescentes que aún no tienen una fe sólida.

Para este tipo de afirmaciones gratuitas, tiran de los archiconocidos tópicos de Galileo Galilei o de Charles Darwin, como ejemplos de intolerancia fundamentalista cristiana y de incompatibilidad entre la Biblia y un tratado científico. Cierto es que la Iglesia ha tenido momentos de la historia en la que ha estado abiertamente enfrentada a la Ciencia, pero no es menos cierto que en otras épocas de la historia la Iglesia ha sido el único bastión cultural y científico del orbe conocido. Hoy en día ambos -ciencia y fe- tienen sus campos bien delimitados y deberían respetarse mutuamente, ya que más que opuestas, son totalmente complementarias. mucho me temo que en los tiempos que corren no es la Iglesia la que persigue a la Ciencia, sino la Ciencia la que acosa a la fe... He tenido que soportar alumnos que me discutían que Galileo había muerto quemado en las hogueras de la Inquisición, cuando en realidad murió de viejecito -confinado, eso sí- en su Florencia natal.

Esos mismos pseudo-profesores, maestros del engaño y la falacia, a menudo ocultan o no cuentan la película completa. Claro, que si contaran esto se les desmontaría su chiringuito falsario. Estos mindundis, cuya toda su sabiduría se resume en haber leído algún libro de Dan Brown o haber visto algún documental de Stephen Hawking o de Carl Sagan, se olvidan de mencionar, que, por poner un ejemplo, el más grande científico del siglo XX, Albert Einstein, fue un creyente. A su manera, pero un gran creyente. Judío de nacimiento, no excesivamente practicante, conforme se fue acercando el fin de su vida fue abriéndose a una perspectiva creyente del mundo sobrenatural. Mucha ciencia, mucha ciencia, pero cuando se le ven las orejitas al lobo el hombre se vuelve por naturaleza más sensible a los temas religiosos… Seguro que muchos de estos maestros del tres al cuarto, un ratillo antes de dejar este mundo, lo mismo tienen también su apertura religiosa….

Por citar algunas perlitas de Einstein, ateo “traidor” para unos, creyente convencido para otros, podríamos poner estas cinco de su etapa final:

-"Creo en el Dios de Spinoza, que se revela en la legítima armonía de todo lo que existe"
-“Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen los milagros, otra es creer que todo es un milagro”
-“El admitir que existe Algo en lo cual no podemos penetrar; el pensar que las razones más profundas, que la belleza más radiante que nuestra mente pueda alcanzar, son sólo sus formas más elementales de expresión; ese reconocimiento, esa emoción, constituye la actitud verdaderamente religiosa. En ese sentido yo soy profundamente religioso”
-“¿Qué sentido tiene la vida, y cuál es el de la vida de los vivientes en general? Poder dar una respuesta a esta pregunta significa ser religioso...Yo lo soy… Tú preguntas si tiene algún sentido formular tal interrogante. Y yo respondo: quien encuentra carente de sentido su propia vida y la de sus hermanos, no sólo es desgraciado, sino que apenas está capacitado para vivir”
-“El sentimiento religioso guarda estrecha relación con el tenor de vida del investigador serio de la naturaleza, porque este sentimiento no puede significar, en cualquier caso, que las relaciones extraordinarias que el científico contempla son ideadas por él. En un universo incomprensible se revela una Razón Infinita superpuesta. La objeción de moda "soy un ateo" se apoya en un error craso. Quien interprete a través de mis teorías esta objeción, apenas las ha comprendido”

Para mi esta última es la más bonita. Es la que reconoce la limitación del hombre, de su razón y de su conocimiento y la que reconoce la existencia de un ser Superior que lo ha planificado y ordenado todo. Osea: de DIOS, aunque Einstein no utilice ese nombre.

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