jueves, 9 de enero de 2020

Ideología de Género: Mujer contra Mujer

Ideología de género, mujer contra mujer
Javier Navascues 
 23/12/2019
Les dejo con un testimonio impactante que muestra una de las nefastas consecuencias de la ideología de género, el daño que hacen las mujeres tóxicas a las mujeres de las segundas parejas, algo que no se dice en la opinión pública. Es hora de que los españoles tomen conciencia de ello. La ideología de género es algo perverso, que está haciendo que muchas mujeres, impunes ante la ley que les favorece, se aprovechen de esa situación para amargar la vida de muchos hombres y sus actuales parejas.
Testimonio de una mujer que quiere 
permanecer en el anonimato
Soy mujer y estoy siendo maltratada por otra mujer. No sé si es porque quise ser feliz o porque su ira le dice que no lo puede permitir. Quizás le dice que se quiere divertir y que su adrenalina le pide mucho más como siempre le pidió.

En la vida apostamos, también sabemos que nada es fácil, pero no te puedes imaginar hasta dónde puede llegar una historia tan cruel y encima que te toque a tí.
Seguro que no soy ni única ni exclusiva, pero esta es mi historia, mi historia de dolor debido al maltrato que sufro por otra mujer.

Rehíce mi vida con un hombre risueño y muy buena persona que llevaba separado 12 años. Estaba segura que me haría feliz. Así fue hasta que al poco tiempo empecé a ser maltratada por la que fue su primera mujer, sí, la que a estas alturas no ha cesado en 19 años de acosarlo persiguiéndolo con su gran obsesión de siempre para no perder la costumbre, sin que nada le pase.

No me podía imaginar estos 8 años de calvario continuo que me ha llevado a perder toda la ilusión por la que tanto apostaba desde entonces, encontrándome hoy rota en mil pedazos que tendré que reconstruir porque no pude ganar ni las batallas que comencé, ni la guerra abierta durante tantos años y que yo no he buscado. Me siento inundada de dolor que poco puedo expresar.
Hay días que mi cara lo dice todo, aunque todavía me sigue saliendo una sonrisa, intentando tapar mis ojeras que nunca tuve por las mañanas.

No puedo más, no puedo disimular. Mis lágrimas están cayendo sobre el papel porque estoy derrumbada mientras me ahogo con un gran nudo en la garga
Son muchos los días que nos llegan las noticias del juzgado llenas de venganza, pensando a ver qué se inventa ahora esa mujer tóxica y desconcertante.
No tiene límites y es temeraria a más no poder, sin un poco de raciocinio donde unos pocos colaboran con ella sin conocer la verdad ni su historia. A menudo, nos encontramos con nuevos casos que debemos afrontar para defendernos de cosas infundadas, llevándonos a una gran descapitalización que no nos permite ni una salida para evadirnos, ya que todo se lo lleva la vía judicial. A algunas les sonará. Todo es largo, todo dura mucho y esta mujer no se cansa de utilizar la mentira compulsiva.

¿Dónde coloco mi espacio?, ¿dónde está aquella ilusión de formar un hogar que otra mujer no me deja disfrutar? Una mujer que me agrede, que me intimida y que se mete en mi hogar a revolverlo todo.

Es una verdadera lástima que esta mujer se esté llevando por delante mi salud, como se llevó parte de la de mi pareja, que tuvo que curarse de una cruda enfermedad somatizada por sus agresiones. Ahora me ha tocado a mí, así me lo demuestra y así me lo hace saber sin escrúpulos, donde tal es la gravedad que se permite la osadía de meterse en el interior de mi vivienda con arma blanca para agredirnos.

Nunca lo hubiese pensado, que una mujer que destrozó la vida al que fue su marido, todavía no cese y que no se nos permita ser felices con total libertad, donde nos deja sin capacidad de actuación llegando a tener una gran impotencia por su impunidad, de la que ella sí es consciente y temeraria a la vez.
Destrozó sus hijos, los que a estas alturas no son conscientes de ello, donde además yo dudo si alguna vez lo serán ya que volcó sobre ellos la culpa y la responsabilidad de sus expectativas que no se cumplieron.

Espero que un día aparezca el sol, que todo cese como algunos dicen y que la vida me coloque donde me merezco o por lo menos que lo que me juzgue sea por mis actuaciones y mi responsabilidad y no por los caprichos de una mujer agresora sin límites.

Para terminar y resumiendo 8 años de mi historia en un papel de dos hojas, estoy segura como digo, que somos muchas las mujeres las que con este dolor clamamos un ¡basta ya! al dolor provocado por este tipo de mujeres a las segundas parejas.

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