miércoles, 21 de mayo de 2014

Foro Hispánico AntiMasónico: "Virgen del Pilar y de Guadalupe, emperatriz de la HISPANIDAD". Defensora de España y de las Naciones de HispanoAmérica, contra el Islam y las Herejías, especialmente contra la Masonería (1371)

Basílica de Nuestra Señora del Pilar

Virgen del Pilar y Guadalupe
Emperatríz de la Hispanidad
SUMARIO
1. Cronología de la Virgen María
2. Anunciación
3. Aparición a Santiago en Zaragoza
4. Batalla de Clavijo
5. Historicidad de la Virgen del Pilar
6. Icono de María en Guadalupe de España
7. Aparición de la Virgen de Guadalupe enMéxico
8. La Cruz y la Virgen de Guadalupe en Lepanto
9. Atentado masónico a la Virgen Mexicana
 y Dictámenes científicos de ojos y manto

1 Cronología de la Virgen María
NATIVIDAD de María, estirpe de David (15 aC) 
Anunciación a María por el Arcángel Gabriel 
Nacimiento de JESÚS (año 1) 
Muerte y Resurrección de JESUCRISTO (33) 
Tallado del icono de María por el evangelista Lucas (35) 
Aparición de María al apóstol Santiago en Zaragoza (40) 
Asunción de María al cielo en Éfeso (44) 
El apóstol Pedro entrega el icono a su sucesor Lino (64) 
S.Leandro, obispo de Sevilla recibe el icono en Roma (589) 
El icono de María, enterrado en la invasión musulmana (711) 
Santiago salva a España en la batalla de Clavijo (859) 
Aparición del icono en Guadalupe-Cáceres (1326) 
España lleva la devoción guadalupana a América (1492) 
Aparición de María a Juan Diego en México (1531) 
Cristo y la Virgen de Guadalupe en Lepanto (1571) 
Virgen del Pilar: Reina de España (1678) 
Virgen de Guadalupe: Emperatriz de la Hispanidad (1887) 
Atentado Masónico a la Virgen de Guadalupe (1921) 
Canonización de Juan Diego por Juan Pablo II (2002) 

2 Anunciación del Ángel a María

"Ángelus"
"El ángel del Señor anunció a María
Y concibió por obradel Espíritu Santo
Aquí está la esclava del Señor
Hágase en mí según tu palabra
Y el Hijo de Dios se Hizo hombre
Y habitó entre nosotros"

3 Virgen del Pilar
Reina de España
Visita a Santiago en Zaragoza

Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo y hermano de Juan, fue designado para llevar el Evangelio de Cristo al Finisterre hispánico. Según la tradición, se despidió de la Virgen María en Éfeso, antes de embarcar para Gades-Cádiz en el antiguo reino de los Tartesos, que ya comerciaban con el reino de Salomón.

Después de dos años de escasas conversiones en Hispania. Santiago llegó a Zaragoza camino de Tarraco. A orillas del Ebro, oró con sus discípulos hasta la madrugada. Entonces oyó una música celestial y vio a la madre de Cristo, entre dos coros de ángeles, sobre una columna de mármol.


La Virgen le comunicó que el Pilar permanecería allí hasta el fin de los tiempos y le pidió que edificara una capilla para su culto. Es la primera aparición de la Virgen María, en carne mortal, privilegio de España sobre el resto de las naciones, lo que justifica su nominación por Juan Pablo II como “Tierra de María”.

Santiago volvió a Jerusalén para cumplir la promesa de la Virgen: ser el primer apóstol mártir. Cumpliendo sus deseos, sus discípulos llevaron sus restos a Galicia donde fueron enterrados.

El beato de Liébana, obispo de Astorga-León, predicó en 783 la presencia de Santiago en España. Fue el precursor del milagroso hallazgo en 839, en Compostela, del sepulcro del apóstol. Alfonso II el Casto peregrinó con los notables del reino astur-leonés, construyó una basílica y le nombró patrón protector de España.

En 859, Muza II de Zaragoza, autodenominado tercer rey de España, vasallo del emir mahometano de Córdoba, construyó una fortaleza en Albelda, lugar estratégico en el límite de la Vardulia cristiana ,para dominar la ruta de las aceifas veraniegas de los moros contra las tierras cantábricas y los valles leoneses del Esla.

4 Santiago en la batalla de Clavijo

En el año 859, el rey Ordoño de Oviedo, aliado con García, reyezuelo de Pamplona, sitió Albelda, pero Muza acudió con fuerzas muy superiores a las cristianas obligandoles a retirarse hasta el monte Laturce-Clavijo, donde pasaron la noche en situación precaria pidiendo protección al Apóstol.

A la mañana siguiente se dio la mítica batalla de Clavijo con la intervención de Santiago sobre un caballo blanco. Al grito de “Santiago, cierra España” los cristianos arrollaron a los sarracenos que dejaron 12.000 muertos sobre el campo.

Hoy, España está al borde del abismo y ha llegado el momento de dar otra cruzada. Pidamos al Apóstol su mediación para salvarnos nuevamente de la destrucción por obra del “maligno”, que ahora utiliza a los agentes social-masónicos del “Nuevo Orden Mundial”.

5 Historicidad de la Virgen del Pilar 

La historicidad de la aparición, bilocación, de la Virgen del Pilar al apóstol Santiago en Zaragoza está probada por miles de milagros y conversiones, millones de peregrinos y muchas revelaciones, o visiones. Las de P. Ruzola y Sor María Jesús de Agreda, consejera de Felipe IV, son coincidentes con las de la beata Catalina de Emmmerich, que vió a María cuando visitó y consoló a Santiago a orillas del Ebro.

Entre los milagros más documentados, destacan:
-Los mártires de Zaragoza en la persecución de Diocleciano 
-La resurrección de la reina Blanca de Navarra
-La salvación de Fernando el Católico en Barcelona, cuando un loco casi le corta la cabeza 
-La curación en 1640 de Miguel Pellicer, el cojo de Calanda, es el milagro más famoso y documentado. Miguel había perdido la pierna derecha. Después de dos años de rezar a la Virgen, amaneció con la pierna entera. Miles de personas le conocían porque pedía limosna y untaba diariamente su muñón con el aceite de la lámpara de la capilla de la Virgen del Pilar. Seis días después del milagro, el notario real redactó un acta con los testimonios de los testigos que le conocían desde antes del accidente y habían visto su pierna amputada. A instancias del Concejo municipal y de la Universidad, se inició un proceso ante el Tribunal de Justicia de Aragón. La sentencia probó que había sido un hecho sobrenatural. 

Las Cortes de España en 1678 nombraron a la Virgen del Pilar patrona del Reino y de todos los territorios de ultramar: América, Asia (Filipinas), África (Ceuta, Melilla) e islas de Oceanía (Marianas, Carolinas...).

La historicidad de Santiago en España está vinculada a la Virgen del Pilar. La semilla plantada en el año 40 por María, antes de su Asunción al cielo en carne mortal, ha fructificado: la mitad de los católicos del mundo en la actualidad rezan en español y millones de peregrinos hacen el camino de Santiago en busca del perdón de sus pecados.

Antes de volver a Jerusalén para ser mártir, Santiago construyó una capilla a Santa María del Pilar en Zaragoza. Fue el primer templo del mundo dedicado a la Virgen, cuando todavía vivía en Éfeso.

6 Icono de la Virgen María
Aparición en Guadalupe de España

El magnífico monasterio jerónimo de Nuestra Señora en Guadalupe en Cáceres fue edificado en 1340 por Alfonso XI de León y Castilla, en el lugar donde el pastor Gil Cordero encontró milagrosamente, en 1326, el icono de la Virgen María en una cueva de los montes de Toledo que separan los valles del Tajo y del Guadiana. Había sido enterrado por unos clérigos sevillanos cuando huyeron, en 711, de la invasión musulmana.

El pequeño icono representa a la Virgen con el niño Jesús. Fue tallado en madera por el evangelista San Lucas, según la Tradición. San Pedro lo llevó a Roma donde fue venerado por los Papas, hasta que San Gregorio Magno lo entregó a San Leandro, obispo de Sevilla, para conseguir la conversión de los visigodos arrianos.

Poco después se convirtió San Hemenegildo, hijo del rey Leovigildo, cuyo heredero Recaredo II se bautizó en el III Concilio de Toledo (589) dando origen al Reino católico unitario de España.

La reina Isabel la Católica era gran devota de la Virgen de Guadalupe, a cuyo monasterio se retiraba con frecuencia. Cristobal Colón rezó allí antes de emprender el viaje del descubrimiento, a ella se encomendó en una tormenta y en agradecimiento bautizó una isla del Caribe como Guadalupe. Los marinos, soldados y misisoneros españoles llevaron su devoción a América.

El vocablo español Guadalupe (río de lobos) fue utilizado por Nuestra Señora para identificarse en México a Juan Diego que sólo conocía la lengua nahualt de los aztecas. El mexicano creyó entender "te-coa-tla-xopeuh" que significa "piedra-sepiente-la-aplastar" y suena como Guadalupe al oído de los españoles. La imagen milagrosa sería conocida como la Virgen que aplastaría a la "serpiente de piedra", el temible dios Quetzalcoatl (serpiente emplumada) a quien se ofrecían anualmente más de 20.000 sacrificios humanos. Como resultado directo de las apariciones sobrevino la mayor y más rápida conversión de la historia.

El 12 de Octubre de 1887, festividad de la Virgen del Pilar, patrona de España y del descubimiento de América, el arzobispo de México y cuarenta obispos celebraron la liturgia de la Coronación de Nuestra Señora de Guadalupe como Emperatriz y Patrona de Hispanoamérica.

En 1996, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera, escribió en el prólogo del excelente libro del historiador Francis Johnston:

"Gracias Señora por esas flores que hiciste brotar en nuestro suelo helado y árido que tan elocuentes fueron para nuestros padres indios; gracias por tu nombre de Guadalupe con el que pediste que te invocáramos pues con él los hermanaste con nuestros padres españoles que así te invocaban desde siglos antes en tu Santuario de los montes de Extremadura".

7 Virgen de Guadalupe 
Aparición en México

Fray Juan de Zumárraga, primer obispo del Nuevo Mundo, fue enviado a México por el emperador Carlos para proteger al pueblo de los abusos de los conquistadores y contrarrestar la autoridad de los magistrados de la Primera Audiencia; su presidente Nuno Guzmán persiguió al obispo por defender los derechos de los indígenas. Fray Juan pidió la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe para evitar la previsible insurrección de los aztecas contra los españoles.

La madrugada del sábado "9 de diciembre de 1531", entonces fiesta de la Inmaculada Concepción, el indio Juan Diego se dirigía a la iglesia de Santiago en Tlatelolco (a 16 km. de su vivienda) para asistir a Misa. Cuando pasaba al pie del cerro de Tepeyac escuchó acordes musicales y una voz que le llamaba. Inesperadamente se encontró frente a una dama muy joven de gran belleza y brillante vestimenta que le dijo: "Soy la Virgen de Guadalupe, Madre del Dios Verdadero, dirígete a la casa del obispo y comunícale mi deseo de que aquí se construya un templo en mi honor".

Juan Diego se dirigió a la capital donde el obispo le escuchó atentamente y le pidió que volviera porque tenía que reflexionar. En el camino de regreso se encontró de nuevo a la Virgen que le encargó volviera al día siguiente a visitar al obispo. Así hizo y tuvo que esperar varias horas, repitió el mensaje al obispo que pidió una señal del Cielo antes de construir un templo en aquel remoto lugar.

Juan Diego se encontró una vez más con la Virgen que le dijo: "Regresa mañana y tendrás una señal". Al llegar a casa de su tío le encontró moribundo. Decidió cuidarlo y no asistir a la cita, pero el martes caminó a Tlatelolco para buscar un confesor antes de que su tío muriera, rodeó el cerro de Tepeyac esperando escabullirse, pero la Señora le interceptó y le dijo: "No te preocupes por tu tío porque está curado, sube a la cumbre y tráeme un ramo de flores" (en aquel terreno árido nunca habían crecido flores, menos en pleno invierno). Juan llenó de flores su tilma, la Virgen arregló el ramo con sus manos y le envió como señal de Su voluntad al obispo.

Juan Diego encontró al obispo acompañado del intérprete y del nuevo gobernador, les hizo un relato completo y sacó las flores de su manto. Zumárraga comprendió que era la señal solicitada, la respuesta a su plegaria por la paz.

Al dirigir los ojos a la tilma vieron aparecer sobre ella la imagen gloriosa de la Madre de Cristo. Juan Diego quedó abrumado al comprobar que era la misma Dama que se le apareció en el cerro de Tepeyac.

El interprete tradujo el nombre de la aparición como Guadalupe, venerada en el famoso Santuario español y cuya devoción los evangelizadores llevaron a América, a petición de la reina Isabel.

Estandartes de Cristo 
y de la Virgen de Guadalupe 
en la batalla de Lepanto 

Desde que los otomanos unificaran el Islam, desde la península de Turquía, sus conquistas en Europa se sucedieron una tras otra ocupando Macedonia, Bulgaria, Serbia y Bosnia. En 1453 cayó Constantinopla, el último recuerdo del Imperio Romano de Oriente, seguida de Valaquia, Besarabia, Bosnia y Hungría. En 1529, los jenízaros musulmanes fueron detenidos ante Viena. En el Mediterráneo la situación era análoga, las galeras turcas imponían su ley y las incursiones de los piratas berbericos, desde Túnez, Argelia y Marruecos, no respetaban la costa.

En los tiempos del sultán Solimán, la política de la Sublime Puerta en el Mediterráneo Occidental tuvo como objetivo Italia, por lo que tarde o temprano habría de chocar con los intereses españoles. En 1565 Solimán atacó Malta, un enclave que aseguraba el paso por los estrechos del Mediterráneo Central y una plataforma excelente para atacar Roma, la sede del Cristianismo. La expedición organizada por el virrey español de Sicilia consiguió levantar el asedio turco, convirtiéndose en la primera victoria de los ejércitos cristianos en muchos años y demostrando que la flota turca no era invencible, si se le oponía una fuerza organizada.

Al amanecer del "7 de octubre de 1571", Alí Pachá dio orden de levar anclas para combatir y se dirigió a los galeotes cristianos: "Si hoy es vuestro día, Alá os lo dé, pero estad ciertos que, si gano la jornada, os daré libertad". La flota turca salíó al encuentro de los cristianos con el viento a favor, lo que permitía dar descanso a sus remeros. Cuando la flota cristiana cruzaba el cabo Scropha los serviolas divisaron al enemigo a quince millas de distancia. Miguel de Cervantes, inventor el arte de novelar, fue herido gravemente en el brazo durante el combate, del que escribió: "La más alta ocasión que vieron los siglos".

El Papa Pío V había concedido indulgencias de cruzada, y un relicario de la Vera Cruz, a los embarcados en la flota. Felipe II había dado el mando de la Armada a su hermanastro Juan de Austria y a los almirantes Álvaro de Bazán, Andrea Doria y Luis de Requeséns. Todos los cristianos ayunaron durante tres días, confesaron y recibieron la Eucaristía. El estandarte azul de la Liga Santa incorporó las imágenes de Cristo crucificado y de la Virgen de Guadalupe, y los escudos de España, del Papa y de Veneci
"La Real" de Juan de Austria 
ataca a la "La Sultana" de Alí Pachá
Cuestiones de honor exigían que los almirantes se enfrentaran directamente nave contra nave y en muchas ocasiones el resultado de este combate dictaba la suerte de toda la batalla. Don Juan se adelantó con "La Real" y reconociendo la capitana de Alí, por sus tres fanales y su estandarte, mandó bogar con más fuerza. El choque fue terrible y "La Sultana" llegó con su espolón hasta el cuarto banco de los remeros del rey, pero aún más terrible fue la matanza que hizo la artillería de "La Real" pues a la segunda descarga no quedaba nadie sobre la crujía de "La Sultana".

"La Real" había embarcado a trescientos veteranos, a los que se hizo sitio desmontando los bancos de los remeros; tras descargar sus arcabuces sobre los turcos se lanzaron al asalto de "La Sultana". En dos ocasiones consiguieron pasar del palo mayor de la galera turca y en ambas hubieron de retroceder ante los contraataques de las tropas cristianas. La ayuda del Cielo concedió una gran victoria a los defensores de la Fe.

9 Virgen de Guadalupe en México
Atentado masònico y Dictámenes científicos

El origen sobrenatural de la imagen grabada en el manto del mexicano Juan Diego, cuando se le apareció en 1531 la Virgen María, ha sido demostrado científicamente por numerosos expertos del siglo pasado, en una trayectoria equivalente a la del Santo Sudario de Jesucristo, que se custodia en la catedral de Turín.

El manto o tilma es una tela de ayate, tejida con fibra de la planta del maguey, cuya vida natural es de unos veinte años como máximo. Durante más de un siglo estuvo expuesta a la humedad y a las nocivas emisiones de las velas.

El ácido nítrico, para limpieza del marco de oro y plata, se derramó en 1791 sobre la imagen, y un atentado de inspiración masónica hizo explotar en 1921, una potente bomba inmediatamente debajo del marco que encuadra el manto con la imagen, venerada en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe de México.

¡La imagen milagrosa permanece intacta a lo largo de los siglos!

El presidente masón de México, Portes Gil, dijo en 1929, en un discurso a los masones mexicanos, inquietos por el pacto para acabar con la Guerra Cristera: “El Estado y la Masonería en los últimos años han sido una misma cosa, porque los hombres del poder han sabido siempre identificarse con los principios revolucionarios de la Masonería”.

En 1936, el doctor Kuhn de Heidelberg, premio Nobel de Química, dictaminó que no existía colorante de ninguna clase en las muestras de fibras del retrato de la Virgen. En 1946 un examen con microscopio comprobó que no existían pinceladas, por lo que la imagen no había sido pintada, pero lo más extraordinario fue el descubrimiento del reflejo de personas en los ojos de la Virgen. En 1951 un técnico escrutó el ojo derecho de la Virgen en una fotografía muy ampliada con una potente lupa, identificando las facciones y el busto de un hombre barbado, identificado como Juan Diego.

En 1962, el doctor Walig de Nueva York, con la colaboración de especialistas, encontró dos caras más y pudo reconstruir las circunstancias de la Aparición. La segunda figura fue identificada como el intérprete Juan González y la tercera como el obispo Fuenleal, nuevo administrador de México.

En 1979, los profesores Callahan y Smith, de las universidades de Florida y Pensacola, tomaron sesenta fotografías con luz infrarroja y las ampliaron por computadora. El dictamen científico fue que la imagen no era pintura ni fotografía, sólo era posible por un milagro. El obispo Zumárraga no aparece porque está delante de la Virgen frente a los tres hombres reflejados en los ojos.

En el manto azul de la Virgen de Guadalupe aparecen las estrellas más visibles de una madrugada del invierno de 1531, según certifican los expertos en paleo-astronomía. Es una prueba más del origen sobrenatural de la imagen grabada en el manto del indio Juan Diego.

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