viernes, 27 de septiembre de 2019

NUEVA ERA: San Pío X advirtió ya (1910) sobre la hermandad universal

La advertencia de San Pío X 
sobre la hermandad universal
19/9/2019
Estimados Stilumcuriales: Super Ex ha conocido a un sacerdote que, sin temer por su alma, lee Stilum Curiae. Este sacerdote es devoto de un gran pontífice del siglo pasado, san Pío X, y le ha confiado a Super Ex que le gustaría contribuir con una pequeña reflexión a las discusiones que hay diariamente en nuestra pequeña comunidad. Así, le ha enviado unas líneas que con gusto publicamos, porque están muy relacionadas con los temas tratados estos días. Buena lectura.

Me gustaría explicar en diversas entradas por qué Bergoglio dice y hace exactamente lo contrario de lo que dijo e hizo un grandísimo papa santo que había comprendido adonde lleva la herejía modernista dentro de la Iglesia, san Pío X.

Empezaré con una primera entrada bastante sencilla: un pasaje del papa, pastor y maestro, sobre el «Nuevo Humanismo», que no tiene nada de nuevo, y sobre el que, de repente, oímos hablar a Bergoglio.

Este es el pasaje, por el que estoy agradecido a un sacerdote vivo y activo, cuyo testimonio invita a la confianza, porque es antigua la opinión según la cual el pueblo de Dios, más allá de los papas, cardenales y obispos, tiene un papel importante en hacer eficaz la profecía: «el poder del infierno no la derrotará». Aquí está:

«Sin embargo, son aún más extrañas, a la par que espantosas y entristecedoras, la audacia y la ligereza de espíritu de hombres que se llaman católicos, que sueñan con rehacer la sociedad en condiciones similares y establecer en la tierra, por encima de la Iglesia católica, ‘el reino de la justicia y del amor’, con obreros venidos de todas partes, de todas las religiones o sin religiones, con o sin creencias, con tal de que olviden lo que les divide, sus convicciones religiosas y filosóficas, y compartan lo que les une, un ‘generoso idealismo’ y fuerzas morales agarradas ‘de donde puedan’. Cuando se piensa en todo lo que es necesario en fuerzas, ciencia y virtudes sobrenaturales para instituir la ciudad cristiana, y en el sufrimiento de millones de mártires, y en las iluminaciones de los Padres y Doctores de la Iglesia, y en la dedicación de todos los héroes de la caridad, y en una poderosa jerarquía nacida del Cielo, y en los ríos de gracia divina, todo ello edificado, vinculado, compenetrado por la Vida y el Espíritu de Jesucristo, la Sabiduría de Dios, el Verbo hecho hombre; cuando se piensa, decíamos, en todo esto, nos asusta ver a estos nuevos apóstoles intentando tercamente hacerlo mejor a través de la unión de un vago idealismo con las virtudes cívicas. ¿Qué producirán? ¿Qué saldrá de esta colaboración? Una construcción puramente verbal y quimérica en la que veremos brillar desordenadamente y con una seductora confusión las palabras «libertad», «justicia», «fraternidad» y «amor», «igualdad» y «exaltación humana», todo basado en una DIGNIDAD HUMANA MAL COMPRENDIDA. Se tratará de una AGITACIÓN TUMULTUOSA, estéril para el fin propuesto y que dará ventaja a los agitadores de masas, que son siempre menos utópicos (….).

Tememos que haya cosas aún peores. El resultado de esta promiscuidad en el trabajo, el beneficiario de esta acción social cosmopolítica puede ser sólo una democracia que no sería ni católica, ni protestante, ni hebrea; UNA RELIGIÓN… MÁS UNIVERSAL QUE LA IGLESIA CATÓLICA, que reunirá a todos los hombres convertidos, por fin, en hermanos y compañeros en el ‘reino de Dios’. ‘No se trabaja para la Iglesia; se trabaja para la humanidad’. Y entonces, invadidos por la más grande de las tristezas, nos preguntamos, Venerables Hermanos, en qué se ha convertido el catolicismo del Sillon [movimiento francés, ndr]. Por desgracia, ha sido captado, en su camino, por los modernos enemigos de la Iglesia y a partir de ahora es sólo un mísero afluente del gran movimiento de APOSTASÍA, organizado en todos los países para INSTAURAR UNA IGLESIA UNIVERSAL QUE NO TENGA DOGMAS NI JERARQUÍA, ni reglas para el espíritu, ni freno para las pasiones; y que, con el PRETEXTO DE LA LIBERTAD Y DE LA DIGNIDAD HUMANA, restablecería en el mundo, siempre que PUDIERA triunfar, el REINO LEGAL DE LA ASTUCIA Y DE LA FUERZA, y LA OPRESIÓN DE LOS DÉBILES, de los que sufren y trabajan».

(Carta apostólica de san Pío X a los arzobispos y obispos franceses, Notre charge apostolique, Roma, a 25 de agosto de 1910). Publicado por Marco Tosatti en su blog Stilum Curia. Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.
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