sábado, 26 de noviembre de 2016

USA-Ideología de GÉNERO: La Ciencia está sucumbiendo ante la ideología. Retirada del nº 778 de la revista ARBOR del CSIC por el monográfico: ¿Hay MUJERES más allá del FEMINISMO? (2342)

La enumeración cronológica de hechos y protagonistas 
evidencia la conexión masónica de las ideologías 
que conducen a la “New Age”
Socialismo, Feminismo, Homosexualismo, Ideología de género
Orientación SEXUAL
"No se hereda, se adquiere" y
¿Puede la terapia génica fabricar “superhumanos”?
Nicolás Jouve, doctor en Biología, catedrático de Genética
Alberto Bárcena (6/4/2016): Existe un PROYECTO INTERNACIONAL ratificado y planificado en distintas CUMBRES MUNDIALES (Cairo, Pekín, Estambul,...) auspiciadas por la O.N.U. que persigue, bajo un manto de progresismo y modernidad, suprimir VALORES no solo CRISTIANOS sino VALORES NATURALES que atentan contra la propia DIGNIDAD DEL HOMBRE Y DE LA FAMILIA en concreto.
La IDEOLOGÍA DE GÉNERO es por lo tanto una pieza del proceso que estamos sufriendo ya desde hace décadas de INGENIERIA SOCIAL ANTICRISTIANA, aceptada por partidos políticos de distinto signo que obedecen consignas, y que trata de imponer un PENSAMIENTO ÚNICO fundamentado en crear un NUEVO MODELO DE FAMILIA, donde se suprime, por ejemplo, la PATRIA POSTESTAD de los padres en materia de educación, el cambio de los ROLES DE GÉNERO, CRIMEN DE LOS NO NACIDOS, etc... todo ello hábilmente enmarcado en un supuesto pero pernicioso beneficio humano que no es otro que la REDUCCIÓN DE LA POBLACIÓN a espensas de un diabólico DESARROLLO SOSTENIBLE, para lo cual se inyectan en los GOBIERNOS DE LAS NACIONES leyes degradantes y contranatura.
La IGLESIA CATÓLICA es, prácticamente, el ÚNICO ESCOLLO para esta ideología de género. Hay pués, un PLAN con unos MEDIOS y un OBJETIVO a conquistar por parte de estos INGENIEROS SOCIALES.
Alfonso Basallo (19/11/16): La ciencia está sucumbiendo ante la ideología. Ocurrió en el Bloque del Este y empieza a ocurrir en el mundo libre, que cada vez lo es menos. Por increíble que parezca cosas así comienzan a suceder en países democráticos, donde las Constituciones consagran la libertad de expresión y en universidades, donde aún no se ha abolido la libertad de cátedra, que yo sepa.
Pero lo que cuenta un jurista, el profesor Lynn Wardle, de la Universidad Brigham Young, parece sacado de la Rusia soviética, donde se elevaba a ciencia puras supercherías, se imponían por real decreto y se eliminaba del mapa a quien osara disentir, a golpe de multa y ostracismo académico.
Wardle cuenta el acoso que sufren en distintas universidades de EEUU los profesores que tienen la osadía de recordar que dos y dos son cuatro. O lo que es lo mismo, que el matrimonio sólo puede ser entre hombre y mujer; que los hijos tienen derecho a un padre y a una madre; y que la ideología de género no es ciencia sino camelo.
Acoso por parte de alumnos, pero también de otros profesores. Y es que el lobby LGTB copa buena parte de las cátedras universitarias, controla muchos departamentos, e infiltra su lupa de inquisidores en las revistas científicas.
Enseñar se ha vuelto peligroso. Te pueden hacer el vacío -como le ocurrió al propio profesor Wardle-, o hundir tu carrera de docente. O censurarte una revista científica, como le ocurrió a la catedrática María Caballero, por un número monográfico de la prestigiosa ‘Arbor’, del CSIC.
La mafia LGTB es tan implacable como los censores estalinistas que imponían despóticamente mamarrachadas como las teorías genéticas de Lysenko, convertidas en verdad científica.
Como seguramente sabrás este ingeniero agrónomo sostenía que las plantas podían ser modificadas únicamente por el ambiente al que se encontraran expuestas, sin tener en cuenta su herencia genética.
Resultado: mientras la genética sirvió en Occidente para mejorar las cosechas, en la URSS millones de personas murieron de hambre. Pero hasta que cayó en desgracia, Lysenko estuvo en el olimpo de la Academia de Ciencias, y fue considerado un héroe nacional.
¿Y qué pasaba con los científicos que se atrevían a discrepar? Lo han adivinado. Acababan en Siberia, como Nicolai Vavilov, el mejor genetista ruso, acusado de ser espía británico, que murió en un campo de concentración en 1942.
ACTUALL-Beatriz De la Rosa (10/11/16): La censura del colectivo LGTBI no tiene límites, el intento de imponer su soberanía ideológica por encima del respeto a la libertad de opinión está dejando víctimas en todos los ámbitos de la sociedad.
Respuesta de la Dra. María Caballero 
a Carta Dirigida al Presidente del CSIC 
en protesta contra ARBOR 
por publicación del Monográfico  
Asociación de Investigadores por la Vida
La Dra, María Caballero, Catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Sevilla y coordinadora del número 778 de Arbor ha dirigido una carta de respuesta al Presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en relación con la petición de retirada del número de la revista Arbor, coordinado por ella.
La Dra, Caballero lleva casi 40 años en la Universidad de Sevilla, de ellos 15 años como catedrática y ha dedicado los 20 últimos, entre otras cosas, a trabajar sobre el impacto social, literario y cinematográfico que ha supuesto la incorporación de la mujer al trabajo en la sociedad contemporánea, su lucha por la igualdad de oportunidades...etc. Su curriculum es extenso en cursos y publicaciones como experta en género e igualdad de oportunidades. Entre otros muchos méritos ha sido parte de un grupo de investigación sobre "Escritoras/ Escrituras", y de un doctorado sobre mujer ... Hace más de 20 años dirije igualmente una asignatura de libre configuración en la universidad de Sevilla, "Femenino plural. La mujer en la cine".
En ese marco de preocupaciones y actividades, y consciente de las dificultades y límites de un tema, la problemática femenina en nuestra sociedad, en absoluto resuelta, decidió proponer un número monográfico a la revista Arbor que edita el CSIC. El proceso siguió su curso, creó un equipo de colaboradoras prestigiosas, muchas de ellas catedráticas o profesoras universitarias con años y publicaciones en la materia que, desinteresadamente, pusieron su tiempo al servicio de este trabajo, conscientes de la importancia del tema. El grupo de colaboradoras son realmente especialistas prestigiosas. La Dra. Caballero no cree que asunto tan vital para la sociedad deba quedar exclusivamente en manos de especialistas, pero estas tienen algo que decir cuando llevan años en órganos de gestión y comisiones internacionales sobre la materia (Aparisi Miralles), dirigen seminarios y grupos de investigación de ese campo (Bel Bravo), y han publicado libros y papers, JCR al respecto (Montero, Castilla, Márquez..,).
La Dra. Caballero insiste en el carácter desinteresado del grupo de colaboradoras, porque, entre las acusaciones que se vierten sin justificación alguna, está la de haber utilizado dinero público para este número. Ni ella, ni nadie de sus colaboradoras, ha recibido un céntimo por un trabajo que se entregó formateado y que, al no haberse impreso, no ha debido generar gastos especiales. Por lo que, en absoluto se han detraído dineros públicos para este proyecto (una de las muchas acusaciones sin rigor ni base alguna).
Se trata de un número para evaluar alternativas, para abrir nuevos cauces en un problema no resuelto. Es ciencia y la ciencia es plural... al menos en ciencias sociales y a priori nadie tiene la verdad. De ahí el título: "¿Hay mujeres más allá del feminismo?"... No "en contra del feminismo, de la ideología de género"... sino tratando de evaluar el proceso y aportar posibles (no únicas, no definitivas) salidas al tema. Construimos la sociedad entre todos... En un asunto tan importante, ningún supuesto "especialista" tiene el derecho de arrogarse la "verdad", menos en una época en que cayeron los viejos esencialismos. Las colaboradoras defienden con rigor y argumentos sólidos, desde el punto de vista científico, posiciones independientes y perfectamente legítimas. No se ha coartado su libertad de expresión y, en este sentido, sorprende que la carta esgrima supuestas filiaciones de tipo ideológico o religioso, instaurando una dictadura en absoluto "científica". La filiación de cada uno pertenece al nivel personal y nunca debe prejuzgar una seria investigación científica, al nivel de lo exigible en Arbor.
El número ha pasado por los controles habituales en la revista. Ese es un asunto que se lleva a cabo escrupulosamente en una revista del nivel de Arbot, indexada como A, es decir, al nivel más alto de calidad científica. Para la Dra. Caballero y su equipo, es un orgullo haber superado esos controles. Y desearían que, en vez de generar desautorizaciones generalistas o ideológicas, esta investigación abriera un debate constructivo y plural, interdisciplinar... Para ello fue concebido. Un debate con argumentos científicos, que permita avanzar y alumbre nuevos caminos para nuestro mundo. Pedir la retirada de un número así es algo insólito que atenta contra la libertad de expresión y la libre circulación de ideas en una sociedad democrática.
Retirada del nº 778 de la revista ARBOR del CSIC
Carta a Presidente del CSIC, director de la revista Arbor y Comisión Mujeres y Ciencia del CSIC:
La revista “Arbor: ciencia, pensamiento y cultura” es una publicación periódica del CSIC referente a nivel nacional e internacional en el ámbito de las ciencias sociales y humanas. Es una de las escasas revistas de este tipo que están indexadas en Web of Science (Thomson-ISI) y en SCOPUS lo cual implica, entre otras cosas, una revisión por pares para garantizar la calidad científica, la relevancia, la actualidad y originalidad de los artículos publicados. Se trata de una revista en la que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas muestra su universo intelectual, un vehículo de transferencia del conocimiento científico que producimos, un referente del nivel académico y de reflexión que tiene como institución pública de investigación. Por esta razón, es sorprendente e indignante que el número 778 de la revista Arbor, publicado en marzo-abril de 2016, y que lleva como título “¿Hay mujeres más allá del feminismo? De la lucha por la igualdad al transhumanismo/posthumanismo” se haya usado como plataforma para propagar ciertos idearios anti-feministas, homófobos y transfóbicos que nada tienen que ver con la calidad científica, la relevancia social y el rigor conceptual.
Desde el título escogido hasta el contenido de sus artículos, es una auténtica ofensa para las personas que nos dedicamos a hacer ciencia en este país y pone en entredicho la trayectoria y la calidad científica de Arbor y del CSIC, además de constituir una provocación evidente para las feministas y un insulto para la ciudadanía que paga con sus impuestos las investigaciones, revistas y herramientas de divulgación de la ciencia pública. Se trata de un síntoma más del proceso de involución que estamos experimentando en lo tocante a los derechos de las mujeres, no sólo en el ámbito académico y no sólo en nuestro país.
Los artículos emplean una estrategia argumental sutil y eficaz que consiste en obviar todo su contenido historiográfico y vaciar de significado ciertos términos teóricos para lanzar mensajes opuestos a su contenido. En este caso se usan conceptos, reflexiones y cuestionamientos propios de la teoría feminista más radical, como es el caso de las teorías de la centralidad del cuidado y de la vida, para llegar a decir todo lo contrario y poner en cuestión la validez de las teorías y los movimientos feministas que se llevan desarrollando desde hace varios siglos. Así mismo se emplean alegatos revanchistas y términos como el de “ideología de género”, que en los últimos tiempos han venido siendo empleados por patriarcas, obispos, movimientos antiabortistas y legisladores, para la desconfiguración del mensaje feminista y su presentación ante la opinión pública bajo el paraguas de la “guerra de sexos”.
En este número monográfico sobre feminismo se ha invitado a colaborar a autoras escasamente acreditadas y que no cuentan con publicaciones previas en el ámbito de los estudios de género y feministas, cuando el propio Centro de CC Humanas y Sociales del CSIC cuenta con numerosas expertas de alto nivel que no han sido invitadas a publicar en este número. En los artículos no se duda en cuestionar la validez del trabajo científico de autoras feministas de reconocido prestigio, algunas de ellas trabajadoras del propio CSIC, ridiculizando su trabajo y sus aportaciones a favor de la igualdad de género. Como argumento las colaboradoras de este número presentan la igualdad de género como algo ya superado y por tanto ubican al feminismo en el marco de lo inútil, del revanchismo contra los hombres o de las guerras ideológicas, cuando no como un ataque a la familia, a la vida o a las propias mujeres que se ubican “más allá del feminismo” o “más acá de los estudios de género” que se retratan como “víctimas” de la utopía feminista.
Arbor, revista del CSIC, ha invitado a publicar un contenido en el que se incide en la innecesaria acción de la Comisión Mujeres y Ciencia que forma parte del propio CSIC, considerando la “discriminación femenina”, los “techos de cristal” y la “tijera” (véase el uso artero del lenguaje) como un tópico reiterado “ad nauseam”. Una comisión que anualmente hace públicos los datos estadísticos que evidencian de manera contrastada las discriminaciones de género que siguen actualmente vigentes en el ámbito de la ciencia, como reflejo de la sociedad patriarcal. El propio director de la revista Arbor es vocal en esta comisión Mujeres y Ciencia que tanto se critica. Así también en el número de la revista se critica a la asociación AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), respaldada por investigadoras del CSIC muy consolidadas, cuyo trabajo se trata de ridiculizar en base a los testimonios breves de cinco mujeres.
En los textos publicados se hace un ataque frontal a reivindicaciones, movimientos y luchas sociales que legítimamente se han venido realizando y que tanto han contribuido a la justicia social, como los movimientos LGTBQI, considerando las teorías deconstructivistas y queer como propuestas peligrosas y perniciosas para el orden social y, de paso, confundiendopersonalidad, identidad, género, orientación sexual y sexo, entre otras cosas.
 se trata de una publicación que va en contra de uno de los 6 pilares del European Research Council (ERC) y del programa Horizonte 2020 relativos a la promoción de la igualdad de género en la investigación. Es una publicación que no ha podido pasar por los sistemas de evaluación por pares, que no cumple con los filtros de calidad científica a los que estamos sometidas las personas que nos dedicamos a la investigación incluyendo errores de citación, expresiones burdas y coloquiales y que carece de cualquier argumentación sólida dentro de los parámetros del feminismo, de la filosofía, de la antropología o cualquier rama de las ciencias sociales y humanas. Se trata de una publicación doctrinal, apologética, ideológica ya que para defender todas estas ideas no se realiza un análisis pormenorizado de las distintas teorías feministas para criticarlas, no se propone una argumentación basada en investigación de campo o en casos de estudio y tampoco se plantea un análisis teológico profundo del papel de las mujeres. Entre las referencias usadas en estos artículos están los papas de la iglesia católica, citados en calidad de expertos en feminismo o ecología, los documentos de la congregación para la doctrina de la fe y los escritos de Escrivá de Balaguer, en los que se esencializa a las mujeres y se restringe su aportación a la sociedad a su papel biológico como madres o como religiosas. Son textos de un marcado carácter anti-feminista, en cuanto identifican los logros de las universitarias e investigadoras como fruto de su propia naturaleza femenina y su esfuerzo personal, sin que nada se deba al movimiento sufragista, feminista o por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Hace tiempo que en ciencias sociales se parte de la base de que ni el lenguaje, ni por supuesto la investigación, son acciones neutras. En esta carta no tratamos de pedir una censura a personas de determinadas creencias o filiaciones políticas, ya que vivimos en un contexto en el que impera la libertad de expresión. Lo que defendemos es que no se permita la publicación de textos ofensivos que transmiten una ideología anti-feminista, homófoba y transfóbica empleando para ello un medio sostenido con fondos públicos para la divulgación y la transferencia de conocimiento científico. Por lo tanto pedimos la retirada del número monográfico de Arbor que nunca debería haber auspiciado una institución como el CSIC, ya que sus autoras disponen de otros medios y foros más adecuados para la publicación de este tipo de textos. Además, nos gustaría conocer las medidas que va a adoptar la dirección de la revista Arbor, la comisión Mujeres y Ciencia del CSIC y la presidencia del CSIC para evitar que vuelvan a fallar todos los sistemas que garantizan la calidad científica y que se vuelvan a publicar este tipo de escritos anti-feministas. Además les invitamos a que contesten a las siguientes preguntas:
- ¿Cómo está funcionando el sistema de revisión por pares de la revista?
- ¿Por qué el CSIC permite que se critique de manera deliberada y no argumentada a sus propias científicas, echando por tierra carreras de investigación de contrastada solvencia?
- ¿Por qué la revista Arbor del CSIC critica a las propias científicas del CSIC, a la Comisión Mujeres y Ciencia del CSIC de la cual es vocal el propio director de la revista?
- ¿Por qué se ha invitado a publicar a académicas que no están suficientemente acreditadas en el ámbito de los estudios de género, cuando el CSIC y las universidades españolas cuentan con científicas del más alto nivel? ¿Por qué se dedica un número a este tipo de doctrinas, que carecen de todo rigor científico y filosófico, destinando herramientas y recursos públicos?
- ¿Por qué justo ahora se permite este insulto y esta provocación a las científicas, a las profesionales, a las mujeres, a las personas LGTBQI? ¿Cómo debemos de interpretar que la publicación de opiniones tan insultantes hacia la mayoría de la población no haya hecho saltar las alarmas y no produzca ningún tipo de rubor?
A no ser que se puedan dar respuestas claras a estas preguntas la conclusión más obvia a la que conduce la lectura de este número es que esta es una muestra más de cómo los sectores más reaccionarios de la sociedad, especialmente las alas más conservadoras del Opus Dei, están copando ámbitos de decisión política y científica y, en este caso, empleando instituciones, revistas y recursos públicos para transmitir su mensaje antifeminista y homófobo contraviniendo todos los principios de investigación científica, insultando y provocando a la comunidad LGTBIQ, a las científicas, a las feministas y a la ciudadanía en general.
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  5. Pío Baroja. Comunistas, Judios...y Masones (1938)
  6. Monseñor Jouin. Protocolos de los sabios de Sión (1927)
  7. Padre Juan Cladio Sanahuja. Desarrollo Sustentable (2003) 
  8. Vicente Cárcel Ortí. Caídos, Víctimas, Mártires 1936 (2008)
  9. Sanguis et Aqua. Nuevo Orden Mundial (2013)
  10. Michael O’Brien. El Padre Elías en Jerusalén (2015)

          (Píldora nº 1 del 6/11/2009)
        Si Amenábar en su película “Ágora” ensalza a los gnósticos del siglo IV será porque está en el ajo de la "Nueva Era", super-herejía y eslabón último de la cadena gnóstica, como denunció Juan Pablo II.
        El primer hereje del gnosticismo fue el mago Simón de Samaria en tiempos de los apóstoles. Desde San Ireneo, obispo de Lyon (siglo II), hasta Clemente XII (1738) y todos los Papas posteriores, el Gnosticismo es considerado como el principal enemigo del Cristianismo. Es la base filosófica y religiosa de la Masonería moderna.
        La "Nueva Era" es una religión sincrética que aglutina religiones orientales, herejías gnósticas e ideologías masónicas. Su objetivo es la destrucción de la Iglesia Católica mediante la sustitución, ya que los seres humanos por ley natural necesitan creer en algo superior y el ateísmo ha fracasado después de dos siglos. Relativismo, Ideología de género y Educación para la ciudadanía son los frutos perversos del Gnosticismo y la Masonería. 
        Una élite plutocrática de ideología masónica totalitaria está al servicio de Satanás. El gran desarrollo de la ciencia y la ingeniería psicosocial ha acelerado el proyecto de Gobierno mundial, documentado desde la carta de Pike a Mazzini (1871), conservada en un museo británico.