miércoles, 25 de septiembre de 2019

Padre del Big Bang (1927): Georges Lemaître, sacerdote-astrofísico belga, publicó un artículo en los Anales de la Sociedad Científica de Bruselas con la idea de un universo en expansión

Georges Lemaître: Padre del Big Bang
FE y RAZÓN
10/11/2018
NOTA DEL REDACTOR: el Padre Gordon MacRae y el blog These Stone Walls tienen el honor de presentar esta colaboración del Padre Andrew Pinsent, Director de Investigación del Centro Ian Ramsey para la Ciencia y la Religión en la Universidad de Oxford. El Padre Andrew se ha desempeñado como físico en el CERN, y ahora también es miembro de la Facultad de Teología en Oxford; tiene un doctorado en física de partículas de Oxford, un doctorado en filosofía de la Universidad de Saint Louis y títulos avanzados en teología de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Es miembro del Instituto de Física del Reino Unido, autor de numerosas publicaciones sobre ciencia y fe, y ha aparecido en BBC news, EWTN y en la Pontificia Conferencia Científica del Vaticano.

¿Por qué interesarse en el trabajo del padre Georges Lemaître? Hay una buena razón. Siendo sacerdote y ex físico de partículas[1] en el CERN, a menudo me piden que dé charlas sobre fe y ciencia. Muy a menudo los jóvenes me hacen la siguiente pregunta: “¿Cómo puede usted ser sacerdote y creer en el Big Bang?”[2] A lo que me complace responder: “¡Lo ideamos nosotros! O más precisamente, el padre Georges Lemaître desarrolló la teoría que hoy se conoce como el Big Bang y todos deberían conocerle.”

Les doy algunos antecedentes históricos. El sacerdote-astrofísico belga, el padre Georges Lemaître, publicó en 1927 un artículo en los Anales de la Sociedad Científica de Bruselas, que presenta la idea de un universo en expansión. Cuando fue invitado a una reunión de la Asociación Británica en Londres en 1931, sobre el tema de la ciencia y la religión, el P. Lemaître propuso que el universo se había expandido desde un punto inicial, al que llamó “Átomo primigenio.” En 1949, el astrónomo Fred Hoyle describió la teoría del Padre Lemaître como el ‘Big Bang’. Poco antes de la muerte del padre Lemaître en 1966, se realizó del descubrimiento del fondo o telón de radiación cósmica de microondas, interpretada ampliamente hoy en día como el débil eco residual del mismísimo Big Bang. Con algunas modificaciones, el Big Bang se ha convertido hoy en nuestro principal modelo o forma de entender el cosmos.

Dado que esta historia es incontrovertible,[3] ¿por qué los jóvenes me preguntan: “¿Cómo puede usted ser sacerdote y creer en el Big Bang?” Se podrían dar muchas respuestas en casos particulares, pero la razón subyacente es —a mi juicio— que hay otro tipo de gran modelo en acción. Parte de ese presente relato, absorbido desde al menos la edad de diez años en las escuelas y en los medios de comunicación, es que la fe se opone a la razón y la Iglesia Católica en particular se opone a la ciencia. El hecho de que un sacerdote católico desarrollara la teoría del Big Bang es, por lo tanto, lo que podría llamarse una “verdad incómoda”, algo que no debería haber ocurrido y que efectivamente nunca sucedió. Solapadamente, algunas personas reconocen los logros del Padre Lemaître, pero niegan que se eso tenga implicaciones significativas para comprender la relación entre la fe y la ciencia. Señalan que su trabajo científico fue distinto de su sacerdocio o que es un evento inusual, un “cisne negro” del cual no se puede concluir nada más en general.

Sin embargo, tales críticas pasan por alto el valor de la conclusión negativa, a saber, que la fe y la brillantez revolucionaria en la ciencia claramente no eran incompatibles en la vida del Padre Lemaître, y tal vez hay más “cisnes negros” que esperan ser rescatados del anonimato. Además, examinar la medida en que se ignora al Padre Lemaître puede servir como catalizador para un examen más amplio de los prejuicios culturales que existen contra la fe y la ciencia. Por ejemplo, ¿se opuso la Iglesia Católica a la teoría del Big Bang? ¿Fue el padre Lemaître exiliado o deshonrado? ¡No! El P. Lemaître fue honrado por el Papa, quien lo integró a la Academia Pontificia de las Ciencias en 1936. ¿Acogieron los ateos la teoría del Big Bang? No, o al menos muchos no lo hicieron durante un tiempo sorprendentemente largo. Ya en 1948, en una reunión en Leningrado, los astrónomos soviéticos afirmaron la necesidad de luchar contra la teoría “reaccionario-idealista” de un “átomo primigenio” (la base del Big Bang) el cual, según se dijo, ayudaría al “clericalismo.”[4]
Esos adversarios vieron, quizás más claramente que nosotros hoy, que aunque ciertos aspectos del cosmos pueden ser modelados por las matemáticas, considerar la formación y evolución del cosmos en su conjunto requiere adoptar una perspectiva divina en nuestra imaginación. Una perspectiva implícitamente peligrosa (al menos al principio) para el materialista o fisicista. Además, explorar los orígenes, la estructura y la evolución del cosmos con la expectativa de discernir un orden cognoscible es un hábito nacido de patrones de pensamiento moldeados durante siglos por la revelación de Dios, Creador de la razón y el amor. Ya en el primer siglo cristiano, encontramos, por ejemplo, que el Papa San Clemente dijo que el sol, la luna y las estrellas son “… puestas en movimiento por su disposición [la de Dios] … en armonía y sin ninguna violación del orden …”[5] Esa es la narrativa de orden y amor que ha formado las expectativas de nuestra cultura en lo que respecta a las posibilidades y el valor de la cosmología.

Entonces, ¿qué se debe hacer para ayudar a elevar el perfil de personas como el Padre Georges Lemaître? Entre los católicos con la capacidad y el público suficiente para la divulgación popular, el P. Gordon MacRae a través de su blog tan ampliamente leído, These Stone Walls ha hecho más que todos los que que conozco en los últimos años para llamar la atención sobre el P. Lemaître. Inspirados en parte por el trabajo del Padre MacRae, en Inglaterra mis colegas y yo ahora hemos creado un grupo de láminas plastificadas tamaño A3 de alta calidad que podemos enviar en todo el mundo, que forman parte de una serie llamada “ Catholic Knowledge Network.”[6] Una copia de la lámina para el padre Lemaître se muestra en esta presentación. Si desea comprar estos hermosos carteles (para instituciones educativas, salones parroquiales, aulas y otros espacios públicos), hágalo a través de nuestro editor, la Catholic Truth Society de Londres, que puede enviarlos por correo a todo el mundo:

Como lector habitual del blog del Padre MacRae y colaborador de su fondo de defensa legal, le agradezco esta oportunidad de promover este trabajo a través de su blog de notable impacto mundial. También agradezco a quienes editan y mantienen el blog These Stone Walls en su nombre.
Padre Andrew Pinsent
Facultad de Teología y Religión
Universidad de Oxford
Publicado originalmente en inglés por These Stone Walls.