viernes, 15 de febrero de 2019

La MASONERÍA dirige el SEPARATISMO catalán y vasco desde la Transición que parió la Constitución de las Autonomías y Nacionalidades

La MASONERÍA está detrás del SEPARATISMO 
Miguel Blanco
6-2-2019 
Este mes de febrero va a iniciarse el juicio contra los separatistas catalanes que convocaron un referéndum ilegal y anti-nacional el pasado 1 de octubre de 2017. Tras 40 años de cesiones constantes, a los separatistas solo les quedaba una cosa por reivindicar: la independencia. Y es lo que intentaron. No sabemos exactamente cuál fue el objetivo real de aquel golpe separatista. Todo apunta a que se buscaba crear una situación de tensión máxima para asustar al pueblo español y que éste aceptara como mal menor una reforma federal de la Constitución que diera todavía más competencias a las autonomías pero sin llegar a la secesión total. Pero algo falló en el guión previsto. Y fue el pueblo español. Al principio fueron unos pocos cientos en Cataluña, luego miles, siempre liderados por la la plataforma Por España me Atrevo y por Democracia Nacional, mientras que partidos como el PP y Ciudadanos ordenaban a sus simpatizantes no salir a las calles a plantar cara a los separatistas.

Esa chispa en Cataluña empezó a propagarse por toda España y cientos de miles de personas empezaron a salir a la calle y a colocar banderas nacionales en sus balcones. El Nacionalismo español, es decir, el auténtico enemigo del Régimen 78 y de la Unión Europea, se estaba empezando a descontrolar, por lo que se llevó a cabo una maniobra para canalizar todo ese movimiento y proceder luego a su inmediato bloqueo. Primero fue el discurso del Rey, digno heredero de su padre. Si el padre nos traicionó con el Sahara, está por ver si el hijo acabará haciendo lo mismo con Cataluña. Después, el propio Régimen 78 organizó una manifestación en Barcelona a la que acudió más de un millón de personas para protestar contra el separatismo y para defender la soberanía nacional de España. Pero se encontraron en el escenario a una banda de masones liderada por Vargas Llosa y por Josep Borrell que les dijeron que lo único importante era apoyar a la Unión Europea.

La misma Unión Europea que, junto con los Estados Unidos, diseñó, creó y financió el actual Régimen que sufre España. En efecto, fueron los Estados Unidos, coordinados con Francia y Alemania, quienes compraron y financiaron a todos los protagonistas de la Transición. A todos, del Rey Juan Carlos abajo. Y como quien paga manda, todos estos políticos a las órdenes del extranjero implantaron en España un régimen en beneficio de intereses extranjeros, no del pueblo español.

Por eso nos impusieron las autonomías: para balcanizar y debilitar al pueblo español, de la misma forma que le impusieron a los alemanes un régimen federal en 1945, con la diferencia de que España, en teoría, no había sufrido una derrota militar. Pero sufrió la infiltración masónica que se encargó de implantar un régimen en España que no le creara problemas a Francia y a Alemania en Europa ni a los Estados Unidos en el Mediterráneo.

No es casualidad que desde entonces todos los gobiernos de España hayan estado haciendo cesiones constantes a los separatistas, gracias a esa transición y a esa Constitución que algunos defienden.

La crisis separatista de los últimos años solo ha sido un episodio más de toda esta historia de traiciones desde dentro y desde fuera. Al principio parecía que el apoyo a los separatistas venía desde Estados Unidos e Israel. No fue casualidad que el separatista Artur Mas se entrevistara con el embajador de estados Unidos en España y luego viajara a Israel antes de convocar su primer referéndum en 2014. Apoyos de Estados Unidos e Israel tapados de forma muy conveniente por la derecha liberal, que insistía con su ridícula actitud de culpar a Rusia.

Luego vino el apoyo del propio Régimen 78 al referéndum del 1 de octubre, en el que nos tenemos que creer que el CNI no sabía ni dónde estaban las urnas, ni las papeletas, ni el papel que iban a jugar los Mossos, igual que tampoco se enteró luego de las fugas de Puigdemont y otros líderes separatistas. Y el último cable a los separatistas se lo ha echado la UE. Primero Bélgica y Alemania, dando refugio a los separatistas y negándose a entregarlos a España, como hacían con los etarras. Luego un tribunal de tercera alemán decidió que el único delito que habían cometido los separatistas era el de malversación, estableciendo un precedente que permitirá a los separatistas, aunque sean condenados en España, presentar un recurso ante el Tribunal de la UE, que muy probablemente será aceptado.

Al final, estamos ante un gigantesco teatro en el que una banda de políticos traidores, de Barcelona y de Madrid, vendidos a intereses extranjeros, venden a nuestro país. Viene pasando desde hace más de 200 años, cuando la masonería empezó a coger fuerza en España. Lo vimos con el caso Blanquerna , en el que toda la clase política española se solidarizó con los separatistas catalanes víctimas de un pacífico escrache Nacionalista. Estemos atentos porque se está preparando otra gran traición contra el pueblo español. Una traición federalista que busca debilitar todavía más a España para convertirnos en lacayos más dóciles de la Unión Europea. No podemos permitirlo de ninguna manera.
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