sábado, 28 de abril de 2018

La Masonería derribó el Imperio Austro-Húngaro

La Masonería derribó el Imperio Austro-Húngaro
La cruz y la espada 
Javier Navascués
(28/3/2018)
Hace 100 años, en octubre de 1918, se disolvía el Imperio Austro-Húngaro con el final de la Primera Guerra Mundial. Como hace 200 años con la práctica desaparición del Imperio español, la masonería, tanto la de raíz anglosajona como la afrancesada, tuvo un papel relevante en los acontecimientos.

Hace 100 años, en octubre de 1918, se disolvía el Imperio Austro-Húngaro con el final de la Primera Guerra Mundial. Como hace 200 años con la práctica desaparición del Imperio español, la masonería, tanto la de raíz anglosajona como la afrancesada, tuvo un papel relevante en los acontecimientos.

El 3 de octubre de 2004 era beatificado por Juan Pablo II, Carlos de Habsburgo, último emperador de Austria-Hungría. Carlos I de Austria y IV de Hungría (1887-1921) fue un personaje trágico. Reinó entre noviembre de 1916 y noviembre de 1918, cuando se produjo el hundimiento de su imperio en medio del caos que se produjo en Europa al terminar la I Guerra Mundial.

Heredó de su antecesor, su tío abuelo el emperador Francisco José, una guerra que no quería e intentó cuanto pudo por ponerla fin mediante prolongados intentos de negociación que al final no prosperaron por la mala fe de los gobiernos aliados, empeñados en una victoria total (tema que dará para otro artículo) y por la actitud de su aliado, el II Reich alemán, deseoso de satelizar y, a ser posible anexionar, a Austria –Hungría.

El complejo y multinacional imperio Austro Húngaro, heredero del antiguo Sacro Imperio Romano Germánico era uno de los estados más antiguos de Europa. Situado en el centro de Europa, se extendía a lo largo de lo que hoy son Austria, Hungría, Chequia, Eslovaquia, parte de Polonia, parte de Rumanía, zonas alpinas del noreste de Italia además de Eslovenia, Croacia y Bosnia.