sábado, 2 de mayo de 2015

Infante Francisco de Paula de Borbón: Gran Maestro del Gran Oriente Nacional de la MASONERÍA de ESPAÑA en 1815. Fue el detonante del Levantamiento del DOS de MAYO de 1808 contra la ocupación de la gran armada francesa del invicto Napoleón. HÉROES del 2 de mayo: Daoiz y Velarde, Capitanes de Artillería (1804)

Héroes 2-Mayo: DAOÍZ y VELARDE-Capitanes Artillería
Infante Francisco de Paula de Borbón
Francisco de Paula Antonio de Borbón y Borbón-Parma (Aranjuez 10/3/1794-Madrid 13/8/1865). Infante de España, fue el menor de los hijos del rey de España, Carlos IV y María Luisa de Parma. Fue investido caballero del Toisón de Oro (1794).
Con la ciudad ocupada por los franceses y los reyes y familia real camino de Bayona, a primera hora del 2 de mayo, salió el joven infante de Palacio, transportado en coche. Un cerrajero, José Blas Molina, penetró entonces en el edificio y salió a uno de sus balcones gritando a la multitud de desocupados y curiosos que observaban el acto:
¡Traición! ¡Nos han quitado a nuestro rey 
y quieren llevarse a todas las personas reales! 
¡Muerte a los franceses!
De tal modo, Francisco de Paula sirvió de detonante y coartada del célebre Levantamiento del Dos de mayo. «En el Pretil de los Consejos, por San Justo y por la plazuela de la Villa, la irrupción de gente armada viniendo de los barrios bajos era considerable; mas por donde vi aparecer después mayor número de hombres y mujeres, y hasta enjambres de chicos y algunos viejos fue por la plaza Mayor y los portales llamados de Bringas. Hacia la esquina de la calle de Milaneses, frente a la Cava de San Miguel, presencié el primer choque del pueblo con los invasores, porque habiendo aparecido como una veintena de franceses que acudían a incorporarse a sus regimientos, fueron atacados de improviso por una cuadrilla de mujeres ayudadas por media docena de hombres», relata Benito Pérez Galdós.
Los madrileños comenzaron así un levantamiento popular espontáneo pero largamente larvado desde la entrada en el país de las tropas francesas, improvisando soluciones a las necesidades de la lucha callejera. Se constituyeron partidas de barrio comandadas por caudillos espontáneos; se buscó el aprovisionamiento de armas, ya que en un principio las únicas de que dispusieron fueron navajas; se comprendió la necesidad de impedir la entrada en la ciudad de nuevas tropas francesas.
En cualquier caso, el infante acompañó a sus padres, Carlos IV y María Luisa, en su exilio en Francia y Roma. En 1815, los diplomáticos representantes en Europa de las Provincias Unidas del Río de la Plata proyectaron coronarlo como rey de un hipotético Reino Unido de Río de la Plata, Perú y Chile, con el apoyo de Carlos IV. El plan no pasó de un proyecto.
Aficionado a las artes y decidido protector de ellas, Francisco de Paula vivió 75 prósperos años. Fue miembro honorario y meritorio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1816) y dejó pintados varios cuadros de valía. Fue también protector de la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, presidente de la Masonería española como Gran Maestro del Gran Oriente Nacional de España y Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza (1819–1865).
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