miércoles, 17 de enero de 2024

Estatua del socialista, masón y golpista Largo Caballero en Madrid. El Ángel Caído del Retiro. Símbolos de la masonería que quedan por Madrid. Guía histórica de la masonería en Madrid. Carmena pone una placa a la sede de la logia masónica de Madrid

EL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE MADRID 
DICTÓ UNA SENTENCIA QUE DECLARÓ ILEGAL 
LA RETIRADA DE LA ESTATUA DE FRANCO. 
A POCOS METROS DE ALLÍ LA DEL "LENIN ESPAÑOL"
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El Ángel Caído del Retiro
Puerta del infierno a 666 metros sobre el nivel del mar
La estatua del Ángel Caído, en el parque del Retiro, es uno de los puntos de reunión más famosos del histórico enclave. Siempre rodeada de paseantes, ciclistas, corredores y patinadores, destaca entre el gentío por su valor artístico a pesar de su significado. Aunque es desconocido para muchos madrileños, esconde una historia paralela relacionada con el más allá. No solo porque representa a Lucifer en su expulsión del Cielo, sino porque está considerada por quienes creen en el Mal como una puerta al Infierno. Un dato que apoya esta tesis es la ubicación de la figura: a 666 metros sobre el nivel del mar.
No se sabe si es una casualidad o si la escultura se situó sobre el pedestal con esa pretensión. Lo único cierto es que su analogía con el número del Diablo da mucho que pensar. Tanto es así que este siniestro paralelismo ha motivado la idea de que este punto del Retiro es una de las puertas al más allá en el mundo. Incluso se ha dicho que, esculpida en 1877, tiene algo que ver con la desaparición del antiguo cementerio, en 1874, tras la creación del Paseo de Fernán Núñez. En cualquier caso, esta idea apenas ha calado. El hecho de que el emblemático jardín madrileño cerrara sus puertas de noche, hace más de quince años, ha aplacado las concentraciones satánicas en torno a la estatua, si bien siempre hay algún conato esporádico.
Pero el Ángel Caído es mucho más que superstición. Es el emblema masónico del Retiro y también una de las obras más valoradas de Ricardo Bellver. Se muestra a Lucifer precipitado desde el cielo y aprisionado por serpientes que amarran sus brazos y piernas. Esculpida en bronce y comprada por España por 4.500 pesetas, fue premio nacional de escultura y fue expuesta en la exposición universal de París cuatro años después de su elaboración.
Los símbolos masónicos están en inscripciones de edificios, en pinturas de bóvedas de restaurantes, en estatuas ubicadas en glorietas... Te proponemos una ruta para descubrir el Madrid de los masones 
Los símbolos masónicos en Madrid
El Templo de Debod
Los masones adoptaron numerosos símbolos de la civilización egipcia para su cultura ritual. Y muchos de ellos están representados en el Templo de Debod, un magnífico edificio que Egipto regaló a España en 1968 como agradecimiento por la ayuda española para salvar los templos de Nubia, que se encontraban en peligro por la construcción de la presa de Asuán.
El templo egipcio está situado al oeste de la Plaza de España, junto al Paseo del Pintor Rosales (Parque del Oeste). Para la masonería, las columnas del templo simbolizan la fuerza y el equilibrio dos de sus máximas. Y las figuras que aparecen en las inscripciones, dioses y faraones unidos de la mano, representan la fraternidad.
El Ateneo de Madrid
El Ateneo (Calle Prado 21) siempre ha estado ligado a la masonería desde sus comienzos. Muchos de sus socios han sido destacados masones, como el presidente de la II República Manuel Azaña, el abogado y político Augusto Barcia Trelles o el intelectual Mario Roso de Luna. No en vano, los símbolos masónicos están por todo el edificio, algo que también ha costado muy caro, como cuando en 1952, durante una reforma, se ordenó eliminar todas las estrellas de cinco puntas que se encontrarán, un símbolo esencial entre los masones.
Destaca sobre todo el El Techo del Salón de actos del Ateneo, un fresco decorado por Arturo Mélida, donde aparecen multitud de símbolos masones: columnas y triángulos que hacen referencia a los principios de la masonería: libertad, igualdad, fraternidad... Tres figuras que recuerdan la sabiduría, la fuerza y la belleza... La escalera de los siete peldaños, símbolos de las siete virtudes a las que en todo momento debe aspirar el buen masón... En el fresco hay dioses griegos, esfinges egipcias y gárgolas góticas, influencias del pensamiento masónico.
Cementerio de San Isidro 
Una tumba pagana en medio del cristianismo
El cementerio de San Isidro (Paseo de la Ermita del Santo s/n) guarda otra de las representaciones masónicas por excelencia en Madrid: el panteón de Alejandro Lassalle, una tumba totalmente laica en medio de un campo santo cristiano, construida en 1887 por José Marín. Con una superficie de 31 m² no tiene ni una sola cruz en su origen –la que hay en la puerta de hierro es posterior–, lo corona un cenotafio –una urna para las cenizas de un muerto– como en el fresco del Ateneo. El mausoleo se distingue, sobre todo, por las dos largas hojas de acacia que están grabadas en las jambas del edificio. La acacia es la madera en la cual se construyó el arca de Noé, material incorruptible según la leyenda. Es también uno de los más importantes símbolos masones.
La base del panteón original tiene forma de cruz griega, luego fue ampliado. En el tímpano hay una paloma de alas extendidas (simbología común en las culturas cristiana y masónica) y debajo hay la leyenda donde se lee: «A mi querido esposo». Aparece también la estrella de cinco puntas.
Ministerio de Agricultura
El edificio que alberga hoy día el Ministerio de Agricultura (Paseo de la Infanta Isabel, 1) es otra de las construcciones con multitud de símbolos masónicos. Construido por el arquitecto (y también masón) Velázquez Bosco finalizado en 1897 tiene referencias masónicas en la fachada principal, como son las columnas pareadas, que simbolizan el equilibrio y la fuerza. Aunque lo más llamativo es el frontón, tres figuras de la Gran Logia: La Gloria —una victoria alada junto a las alegorías de la Ciencia y el Arte—, y a ambos lados de ella, dos Pegasos acompañados por figuras humanas que simbolizan la Agricultura y la Industria (izquierda) y la Filosofía y las Letras (derecha).
Estatua de Emilio Castelar
El modernísimo restaurante «La Capilla de la Bolsa» (Calle de la Bolsa 12), está construido sobre lo que fue en la Edad Media la antigua ermita templaria de la Santa Cruz. En el siglo XVIII, bajo su bóveda barrosa se reunían los miembros de la primera logia masónica de España. Cuenta la leyenda que bajo su suelo se abren galerías y pasillos que conducen a lugares lejanos de Madrid, entre ellos el Palacio Real.
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