La Gaceta-Editorial (20/7/2015): Es difícil frenar la tensión separatista cuando España no tiene otro horizonte nacional que su disolución en el problemático magma europeo. Artur Mas sigue a lo suyo: proclamar la independencia de Cataluña. Desde el gobierno de la Nación (española) se le responde que eso no es legal, luego no ocurrirá. Sorprendente fe en el valor eterno del texto escrito cuando alguien insiste en quemar el papel. Bajo la amenaza del fuego, se pasa por alto que el problema dista de reducirse a Cataluña.