lunes, 25 de julio de 2016

SANTIAGO Apóstol, Evangelizador y Patrono de ESPAÑA. Cruzada contra el Islam. ¡Santiago, cierra España! Cronología, Batalla de Clavijo, Tributo de las 100 doncellas, Voto de Santiago y El Camino de Santiago (1880)

40 dC: Virgen del PILAR con Santiago en Zaragoza
Apóstol SANTIAGO en Catedral de Compostela
Santiago Apóstol, Patrón de España
¡Santiago, cierra España!
SUMARIO
1. Cronología del apóstol Santiago
2. Tributo de las 100 doncellas
3. Voto de Santiago 
4. Camino de Santiago
5. Roncesvalles, Clavijo y Arrigorriaga
(Fundación, Pérdida y Reconquista)

1. Cronología del Apóstol Santiago
40 dC: La Virgen María se apareció, en carne mortal sobre un pilar, al apóstol Santiago en Zaragoza-España. Cuatro años más tarde, Santiago es el primer apóstol mártir, en Jerusalén, decapitado por Herodes Agripa.
722: Pelayo, duque hispano-visigodo de Cantabria, inicia la Reconquista en Covadonga con una victoria sobre los invasores moros, con intercesión de la Virgen María.
813: El sepulcro de Santiago es descubierto milagrosamente en Compostela durante el reinado de Alfonso II el Casto.
859: El apóstol Santiago sobre un caballo blanco decidió milagrosamente la batalla de Clavijo. Ordoño I venció al rey Muza II de Tudela-Zaragoza, tercer rey de España, que dominaba desde Jaca hasta Guadalajara y desde Tarragona hasta la Vardulia, apoyado por los vascones de García Iñiguez, reyezuelo de Pamplona.
Santiago Matamoros (Carrión de los Condes)
1152: Alfonso VII el Emperador y su hermana Sancha fundaron una hospedería en León para los pobres de Cristo, que se convirtió en convento-templo-hospital de San Marcos para atender a los peregrinos del Camino de Santiago. Fué la sede principal de la Orden de Santiago, cuyo primer Maestre fué Pedro Fernández de Castro. El edificio medieval de San Marcos de León fue reconstruido por Fernando el Católico. Es la 3ª joya arquitectónica de la capital, después de la Catedral y la Real Colegiata de San Isidoro.
San Marcos de León: sede de la Orden de Santiago
1175: Orden de Santiago, aprobada por Alejandro III. Apoya a Fernando II de León en la Reconquista. Su precedente son los Caballeros de Uclés. La orden traslada su sede a León en 1184.
1212: Alfonso VIII, rey de Castilla, venció a los Almorávides en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa con intervención milagrosa de Santiago, cómo sucedió en numerosas batallas por la Reconquista de España, invadida repetidamente por el Islam.
1212: Batalla de las Navas de Tolosa
1248: Fernando III, el Santo, reconquistó Sevilla, después de un largo asedio terrestre y naval, con la intercesión de la Virgen (de los Reyes) y del apóstol Santiago. En sus cartas se declaraba: «Caballero de Jesucristo, Siervo de la Virgen Santísima y Alférez del Apóstol Santiago». Sus guerreros decían que, en las batallas con San Fernando. parecían sentir en el aire la protección del Apóstol Santiago. Gregorio IX lo llamó Atleta de Cristo e Inocencio IV lo tituló Campeón invicto de Jesucristo. Su epitafio en la catedral de Sevilla reza: Aquí yace el muy honrado rey Fernando que conquistó y libertó a toda España. Cuando falleció en 1252, preparaba una expedición contra el norte de África, tratando de evitar nuevas invasiones de los infieles sarracenos.
1313: Gonzalo de Osorio. Obispo de León. Finalizó las obras de la Catedral, proyectada por Fernando III el Santo y construida por su hijo Alfonso X el Sabio.
1340: Alfonso XI rey de León y Castilla venció a los Benimerines, nuevos invasores musulmanes, en la batalla de El Salado, también con ayuda de Santiago.
1605: Cervantes publica la novela "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha", que da origen a la Lengua Española y entierra el romance castellano. Cervantes pone en boca de Sancho Panza la duda "¿está por ventura España abierta y es menester cerrarla?" y don Quijote le explica "los españoles invocan al apóstol Santiago como defensor en todas las batallas y muchas veces le han visto matando a los agarenos".
1630: Urbano VI designó a Santiago como único Patrón de España y de todos los españoles.
1646: Felipe IV decretó que los reyes presentaran la ofrenda de España al apóstol Santiago en su catedral todos los años el 25 de Julio, fiesta litúrgica de nuestro Patrón.
1884: León XIII confirmó mediante bula la autenticidad de los restos de Santiago en Compostela.
1940: Los héroes del comic Capitán Trueno y Guerrero del Antifaz se lanzan a la lucha al grito de "Santiago, cierra España".
2004: El primer acto anti-español de gobierno socialista del masón Zapatero, al ocupar la Moncloa, gracias al atentado del 11-M en Madrid (292 asesinados y un nasciturus), fue el derribo de la estatua deSantiago Matamoros en la plaza de la catedral compostelana, con la excusa de no herir sensibilidades de otras religiones. Fue un adelanto de su concepto de España y de su ley de Memoria Histórica.
2012: El 25 de julio, ningún miembro de la familia real borbona, ni del gobierno laicista del PP, asistió a la ofrenda nacional del "VOTO de Santiago" en la catedral compostelana: ¡ESPAÑA ha muerto!
2. Tributo de las 100 Doncellas 
José Javier Esparza: En la Historia de la Reconquista de ESPAÑA hay un acontecimiento capital: la batalla de Clavijo, en 844. Fue allí donde el apóstol Santiago se apareció, armado, para ayudar a los cristianos en su lucha contra el islam. Aquella batalla actuó sobre las huestes hispanas como un revulsivo. Entre otras cosas, permitió poner fin al oprobioso tributo de las cien doncellas cristianas que los musulmanes exigían como prenda de paz. Hoy casi todo el mundo está de acuerdo en que la batalla de Clavijo, propiamente dicha, no existió.
Pero sabemos que en torno al 850 hubo intensos combates en esa misma zona, y el hecho es que la memoria de Clavijo acompañó a los españoles durante siglos. ¿Qué pasó? ¿Fue todo una invención? No. Lo que sabemos de Clavijo se lo debemos a un documento del siglo XII, es decir, muy posterior a los hechos. 
En él, un canónigo de la catedral de Santiago, de nombre Pedro Marcio, dice copiar otro documento del siglo IX donde el rey Ramiro I establece el voto de Santiago, es decir, una serie de donaciones a la sede de Compostela en acción de gracias por aquella batalla. Ese documento de Pedro Marcio ha sido muy discutido por sus errores históricos y cronológicos. 
En todo caso, en su momento fue tomado por testimonio veraz. Y en las primeras historias de la Reconquista –las de los obispos Lucas de Tuy, el Tudense, y Jiménez de Rada, ambas del siglo XIII-, se otorga a la batalla de Clavijo un valor esencial. ¿Qué pasó allí?
Tiempos duros para la cristiandad: Coloquémonos en el momento preciso. Estamos a mediados del siglo IX. Los musulmanes han consolidado sobradamente su dominio en España; entre otras razones, por la conversión al islam de buena parte de la vieja elite visigoda. Han quedado fuera de su alcance Galicia, León Asturias, Cantabria y las vascongadas; es aquí, en la cornisa cantábrica, donde los cristianos se organizan. Son territorios pobres; cuando la población crezca, el paso al sur, hacia el valle del Duero, se convertirá en un imperativo general.
El interés de los musulmanes por esos territorios norteños es limitado: con el valle del Duero convertido en un desierto, sin nada que sacar de allí, los moros se contentarán con controlar la frontera castigando, eso sí, a las tierras cristianas con ocasionales campañas de saqueo. Las cosas son distintas en el este de la zona cristiana, en la confluencia de La Rioja, Navarra, Castilla y Aragón. En esta área, riquísima, se cruzan rutas comerciales que datan de tiempos de los romanos. Navarra y Aragón están bajo control musulmán; lo que empieza a ser Castilla, ya no.
Fijémonos en la España musulmana. Desde hace unos años -desde 822, exactamente- reina allí Abderramán II, un monarca nacido ya en España, en Toledo. La España musulmana se ha visto sometida a fuertes tensiones tribales, entre clanes hostiles, y también a severas convulsiones sociales por la recaudación de impuestos. Pero Abderramán II, un político de gran estilo, ha resuelto esos problemas con una singular mezcla de tacto y violencia. El cuarto emir omeya de Córdoba ha sabido poner en orden las grandes posibilidades del país: Al-Andalus es fuerte y próspera. Incluso en el plano religioso, ha logrado sojuzgar los levantamientos mozárabes. Abderramán II se siente dueño de la península, y con razón.
Fijémonos ahora en la España cristiana: hambre y guerra. En Asturias reina Ramiro I, un hombre con temperamento de cruzado. El reinado de Ramiro I, muy breve (842-850), transcurre entre guerras ora contra los árabes, ora contra los normandos. Este Ramiro I, cuyo estandarte es una cruz roja en fondo blanco, es el que crea la primera orden de Caballeros de Santiago, y también el que levanta las iglesias de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. A partir de él, la corona será hereditaria, ya no electiva.
La España cristiana vive bajo la amenaza permanente del poder musulmán. Esa amenaza se hace particularmente viva en una zona concreta: entre Álava, La Rioja y La Bureba de Burgos, en el este del reino, donde la presión musulmana es más fuerte. Ese será el escenario de nuestra historia.
Tributo de las Cien doncellas 
Dejemos que ahora hable la leyenda. En aquel tiempo, los poderosos moros habían impuesto a los cristianos un tributo vergonzoso: la entrega anual de cien doncellas. A cambio, los musulmanes no atacarían a los reyes que accedieran al pacto. Este tributo se remontaría al año 738, cuando Mauregato lo aceptó. Desde entonces, sucesivos reyes cristianos habían peleado para abolirlo. Así lo contó, mucho después, Alfonso X el Sabio:
“Así como cuenta la Historia, fue que los moros supieron que había muerto el rey don Alfonso el Casto, que era rey muy esforzado y fuerte y aventurado en batallas, y mucho los había quebrantado con lides y correrías. Y supieron los moros que en su lugar reinaba el rey don Ramiro, y pensaron que éste les tendría miedo, porque era el poder de los moros muy grande en España, y que, teniéndoles miedo, les daría lo que los moros pidiesen para que no hubiera guerra y le dejasen en paz. Y así los moros pidieron a Ramiro que cada año les diese cincuenta doncellas de las más hidalgas para casarlas, y otras cincuenta del pueblo para solaz y deleite de los moros. Y que estas cien doncellas fueran todas vírgenes.”
Pero Ramiro I, contra lo que los moros pensaban, no estaba dispuesto a aceptar semejante oprobio. De manera que el rey asturiano, con su estandarte de la cruz, convocó a los caballeros cristianos, se puso él mismo al frente y marchó en busca de los musulmanes allá donde más crítica era la amenaza: en la Rioja. Los moros, que andaban entonces enredados en las frecuentes querellas de la Navarra musulmana, disponían de un gran ejército. Y dicen las crónicas que a la cabeza del ejército moro se hallaba nada menos que el propio emir, Abderramán II.
Cuando los cristianos llegaron a la altura de Nájera y Albelda, se toparon con una sorpresa atroz: un innumerable ejército moro, compuesto tanto por tropas peninsulares como por levas de Marruecos. Los cristianos se batieron con bravura, pero la superioridad mora era manifiesta. Acosados por todas partes, los caballeros se vieron forzados a refugiarse en el castillo de Clavijo, en Monte Laturce. Era el 23 de mayo de 844. Hay que imaginarse a las huestes cristianas, ya muy mermadas, recluidas al caer la noche, al borde de la desesperanza. Pero fue entones cuando, en el duermevela de la derrota, el rey Ramiro tuvo una visión. Dejemos que él mismo nos lo cuente, según el citado documento de Pedro Marcio:
Y estando yo durmiendo, se dignó aparecérseme, en figura corporal, el bienaventurado Santiago, protector de los españoles; y como yo, admirado de lo que veía, le preguntase ¿quién era?, me aseguró ser el bienaventurado apóstol de Dios, Santiago. Poseído yo entonces de mayor asombro, que en modo extraordinario me produjeron tales palabras, el bienaventurado apóstol me dijo:
“¿Acaso no sabías que mi Señor Jesucristo, distribuyendo las otras provincias del mundo a mis hermanos, los otros apóstoles, confió por suerte a mi tutela toda España y la puso bajo mi protección? (...) Buen ánimo y ten valor, pues yo he de venir en tu ayuda y mañana, con el poder de Dios, vencerás a toda esa gran muchedumbre de enemigos por quienes te ves cercado. Sin embargo, muchos de los tuyos destinados al descanso eterno recibirán la corona del martirio en el momento de vuestra lucha por el nombre de Cristo. Y para que no haya lugar a duda, tanto vosotros como los sarracenos, me veréis sin cesar vestido de blanco, sobre un caballo blanco, llevando en la mano un estandarte blanco. Por tanto, al punto de rayar el alba, recibido el sacramento de la penitencia con la confesión de los pecados, celebradas las Misas y recibida la Comunión del Cuerpo y la Sangre del Señor, no temáis acometer a los escuadrones de los sarracenos, invocando el nombre de Dios y el mío, teniendo por cierto que ellos caerán al filo de la espada”. Dicho todo esto, desapareció de mi presencia la agradable visión del apóstol de Dios.
Ramiro –sigue diciendo la leyenda- se apresuró a contar su visión a todos: caballeros, obispos, menestrales. Al alba, las tropas cristianas, seguras de su victoria, acometieron a los sarracenos. Allí gritaron por primera vez unos españoles aquello de “¡Santiago!”. Y en el fragor del combate, en efecto, apareció el gran jinete blanco, estandarte blanco en caballo blanco, como un rayo de luz, para inclinar la victoria del lado de los cruzados. El día 25 de mayo, en la ciudad de Calahorra, el rey dicta en acción de gracias el voto de Santiago, que comprometía a todos los cristianos de la península a peregrinar a Santiago de Compostela portando ofrendas al apóstol.
¿Ocurrió ésto así? Hace siglos que se cree que no. Las fuentes cronísticas oficiales de la época, tanto asturleonesas como musulmanas, no hacen referencia alguna a Clavijo; es como si esa batalla no hubiera existido jamás. Todas las menciones son muy posteriores. Ahora bien, la crónica Najerense habla de las campañas de Ramiro contra los árabes. Por su parte, las crónicas musulmanas de la época de Abderramán II hablan de campañas moras contra Álava.
Y quizá lo más importante: unas y otras coinciden en señalar fuertes combates en el área riojana que nos interesa. Más concretamente, las fuentes asturleonesas cuentan que Ordoño I, el hijo de Ramiro I, cercó la ciudad de Albelda y estableció su base en el Monte Laturce: el mismo lugar donde la leyenda sitúa la batalla de Clavijo. Y los hallazgos arqueológicos no dejan lugar a dudas: en Albelda se combatió, y mucho.
En Albelda hubo, en efecto, una batalla o, más precisamente, dos: una en 852 y otra en 859. El contexto de ambas fue aquella lucha, a la que ya nos hemos referido, por el control de las vías de comunicación en el este de la España cristiana. Pero el rey cristiano de aquellas batallas no era Ramiro, sino su hijo Ordoño, y el jefe moro no era Abderramán II, sino Musa II, de los Banu Qasi, la poderosa familia hispanogoda conversa al islam.
La primera batalla la ganaron los musulmanes, exactamente como, según la leyenda de Clavijo, le ocurrió a Ramiro I cuando apareció por la Rioja. Pero la segunda la ganaron los cristianos, también como le ocurrió a Ramiro. Lo que la leyenda condensa en veinticuatro horas de Ramiro I, pudo ser en realidad un lapso de siete años en la ofensiva reconquistadora de su hijo Ordoño.
La polémica entre los historiadores prosigue. Pero lo cierto es que, tras aquella segunda batalla de Albelda, el poder cristiano en el área se reforzó, y los musulmanes vieron frustrado su intento de consolidar una plaza fuerte en La Rioja. Ordoño, inmediatamente, procedió a amparar la repoblación masiva del área, designio que permaneció vivo en los años posteriores, y que terminaría asentando de manera definitiva la cruz en aquellas tierras. E igualmente cierto es que Santiago, a partir de entonces, siempre fue invocado por los españoles en apuros.
3. El Voto de Santiago
José Javier Esparza: Santiago el Mayor, San Jaime, San Yago o San Jacobo, evangelizador y matamoros, uno de los dos apóstoles favoritos de Jesucristo, hijo de Zebedeo y Salomé o hijo del trueno, hermano de Juan evangelista, evangelizó España convirtiéndose en su protector y patrono.
Clavijo, enclave que se encuentra a 17 kilómetros de Logroño, ha sido considerado como uno de los lugares más emblemáticos de la Reconquista Española (722-1492). En dicho emplazamiento se produjo una de las batallas más legendarias y carismáticas de la cruzada peninsular, no tanto por la táctica, como por la aparición de Santiago Apóstol al Rey Ramiro I de Asturias. Quizás, esta batalla no hubiera sido más que otra en la larga Reconquista si no hubiera sido por la aparición de uno de los favoritos de Jesucristo.
Los hechos se narran de forma gloriosa, al estilo de la prosa densa y partidaria medieval. El Rey Ramiro I, hijo de Alfonso II el Casto, se niega a conceder el “Tributo de las Cien Doncellas” a Abderramán II, con lo que rompe con la neutralidad que el impuesto brindaba produciéndose la contienda. La negativa de la entrega anual de 100 mujeres jóvenes cristianas a los moros a cambio de la paz, es el motivo del conflicto.
Ramiro I reunió y convocó a toda la región contra los paganos siendo en un primer momento derrotados en Albelda (Logroño), no pudiendo más que refugiarse en Clavijo. Sabiéndose vencido por la diezma de sus tropas, se le apareció el Apóstol Santiago, diluyendo sus temores, tras advertirle que Él mismo estaría en el campo de batalla, vestido con una túnica blanca, en un caballo blanco, con una espada en ristre y con un estandarte igualmente impoluto, luchando a favor de los cristianos y siendo visto, tanto por éstos como por los infieles.
El Rey Ramiro I sería ayudado por el mismísimo apóstol Santiago, uno de los predilectos junto con San Juan y San Pedro. Al día siguiente, en el fragor de la batalla, y al grito de “¡Dios ayuda a Santiago!” apareció el Apóstol, como ya había descrito al Rey, decapitando a más de setenta mil moros. Santiago se convierte en Santiago Matamoros.
Aunque la anterior batalla es una de las claves para que actualmente entendamos el movimiento jacobeo en España, que se convirtió en la Edad Media, particularmente Santiago de Compostela, en uno de los lugares de peregrinación por excelencia de los cristianos, al mismo nivel que Jerusalén y Roma, las leyendas de la aparición de Santiago en la batalla no cesarán.
En 1064 en la Batalla de Coimbra (Portugal), descrita en el Codex Calixtinus, Santiago vuelve a intervenir en favor de las tropas de Fernando I. Su intercesión conseguirá que a partir de dicha fecha, la Reconquista sea considerada Guerra Santa. Las apariciones del Santo recorrerán todo el territorio peninsular mezclándose la realidad con la devoción en la Historia Oficial.
Posteriormente, y como agradecimiento de la ayuda prestada en el batalla se instaura el Voto de Santiago. El Rey Ramiro I, junto con su esposa Doña Urraca, y su hijo Ordoño, en agradecimiento por la ayuda prestada por el Apóstol Santiago en la Batalla de Clavijo, dispusieron la realización del Voto de Santiago. Será en la Calahorra el 25 de mayo de 844, por medio de un solemne privilegio se concede a la Iglesia de Santiago de Compostela un impuesto procedente de todas las regiones españolas, que comprendía tanto cosechas como botines de guerra e, incluso se crea el compromiso de viajar y peregrinar a Santiago llevando ofrendas.
En 1812 es abolido en las Cortes de Cádiz y posterior y simbólicamente es rehabilitado en 1936 y renovado simbólica y anualmente por el Rey de España cada 25 de mayo, como patrón protector de España. En 1122 el Papa Calixto II concede el jubileo o indulgencia plenaria a quién realice el Camino de Santiago el año en que el 25 de mayo coincida con el domingo.
Como hemos observado en párrafos anteriores, la batalla de Clavijo, no pasaría de ser una batalla más si no hubiera sido por la intervención del apóstol Santiago en la contienda. Un santo cuya mayor propaganda será cuando se convierta en matamoros, ya que como apóstol, como a continuación veremos, paso por España sin pena ni gloria cuando aún vivía. Santiago nace en Betsaida (Galilea) y muere decapitado en el 44 d. C. en Jerusalén por orden de Herodes Agripas I, siendo el primer apóstol en morir mártir (no el primer mártir cristiano que será San Esteban).
Hijo de Zebedeo y Salomé, hermano mayor del evangelista San Juan o el discípulo amado, la vinculación del Apóstol Santiago con Hispania (España y Portugal) comenzó siendo un culto restringido a Galicia que se generaliza cuando en el s. IX se descubre la tumba de Santiago en el “Fin del Mundo” (Finisterre) enriqueciéndose con leyendas y noticias que harán de Santiago un apóstol atrayente a los viajeros del Medievo y que se engrandecerá con el paso de los años y de los siglos.
Al no especificar nada en el Nuevo Testamento, los primeros datos que sitúan a Santiago en España se reflejan en numerosos autores de los ss. VI y VII, lo que se presenta anterior al descubrimiento de la tumba del Apóstol. En el año 33 d. C. los apóstoles se reparten el mundo conocido, iluminados por el Espíritu Santo, según el Nuevo Testamento. Pero, será en el s. IV cuando se realice la correspondencia de cada apóstol con la parte del mundo repartida. Es cuando se le atribuye a Santiago Hispania. Su particular periplo comienza en Palestina; se dirigirá a la costa andaluza, Coimbra y Braga, llegando a Iria Flavia en Galicia, donde comenzará una malograda predicación.
La escasa fama que obtendrá se circunscribirá a nueve discípulos, dos de los cuales se quedarán en Hispania con tareas de evangelización, marchándose con los otros siete con destino a Judea. El retorno lo realizarán por el Valle del Ebro, donde, con el fin de alentar su tarea, en un pilar de cuarzo a orillas de dicho río se le aparecerá la Virgen, sugiriéndole la construcción de un templo sobre dicho pilar, convirtiéndose en la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza.
Otras fuentes señalan que estando María a punto de morir, pide como última voluntad estar rodeada de los apóstoles, en esos momentos, dispersos por el mundo. Jesús le concede que se les aparezca, eligiendo un pilar en Caesaraugusta, venerándose desde entonces en la Basílica del Pilar en dicha población. Esta aparición apresurará el viaje de Santiago a Judea al encuentro de la madre de Jesús. Desde Zaragoza se dirigirá a Valencia, en donde embarcará hacia Palestina, lugar donde encontrará la muerte decapitado el 44 d. C.
Serán dos discípulos del apóstol, Atanasio y Teodoro, los que embarcarán los restos de su maestro en Jaffa (Jerusalén) y llegarán a Iria Flavia, en Galicia. En tierra firme, solicitarán la ayuda de una dama pagana llamada Lupa, dueña del trozo de tierra donde será enterrado el Apóstol. Sin embargo, el enterramiento será diseñado por Lupa de manera perversa regalando a los discípulos unos bueyes indómitos, que sin creérselo la malvada Lupa serán ungidos, llegando sin mayores problemas a la tierra señalada para el enterramiento del santo con la conversión de Lupa que no podía creerse la doma de las bestias y su sumisión. Será esta dama la benefactora del enterramiento del apóstol, donando su palacio para erigir la Iglesia y satisfaciendo a los discípulos en todas las prerrogativas que pidiesen.
Enterrados los restos de Santiago en dicho lugar, el silencio es elocuente. Ocho siglos de mutismo en los que únicamente el culto local logra que no caiga en el olvido. En el año 820/834, un asceta llamado Pelayo advierte al Obispo de Iria Flavia, Teodomiro, de la existencia de una lluvia de estrellas y apariciones en Solovio. La explicación no se hizo esperar; se trataba de los restos del Apóstol Santiago junto a otros dos más pertenecientes a sus discípulos. Alfonso II visitará el lugar del hallazgo y proclamará a Santiago como Patrono y Señor de toda España, ordenando levantar en ese mismo lugar una basílica que será sede episcopal, en detrimento de Mérida. En el s. XI Santiago de Compostela se convierte en uno de los centros más emblemáticos de peregrinación junto con Jerusalén y Roma. La tradición oral seguirá incrementando lo mítico, lo legendario, y se mezclará con lo histórico.
Lo cierto es que la peregrinación se difunde rápidamente. Miles de peregrinos comienzan un camino, ora por devoción ora por penitencia, convirtiéndose en un trayecto de intercambio cultural, económico, ideológico… pero no será hasta 1879 cuando el papa León XIII dé por auténticos los restos sepultados en Santiago de Compostela.
Camino que mezcla lo histórico con lo legendario, vía de comunicación de Hispania con el resto de Europa, consiguió que la incomunicación fuera escasa en el Medievo. La protección del Apóstol Santiago hacia España, y la coincidencia con la Reconquista, forjaron la devoción por uno de los apóstoles favoritos de Jesucristo haciendo de España uno de los lugares más visitados o uno de los centros de peregrinación preferidos de la población medieval.
La consideración de Cruzada de la Reconquista y la ayuda divina que se prestaba desde los cielos con el soldado Santiago, junto con la tradición oral y las fuentes escritas elevaron a Santiago, al lugar que ya había solicitado su madre (Mt 20, 20-28) bien a la izquierda o bien a la derecha, pese a las reticencias de Jesucristo, en un primer momento. Lo cierto, es que Santiago, tanto como matamoros como peregrino, sigue levantando pasiones en la actualidad, y conservando miles de fieles que anualmente se dirigen a una tumba señalada por las estrellas.
4. Camino de Santiago
"España y Europa se han constituido alrededor del Camino de Santiago: 
la principal peregrinación de la Cristiandad"
El Camino por antonomasia es el Camino francés, ya que todos los caminos que pasan por Francia se unen a alguna de estas cuatro antiguas vías:
-Via Turonensis (desde París, por Turonem, Tours)
-Via Lemovicensis (desde la localidad de Vézelay, por Lemovicum Limoges)
-Via Podiensis (porque comienza en Puy-en-Velay y allí se encuentra con la Vía Gebennensis que comienza en Ginebra)
-Via Tolosana (desde la localidad de Arlés por Tolosa de Francia)
En España la ruta originaria pasaba en un principio por la calzada romaza que cruza el Pirineo por el puerto oscense del Palo (Valle de Echo), pero pronto sería abandonada para usar el puerto de Somport, Huesca (vía tolosana), tal como describe el Códice Calixtino al mencionar el hospital de Santa Cristina de Somport, hoy en ruinas. Más tarde tomaría auge el paso por Roncesvalles (Navarra). Desde Somport los viajeros se dirigen a Puente la Reina de Jaca (Huesca), pasando, en el primer caso, por Jaca (Huesca), Sangüesa (Navarra) y Monreal (Navarra); y por Pamplona, en el segundo. Unidos en Obanos, a escasos kilómetros de Puente la Reina de Navarra, los peregrinos siguen por Estella, Monjardín, Logroño (La Rioja), Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Redecilla del Camino,Belorado, Villafranca Montes de Oca y Burgos. En este último lugar confluye la vía menor que, desde Bayona (Francia), cruza por Tolosa (Guipúzcoa), Vitoria,Miranda de Ebro y Briviesca. Las etapas a partir de Burgos pasan por Castrojeriz, Frómista, Carrión de los Condes, Sahagún y León. En León, algunos peregrinos optan por desviarse hacia Oviedo (Asturias), para seguir el camino de visita a San Salvador; así rezaba el dicho ya en la Edad Media: Quien va a Santiago y no a San Salvador honra al criado y olvida al Señor. Retomar el Camino Francés lleva al peregrino a La Virgen del Camino, donde los romeros pueden rendir culto a la imagen homónima, patrona del Reino de León, Hospital de Órbigo, Astorga, Ponferrada, Villafranca del Bierzo, adentrándose en Galicia a través de O Cebreiro, Portomarín, Palas del Rey y Santiago de Compostela. A lo largo del camino, se construyen iglesias y hospitales bajo la advocación de Santiago y, también, por otras adoraciones muy consideradas en los siglos XI y XII. Todavía podemos ver en las poblaciones por las que se peregrinaba, las indicaciones calle del Caminoe iglesia de Santiago, que marcaban el recorrido medieval.
El Camino de Santiago francés se inicia en España por dos vias: ramal navarro de Roncesvalles desde San Juan de Pie de Puerto (Saint Jean Pied-de-Port), (Francia) y ramal aragonés de Somport (Canfranc, Huesca).
Fundación, Pérdida y Reconquista de España: Toledo, Guadalete, Covadonga, Poitiers, Clavijo, Simancas, San Esteban de Górmaz,...Navas de Tolosa, Sevilla y Granada.
859: SANTIAGO "matamoros" en CLAVIJO

5.2. ESPAÑA Hispano-Visigoda
Fundación (589) y Pérdida (711) 
589. Tercer Concilio de Toledo: Recaredo (586-601) y San Isidoro de Sevilla (560-633) fundan España, reino hispano-visigodo, unitario y católico: es el fruto del martirio de su hermano mayor Hermenegildo a manos de su padre el rey arriano Leovigildo.
711. Batalla de Guadalete: Fin del reino hispano-visigodo por la invasión de los musulmanes norteafricanos. Mahoma amenaza destruir Europa cristiana occidental.
5.3. Reconquista de España
Batallas de Covadonga, Poitiers, Clavijo, 
Simancas, San Esteban de Górmaz,... 
Navas de Tolosa, Sevilla y Granada. 
Roncesvalles, Clavijo y Arrigorriaga.
722. Batalla de Covadonga: Pelayo, duque visigodo de Cantabria, comienza la Reconquista de España y funda el reino Astur-Leonés.
732. Batalla de Poitiers: Carlos Martel, rey de los francos, frena a los musulmanes en su intento de islamizar Europa por occidente.
778. Batalla de Roncesvalles-Valcarlos: Carlomagno (742-814) se había adentrado en tierras hispanas, acudiendo a la llamada del gobernador moro de Zaragoza que se había rebelado contra Abderramán I de Córdoba. Pero Zaragoza no se rindió y al regreso, la retaguardia mandada por Roldán sufrió la emboscada de los vascones paganos, ayudados por los moros que seguian al ejército franco para recuperar el botín. Carlomagno fue coronado (800) Emperador por León III, comienza un nuevo Imperio tras la caída del Imperio Romano (476). La extensión geográfica del imperio de Carlomagno correspondía a la totalidad de lo que hoy son Francia, Suiza, Austria, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, y la mayor parte de Alemania, Italia, Hungría, la República Checa, Eslovaquia y Croacia. La idea de la restauración imperial se abrió paso, ligada a la alianza estable que Carlomagno mantuvo con el Papado. 
808. Batalla de Roncesvalles-Ibañeta: Carlomagno fracasó en el intento de dominar España a causa de su derrota por los leoneses de Bernardo del Carpio con ayuda de los cristianos de Pamplona. Posteriormente, Carlomagno penetró por el Pirineo oriental y creó la Marca Hispánica al norte del Ebro desde Pamplona a Barcelona.
5.4. Reyes de Oviedo
791–842. Alfonso II el Casto. Arrasa Lisboa (797). Funda Oviedo (808). Hallazgo del Sepulcro de Santiago en Compostela (813).
842–850. Ramiro I el Justo, hijo de Bermudo I y de la vacona Numila. Reconquista León y rechaza a los vikingos daneses en Galicia (844).
844. Batalla de Albelda en la frontera de la Vardulia con los moros del valle del Ebro.
850–866: Ordoño I el de Clavijo. Hijo de Ramiro I. Repuebla Astorga, León y Amaya.
852. Batalla de Albelda: Cristianos leoneses se enfrentaron a Musa ibn Musa (800-862) de los Banu Qasi, gobernador de Tudela, Huesca, Zaragoza y Lérida. Era hijo de Musa ibn Fortún y de Oneca, viuda de Íñigo Jiménez, padre del futuro rey Íñigo Arista de Pamplona, biznieto del conde visigodo Cassius, convertido al Islam. La batalla finalizó con la victoria del ejército musulmán, lo que le posibilitó el control del territorio de la actual Rioja. Musa construyó una fortaleza en Albelda para defender su frontera con la Vardulia leonesa. Según la Crónica de Alfonso III, García Íñiguez de Pamplona abandonó su tradicional alianza familiar con los Banu Qasi, para aliarse con los cristianos leoneses. En 858, García Iñiguez es apresado por vikingos a las puertas de Pamplona y rescatado por Ordoño I de León, iniciándose la alianza cristiana de León y Pamplona para la Reconquista de España.
859. Batalla de Albelda-Clavijo: Ordoño I se adelantó al peligro que podría suponer la nueva fortaleza, por lo que la atacó y destruyó en la batalla de Clavijo. Lorenzo Gutiérrez de Osorio (na. 820) capitaneó el ejército astur-leonés, apoyado por García Iñiguez de Pamplona, Venció al rey Musa II de Tudela-Zaragoza, llamado en las crónicas tercer rey de España, pues dominaba desde Jaca hasta Guadalajara y desde Tarragona hasta Albelda del Ebro. El apóstol Santiago sobre un caballo blanco decidió la batalla milagrosamente.
866–910. Alfonso III el Magno. Hijo de Ordoño I, casado con Jimena, nieta de Iñigo Arista, primer rey de Pamplona (hermanastro de Muza II): Sofoca la rebelión vascona y fortifica Oporto (876), Braga y Coimbra. Vence en Polvoraria y Valdemora del Esla (878) a Mohamed II de Córdoba. Aceifa cristiana sobre el monte Oxifer del Guadiana (881). Funda Burgos (884). Lleva la frontera al Duero: Zamora (893), Simancas (899) y Toro (900). Peregrina a Compostela. Sofocó algaradas de los vascones montañeses no romanizados, frecuentes también contra romanos y visigodos.
888. Batalla de Arrigorriaga: la batalla que no tuvo lugar, ya que es el invento nacionalista de Sabino Arana. No confundir vascones con navarros, alaveses y vascongados de Vizcaya y de Guipúzcoa. El infante Ordoño, hijo de Alfonso II nació hacia 871 y no murió a manos de los vizcaínos en la batalla de Arrigorriaga.
5.5. Reyes de LEÓN
910-914. García I. Trasladó la capital de Oviedo a León y proyectó el "Imperio Hispánico de Toledo". 
914-924. Ordoño II de León. Derrotó a Abderramán III, califa de Córdoba, en San Esteban de Górmaz (917), apoyado por Sancho I Garcés de Pamplona. Derrota de Ordoño y Sancho en Valdejunquera (920) por los musulmanes que ocuparon Calahorra y se dirigían contra Pamplona. Ordena construir la primitiva Catedral de León, que fue destruida por Almanzor. Gutierre Osóriz (na. 880), nieto del primer señor de Lorenzana y héroe de la batalla de Clavijo (859), casó con la cuñada del rey Ordoño II.
924-925. Fruela II el Leproso. Hijo de Alfonso III, casado con Munia, hija de la reina Toda de Pamplona. Destronado por los hijos de Ordoño II.
925-931. Alfonso IV el Monje. Hijo de Ordoño II, casado con Jimena, hija de la reina Toda. Destronado por su hermano Ramiro.
931-951. Ramiro II el Grande. Hjo de Ordoño II, casado con Adosinda y Urraca, hija de la reina Toda. Conquistó Madrid (932). Gran victoria en Simancas (939), apoyado por sus cuñados Ramiro de Pamplona y el conde castellano Fernán González. Abdica en su hijo Ordoño. Sepulcro en San Salvador de León con su hijo Ordoño III.
5.6. Condes y Reyes de Pamplona
+715 Casio, conde visigodo de Tudela. Colaboró con los invasores musulmanes para mantener sus dominios: es el único caso de conversión al Islam. Fundador de la dinastía Banu Qasi (hijos de Casio). Es el bisabuelo de Iñigo Arista y su hermanastro Musa ibn Musa.
+862. Musa ibn Musa de los Banu Qasi, gobernador de Tudela, Huesca, Zaragoza y Lérida. Era hijo de Musa ibn Fortún y de Oneca, viuda de Íñigo Jiménez, padre de Íñigo Arista.
820-852 Íñigo Arista, primer rey de Pamplona.
852-882. García Íñiguez. hijo de Íñigo Arista.
882-905. Fortún Garcés, hijo de García Íñiguez.
905-925. Sancho I Garcés, hijo de García Jiménez.


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