Siete Iconos de la Virgen María
pintados por San Lucas
InfoCatólica (18.10.2009)
En este Domund, Domingo de Misión, recordamos que el Señor requiere de sus discípulos que sigamos su ejemplo y que vayamos por todo el mundo predicando el Evangelio. S. Francisco de Asís solía decir que hacía falta predicar, y si fuera necesario usar palabras. Hay muchos fieles generosos que han entregado sus vidas al Señor para llevar a cabo esa misión de una forma concreta y visible para los que les ven por todo el mundo y corresponde a los demás apoyarles de toda forma posible.
En el Evangelio del XXVIII Domingo de Tiempo Ordinario, el Señor explica que Él “no vino para ser servido sino para servir y dar su vida” (Mc. 10, 45).
San Lucas o Lucanus (s. I), médico de profesión (Col. 4, 14), lo practicó sirviendo como fiel discípulo a S. Pablo [que llegó a escribir: “sólo Lucas queda conmigo” (2 Tim. 4, 7-11)]. Además, no sólo predicó como misionero y escribió el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles, sino que finalmente dió su vida por Cristo colgado de un árbol, según una tradición.
También existe la bella y antigua tradición de que este Patrono de pintores (y de médicos, entre otras profesiones) pintó a la Ssma. Virgen María en persona o en una visión mientras ella le contaba sobre su Hijo Jesús. Por lo tanto, hay bastantes cuadros de Ntra. Señora que se han atribuído a este santo evangelista en algún momento, que se dice llevaron diferentes predicadores por todo el mundo para apoyar la evangelización de diferentes países.
1) Ntra. Sra. de Filermo
Isla de Rodas
2) Ntra. Sra. de Vladimir
Patrona de Rusia
3) Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro o de la Pasión
Patrona de las Islas Filipinas
4) Ntra. Sra. de Czestochowa
Patrona de Polonia
5) Ntra. Sra. de San Lucas
Bologna-Italia
6) Imagen que llevó Sto. Tomás a India
7) Ntra. Sra. de la Strada o de Populo
Basílica de Sta. María la Mayor de Roma
Sta. Elena la regaló a su hijo Constantino
So bastante parecidas esas imágenes y hoy en día se piensa que la mayoría fueron pintadas después [Por ejemplo: Ntra. Sra. de la Strada, s. VI, Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, s. XIII], pero que podrían ser copias del verdadero icono que pintó San Lucas y que se ha perdido.
La Enciclopedia Católica dice de S. Lucas:
“Como observa Plummer, es seguro que San Lucas era un artista, al menos en la medida en que sus descripciones gráficas de la Anunciación, la Visitación, la Natividad, la Adoración de los pastores, la Oveja perdida, etc., han llegado a ser temas de inspiración favoritos de los pintores cristianos”.
A pesar de la divulgación que se ha hecho de esas imágenes de la Ssma. Virgen María, el mejor retrato de Ntra. Señora que nos dejó S. Lucas se encuentra en el Evangelio que escribió, pero más que un retrato se podría considerar un autorretrato de la que el ángel Gabriel llamó “llena de gracia” (Lc. 1, 28) en sus propias palabras:
“He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra” (Lc. 1, 38), además del precioso “Magnificat” en el que revela a su prima la grandeza de su alma.
Sólo el Evangelio de S. Lucas recoge esas bellas palabras que han dado ejemplo e inspirado a innumerables misioneros a lo largo de los siglos a ser mejores siervos del que vino por Amor Divino para servir.
Que San Lucas nos ayude al leer su Evangelio a conocer mejor al Señor y a Su Madre para mejor imitarles y servirles.
Imagen de Santa María de Guadalupe
Tallada por San LUCAS
Donada por San Gregorio Magno
a San Leandro, obispo de Sevilla
Santiago Clavijo (12/12/2014)
El magnífico monasterio jerónimo de Nuestra Señora en Guadalupe en Cáceres fue edificado en 1340 por Alfonso XI de León y Castilla, en el lugar donde el pastor Gil Cordero encontró milagrosamente, en 1326, el icono de la Virgen María en una cueva de los montes de Toledo que separan los valles del Tajo y del Guadiana. Había sido enterrado por unos clérigos sevillanos cuando huyeron, en 711, de la invasión musulmana.
El pequeño icono representa a la Virgen con el niño Jesús. Fue tallado en madera por el evangelista San Lucas, según la Tradición. San Pedro lo llevó a Roma donde fue venerado por los Papas, hasta que San Gregorio Magno lo entregó a San Leandro, obispo de Sevilla, para conseguir la conversión de los visigodos arrianos.
Poco después se convirtió San Hermenegildo, hijo del rey Leovigildo, cuyo heredero Recaredo II se bautizó en el III Concilio de Toledo (589) dando origen al Reino católico unitario de España. La reina Isabel la Católica era gran devota de la Virgen de Guadalupe, a cuyo monasterio se retiraba con frecuencia. Cristóbal Colón rezó allí antes de emprender el viaje del descubrimiento, a ella se encomendó en una tormenta y en agradecimiento bautizó una isla del Caribe como Guadalupe. Los marinos, soldados y misioneros españoles llevaron su devoción a América.
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