jueves, 4 de julio de 2019

¿Quién controla la economía mundial y la de USA? Wilson declaró en 1916: “Existe un poder tan organizado, sutil, vigilante, unido, completo y penetrante que sería mejor que ni hablaran en susurros cuando dirigieran palabras de condena contra ese algo”

¿Quién controla la economía mundial
y la de Estados Unidos realmente? 
14/3/2019
Fuente: Fragmento del libro 
El Complejo Militar Industrial de los Estados Unidos
En 1916 el entonces presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson declaró en 1916: “Existe un poder tan organizado, sutil, vigilante, unido, completo y penetrante que sería mejor que ni hablaran en susurros cuando dirigieran palabras de condena contra ese algo”. Esta confesión la hizo en arrepentimiento por haber firmado en 1913 el acta de constitución de la Reserva Federal, el Banco Central de Estados Unidos pero que es una institución independiente y autónoma de gobierno norteamericano y que es quien decide la política financiera, económica y monetaria de Estados Unidos.

Este poder del que habla el presidente Wilson tiene siglos, proviene de banqueros europeos, que se han pasado como consigna cumplir por cada generación el control de la banca de las naciones, y que de esa manera llegaron a los Estados Unidos, evitando que este gran país de emigrantes lograra, mediante una banca nacional, su independencia económica e incluso política. Sólo un poder organizado, sutil, vigilante, unido, completo y penetrante pudo haber logrado su objetivo. Un poder dispuesto a desatar hecatombes, guerras mundiales e incluso asesinatos. Un poder constituido por bancos privados europeos de Inglaterra, Francia y Alemania, cuya determinación de apoderarse de la banca norteamericana y del fruto del trabajo del pueblo de los Estados Unidos culminó en la navidad de 1913, con la creación de la Reserva Federal. Después de la Segunda Guerra Mundial, y esa situación se mantendrá durante gran parte del siglo XXI, hay dos industrias que los Estados Unidos y sus aliados, junto con los banqueros del mundo, no se detienen a pensar de la situación diversa que pueda tener la economía mundial, es decir, expansión, detención o recesión, y son: la fabricación de armas y la emisión de monedas (dólares).

Con la primera mantienen y apoyan a las fuerzas de la guerra en todos los continentes, sin importarles la muerte de millones de seres humanos y la destrucción de Estados y naciones, obteniendo a la vez ganancias que se producen con el trabajo de toda la humanidad, obteniendo recursos estratégicos como los hidrocarburos, metales y diamantes para sus industrias, muchas de los cuales también son propiedad de los banqueros o sus aliados. De paso mantienen el nivel de vida de sus poblaciones a través de la alimentación sin control –hasta provocar que gran parte de la población padezca la enfermedad de la obesidad, mientras hay países con pueblos hambrientos-, el trabajo, el ocio sabatino y dominical, incluyendo los deportes de primer mundo, en algunos cuantos países que son al mismo tiempo aliados y cómplices de los Estados Unidos; ese nivel de vida de “pan y circo” es a costa de la explotación, la miseria y la muerte por hambre y enfermedades de los pobres del mundo y de sus territorios de donde obtienen materias primas baratas para sus industrias.

El grupo de banqueros y sus aliados en las industrias, comercios, finanzas, casas de bolsa, casas calificadoras se concentra en cuatro países: Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Francia. Cabe la posibilidad, de que en el siglo XXI, Asia, liderado por China e India y Rusia, corazón geoestratégico del mundo, al frente de 6 000 millones de pobres, puedan revertir esta situación, logrando la humanización del camino de todos los pueblos y naciones de la Tierra. Ello haría que no se perdieran los valores de la civilización occidental que se han establecido en los últimos 2 000 años en prácticamente todo el mundo.

Con la emisión de moneda, los norteamericanos y sus aliados, junto con un grupo de banqueros que domina la economía mundial prácticamente en todos los órdenes, pueden seguir financiando las guerras y el nivel de vida de sus pueblos de forma ininterrumpida, a través del empleo indiscriminado de armas contra pueblos y naciones y el empleo de una moneda sin respaldo que es el dólar norteamericano para explotar a la humanidad, así como la manipulación de los ciclos económicos perversos en el mundo: expansión, detención o recesión, espiral criminal que afecta a todos los países del orbe, otorgando jugosas ganancias a los mercaderes de la banca mundial; en cualquier situación en que se encuentre la economía, los banqueros siempre ganan.

Es el círculo maligno del dominio norteamericano y sus aliados en el planeta. La irrupción de nuevos países en el crecimiento de la economía mundial, que se inició en la República Popular China en 1979 con la adopción de la economía de mercado, sin alejarse de la doctrina de un solo partido gobernante y que han seguido otros países de Asia, principalmente, terminará en lo que resta de este siglo con la hegemonía norteamericana en la forma en que ésta ha sido ejercida desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, acompañado por unos cuantos países europeos y sus banqueros.

La situación actual le permite a los Estados Unidos y sus aliados seguir agrediendo a naciones en todo el mundo, pues la emisión incontrolable de la moneda puede financiar el gasto de sus fuerzas armadas, de sus mercenarios y armas cada día más modernas. Para dar una idea de lo anterior, en el año 2008, los Estados Unidos gastaron más de 600 000 millones de dólares en sus fuerzas armadas, el doble de todos el presupuesto de México para atender administrativamente a más de 107 millones de personas; con la emisión de dólares en forma interminable, pueden los Estados Unidos seguir vendiendo Bonos del Tesoro a instituciones y naciones indiscriminadamente, pues el dólar es la moneda de comercio mundial y también de reserva de muchos países.

Lo anterior le permite mantener déficits presupuestarios año con año, de manera permanente, pues el mundo al comprar Bonos del Tesoro norteamericano le da valor al dólar e impide que sus excesivos gastos lo derrumben. El armamentismo, el militarismo y el belicismo norteamericanos no tienen límites, y ante esa actitud los Estados Unidos desean que el resto del mundo se desarme para que pueda imponer su voluntad con diplomacia, amenazas o con la fuerza. En diciembre de 2009 la prensa internacional informaba de la producción de una superbomba antibunkers, por parte del Pentágono, que puede agredir y matar hasta una profundidad de 70 metros. Sólo una bomba nuclear puede superar a esa arma en los daños producidos; ¿llegar con esta arma y atacar y matar inocentes en países petroleros u otros, no es terrorismo de Estado?

Una bomba de ese tipo pero menos potente hizo una “demostración” para intimidar y aterrorizar al pueblo iraquí (cuyo propósito, por cierto, no fue logrado), en pleno centro de Bagdad; ¿qué conducta es esta de Estados Unidos que nadie condena, ni gobiernos ni organizaciones mundiales, incluyendo a la ONU y la Corte Penal Internacional? Lo que se afirma en este libro es que las normativas de las organizaciones mundiales, incluyendo a la ONU, se aplican a otros países menos a los Estados Unidos. Y eso vale para todo tipo de organismos que permiten que Estados Unidos imponga su ley y orden militar.

Pero este mismo país se opondrá y protestará si un país no afín a su política, o con una política nacional digna, adquiera algunos aviones o tanques para defender su frontera. Por todo ello el dominio de un solo país en todo el mundo debe terminar. También durante 2008, Estados Unidos tuvo un déficit gubernamental de más de 1 billón 400 000 millones de dólares y, aún así, en el 2009 financio al Sistema Bancario y a otras instituciones y empresas en bancarrota con 700,000 millones de dólares, financiamiento que hace la Reserva Federal, empresa de los banqueros privados en nombre del gobierno de los Estados Unidos, beneficiándose de enormes ganancias.

¿De dónde es posible que salgan estas cantidades de dinero? La respuesta es: salen de su imparable maquinita de hacer dólares y de que el mundo, con su trabajo al adquirirlos, le da un valor que no tiene soporte. Sólo Estados Unidos puede realizar estas acciones. Esto debe terminar. Y sólo terminará cambiando la estructura de la economía y la banca mundial que, por ahora, ellos controlan mediante la Reserva Federal en forma absoluta. China, Japón, Rusia, y atrás de ellos otros países, tienen comprados Bonos del Tesoro norteamericano por más de 2 billones de dólares, esto también coadyuva a que los norteamericanos tengan activa su maquinita de hacer dólares, financien su administración pública deficitaria y al mismo tiempo mantengan el “pan y el circo” del pueblo estadounidense que por lo menos es cómplice por ignorancia de esta situación. ¿Convendría a los países que compran esos bonos, que les exigieran al emisor su pago? No; no convendría porque sería el caos total mundial, de consecuencias imprevisibles, porque el dólar se devaluaría estrepitosamente y con ello arrastraría a la bancarrota a los países que tienen sus reservas en esa moneda; México entre los principales.

Lo que es deseable es que en lo que avanza el presente siglo esa situación de dominio absoluto norteamericano, desde la Segunda Guerra Mundial, se vaya haciendo menos influyente en forma paulatina, casi imperceptible. Este proceso ya ha comenzado con medidas pequeñas como las que ha tomado Rusia, China Brasil y Argentina, al hacer el comercio entre ellos en sus monedas; la creación de una canasta de monedas que sirva de reserva para los países y de intercambio para el comercio mundial entre naciones puede ser otra opción.

A esto se opondrá Estados Unidos con todos sus medios para presionar de diferentes formas a aquellos que se opongan a sus políticas, lo mismo que para efectuar una regulación mundial (no al capricho de los Estados Unidos) de la actuación de las instituciones bancarias, financieras, crediticias y casas calificadoras. Una de las principales declaraciones del ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy F. Geithner, precisamente es que su país se opondrá a que otras monedas, como el yuan chino, el euro europeo o el yen japonés sirvan como reservas mundiales. Lo anterior es la tendencia mundial, incluyendo otras medidas, como terminar con los paraísos fiscales y el tráfico de monedas procedentes de todo tipo de negocios ilícitos.

No hay duda, la humanización de todo el espectro de las relaciones entre los hombres, entre los pueblos y naciones, se hará en este siglo a pesar de los que se han favorecido y aprovechado de la actual situación que prevalece en la economía y en la banca mundial. El desarrollo económico, social, cultural y la producción total de un país crean riqueza para que los habitantes de éste puedan alimentarse, vestirse, tener una vivienda, enviar a sus hijos a la escuela e incluso para divertirse. También permite, por lo menos para una parte de la población, un sobrante de su productividad que se traduce en ahorros en dinero, mismo que es llevado a los bancos. En épocas de estabilidad, los bancos obtienen una ganancia determinada por prestar el dinero depositado o por administrar las cuentas de los depositantes; hasta ahí todo es normal. En época de inflación (aumento incontrolado de precios), los que han ahorrado su dinero en los bancos ven perder el valor de sus ahorros; el banco no pierde porque simplemente cobra intereses más altos a sus cuentahabientes, a quienes les ha prestado y, por el contrario, mantiene las tasas bajas para sus clientes que tienen efectivo ahorrado.

Entonces, toda (o casi toda) la riqueza creada en época de bonanza se pierde cuando llega la inflación, resultando afectadas las mismas personas e instituciones que crearon ese fenómeno de bienestar al depositar efectivo en los bancos. Los que tienen deudas con la banca, ya sean personas o empresas, pierden incluso sus propiedades. Para terminar con la inflación los banqueros imponen la restricción de los créditos, que antes otorgaban con libertad absoluta, y llega entonces la austeridad, que adopta medidas impuestas por la banca internacional y sobre todo a aceptar sus préstamos usureros.

Con liberalidad absoluta para entregar créditos actuó Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal antes de serlo (de lo que Barak Obama no está enterado), al grado de que su apodo era el Helicopterista porque, si por èl hubiera sido, los créditos los hubieran “soltado” desde helicópteros para crear inflación y engañar a la gente con el mito de la abundancia, engatusándola a comprar bienes que después perderían en la actual crisis.

Ahora resulta que Bernanke, después de haber sido uno de los provocadores de la debacle, fue el salvador del mundo según Obama, y lo reeligio para su actual cargo, es decir que el provocador de la crisis ahora trata de detenerla preparando otra, con toda seguridad más grave. Por ello es nombrado “personaje del año” por una publicación servidora del sistema bancario. En ambos casos, la banca mundial, al mando de la cual se encuentra la Reserva Federal de Estados Unidos, puede manipular las finanzas y empujar a los países a situaciones desestabilizadoras que afectan a millones de personas, a instituciones de todo tipo, incluso bancarias, las cuales conforman una cadena del sistema mundial bancario; esas medidas afectan prácticamente a todos los países del orbe en mayor o menor grado, según sus fortalezas, tanto gubernamentales como de potencialidades físicas o estratégicas.

Podemos decir que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) no es federal; no es gubernamental y no pertenece al pueblo de Estados Unidos; sus decisiones y las ganancias de sus banqueros afectan a todo el mundo. Es una entidad privada, formada por bancos privados que han asumido funciones federales, gubernamentales, nacionales de la banca de todo el mundo, a la que dominan con créditos o la negación de los mismos, imponiéndoles políticas económicas para su beneficio, no del pueblo norteamericano y otros pueblos, además de favorecer a banqueros privados de la Reserva Federal. A los miembros de la FED sólo les interesa controlar en forma absoluta las finanzas mundiales en todos sus aspectos, desde los bancarios hasta las bolsas, mercados, control de metales, calificaciones a países e instituciones, monedas, principalmente de oro y plata, sin importarles la miseria de los pueblos, teniendo para cada uno de estos aspectos las oficinas correspondientes, que sólo emplean directivos de la mencionada Reserva Federal o afines.

Increíblemente los bancos creados por la Reserva Federal, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y muchos otros, cuando hablan de medidas contra la crisis lo hacen como si hablaran en nombre de los pobres del mundo; quieren tener más fondos dados por los gobiernos de diferentes países, o sea de las poblaciones de esas naciones, para atender según ellos, sus necesidades más apremiantes. Esto es una mentira. Luego de cada crisis los pobres del mundo aumentan por millones, así como los que mueren de hambre, y en el caso de México por necesidad “se ahorran” una comida. Ello mientras en las sociedades privilegiadas de los banqueros la crisis no llega a esos extremos porque existen medidas para ayudar a los desempleados. Es increíble que los políticos mexicanos crean esas mentiras y no les dé vergüenza retratarse con los líderes de esos bancos.

Es decir, la política de la FED es muy simple: provocar las crisis para, mediante el otorgamiento de créditos, obtener grandes beneficios, o bien, mediante la negación de estos mismos quebrar a instituciones e incluso naciones que deben sujetarse a las reglas que les impone, entre otros préstamos de emergencia completamente usureros. Los Estados Unidos pueden tener un enviado que va y viene de Washington a Israel y Medio Oriente. Por cierto, ¿qué hacen los diplomáticos de Israel en Washington y los de Estados Unidos en Israel? ¿Será que los de Israel se dedican a espiar lo que hace el presidente Obama en la oficina oval de la Casa Blanca, como le hicieron a Clinton con Mónica Lewinsky? Y por eso es necesario un enviado especial que a todo esto le trae a Obama la negativa permanente del líder israelita a toda iniciativa que destrabe el proceso de paz con los palestinos. ¿Y los diplomáticos de Estados Unidos en Israel estarán dedicados a llevar un recuento de nuevos asentamientos de viviendas para israelitas fanáticos en territorio palestino?
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