viernes, 11 de julio de 2014

Santiago Ramón y Cajal: Premio Nóbel 1906 de Medicina. Biografía + Relación con la masonería (1421)


Biografía
(libro completo en pdf)

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Luis Simarro y Santiago Ramón y Cajal:
Colegas, Amigos y Masones

Luis Simarro (1851-1921) se doctoró en 1875, especializándose en Neuropsiquiatría, aunque también se interesó en Neurohistoria y Psicología experimental.

Tanto Simarro como Ramón y Cajal, colegas y amigos, dirigían sendos centros de investigación histológica, hasta que acabaron fundiéndose en uno solo bajo la dirección de Ramón y Cajal. En 1892 Simarro fue contrincante de Ramón y Cajal en las oposiciones a la cátedra de Histología y Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina, ganadas por este último. Es considerado el Fundador de la Psicología dado que en 1902 Simarro ganaría las oposiciones a la primera cátedra de Psicología Experimental de la Universidad de Madrid.

En 1907 vuelven a encontrarse colaborando juntos en la organización inicial de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas que en aquel entonces dirigía Santiago Ramón y Cajal. Todavía en 1920, un año antes de la muerte de Simarro, se les ve colaborar juntos en el consejo editorial de la revista Archivos de Neurobiología, Psicología, Físíología, Histología, Neurología y Psíquiatría. 

Afirmaba Luis Araquistain en una nota necrológica sobre el Dr. Simarro que éste fue el precursor e iniciador de Santiago Ramón y Cajal. El propio Santiago Ramón y Cajal reconoce en el tomo segundo de sus Recuerdos de mi vida que «Debo al Dr. Luis Simarro, el afamado psiquiatra y neurólogo de Valencia, el inolvidable favor de haberme mostrado las primeras buenas preparaciones efectuadas con el proceder del cromato de plata, y de haber llamado mi atención sobre la excepcional importancia del libro del sabio italiano Camilo Golgi consagrado a la inquisición de la íntima estructura de la sustancia gris». 

A este hecho, que ocurrió en 1887, le atribuye Ramón y Cajal una importancia decisiva en su carrera. Años más tarde, es otra vez el doctor Simarro el que orienta al futuro premio Nobel Ramón y Cajall: «Consagré en 1903 particular atención al método del Dr. Simarro, primer autor que logró teñir las neurofibrillas mediante las sales de plata». El desarrollo y perfeccionamiento de este método es el que condujo a la fórmula que hizo célebre a Ramón y Cajal, «obtenida -escribe él mismo- mediante el análisis experimental de la reacción de Simarro».

Las referencias que Ramón y Cajal hace de Simarro son numerosas; pero esta compenetración profesional entre ambos médicos tenía además otra connotación extraprofesional no demasiado conocida. Y es que ambos eran masones.

Cuando Ramón y Cajal se traslada a Madrid en 1877 con motivo de la realización de los ejercicios del grado de doctor, ya era masón, pues había sido iniciado a los 25 años de edad, en los primeros meses de 1877, en la logia zaragozana «Caballeros de la Noche», dependiente del Grande Oriente Lusitano Unido. Tenía dentro de la logia el número de orden 96 y adoptó el nombre simbólico de «Averroes».

El que la Institución Libre de Enseñanza esté impregnada del ideario y filosofía del masón Krause es otro dato a tener en cuenta también a la hora de analizar la colaboración de Simarro con dicha institución ya desde 1876 cuando empezó a impartir clase de Física Experimental y de Fisiología del sistema nervioso en la Escuela Libre de Medicina y Cirugía que funcionaba en el Museo Antropológico, donde estableció un pequeño laboratorio de Física. Fue su amigo y protector, el médico sevillano Federico Rubio, fundador del Patronato que llevó su nombre, el que le presentó en la Institución Libre de Enseñanza de cuya Junta directiva formaba parte.

Fuente: José A. Ferrer Benimeli, “El Dr. Simarro y la masonería Apuntes biográficos”, en Investigaciones Psicológicas, 4 (1987), ed. Universidad Complutense, Madrid. 1987, pp. 211-234.

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Ferrer Benimeli 
miente en la entrevista

José Antonio Ferrer Benimeli acumula más de cuarenta años investigando a la Masonería. El día 11 de Marzo de 2008, ofreció una conferencia en el Ateneo bajo el título 'Satanismo, Judaísmo y Masonería'. Extracto de su entrevista:

¿Hay más libertad ahora para hablar de Masonería?
Nunca tuve problemas para hacerlo, ni siquiera en la época de Franco, aunque mi primer libro, en 1965, fue retenido tres años por la censura. Eso sí, en mis conferencias siempre había un policía que tomaba nota de todo para dárselo al ministro de Justicia.

¿Cuánto hay de leyenda y cuánto de realidad en la Masonería? ¿Se ha mitificado demasiado?
Sin duda. España era un país antimasón cuando ésta ni siquiera existía. En los países anglosajones, por ejemplo, pertenecer a esta institución es un 'timbre de gloria'.

Pero aquí se le ha llegado a tachar de secta satánica
Cuanto mayor analfabetismo y desconocimiento del tema, mayores disparates se dicen. La definición de secta es 'falsa religión'. La Masonería no es una religión y, por tanto, no puede ser una secta, es una asociación como muchas otras. Su secreto es que no tiene secreto. He investigado sus archivos, sus bibliotecas particulares, he participado en sus congresos y nunca he tenido ningún problema. Pocas organizaciones tienen tanta transparencia.

¿Cuál es la postura actual de la Iglesia Católica?
Desde el punto de vista jurídico, la Masonería no está excomulgada. En el nuevo Código de la iglesia ni siquiera se la menciona. Además, es compatible ser masón y católico.

Fuente: 
eldiariomontanes.es/20080312/santander/compatible-mason-catolico

Blog Clavijo: Ferrer Benimelli miente  cuando afirma que es compatible ser masón y católicoBasta leer la siguiente declaración oficial del Vaticano.

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CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

Se ha presentado la pregunta de si ha cambiado el juicio de la Iglesia respecto de la masonería, ya que en el nuevo Código de Derecho Canónico no está mencionada expresamente como lo estaba en el Código anterior.

Esta Sagrada Congregación puede responder que dicha circunstancia es debida a un criterio de redacción, seguido también en el caso de otras asociaciones que tampoco han sido mencionadas por estar comprendidas en categorías más amplias.

Por tanto: 

No ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión.

No entra en la competencia de las autoridades eclesiásticas locales pronunciarse sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas con un juicio que implique derogación de cuanto se ha establecido más arriba, según el sentido de la Declaración de esta Sagrada Congregación del 17 de febrero de 1981 (cf. AAS 73, 1981, págs. 230-241; L’Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 8 de marzo de 1981, pág. 4).

El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la audiencia concedida al cardenal Prefecto abajo firmante, ha aprobado esta Declaración, decidida en la reunión ordinaria de esta Sagrada Congregación, y ha mandado que se publique.

Cardenal Joseph RATZINGER, Prefecto
(Roma, 26 de noviembre de 1983)