Santiago Clavijo
11M-2020
1. EL TRÁGICO BALANCE DE UN ATENTADO COMPLEJO
2. EL ENIGMA DE LA ESFINGE
3. ALGUNOS ENIGMAS DEL 11-M
3.1. ¿Un atentado terrorista anunciado?
3.2. Otros enigmas del enigmático 11-M
3.2.1. La eliminación de restos o pruebas
3.2.2. La invención de pruebas
4. LA AUTORÍA INTELECTUAL Y MATERIAL DEL 11-M
“Toda la versión oficial del atentado no es más que una
cortina de humo destinada a que los españoles no llegaran a saber
nunca ni el más mínimo detalle sobre lo que había sucedido
realmente. Por no saber, los españoles no solo no sabemos quién
organizó el atentado, sino que tampoco sabemos quién lo ejecutó,
cómo estaban hechas las bombas”, etc., (Luis del Pino en Ignacio L.
Brú, o. c. 21).
4.1. La autoría etarra
4.1. La autoría etarra
4.2. La autoría islamista
José Luis R. Zapatero, secretario del PSOE y entonces
candidato a la presidencia del gobierno, intuyó las consecuencias
cuando, a las 8:00, dijo a Rubalcaba en TVE “si la responsable es
ETA perdemos las elecciones; si son los islamistas, las ganamos”. Y
a ganarlas por todos los medios se dedicaron.
4.2.1. Los siete “suicidados” en Leganés
4.2.2. Jamal Zougham
4.2.3. Emilio Suárez Trashorras, inocente
4.3. Ni ETA ni los islamistas. ¿Entonces, quién?
5. LOS BENEFICIADOS Y LOS PERJUDICADOS POR EL 11-M
5.1. Cui profuit prodestque? “¿A quién benefició y
beneficia?” el 11-M
No es raro apelar al cui prodest? como recurso para descubrir
la causa intelectual de una acción dañina, criminal, de autoría
desconocida. Pero este recurso sirve de poco en el contexto del 11-
M., en el cual conserva su vigencia el adagio recordado por Xabier
Arzalluz (26.3.1991) para explicar la relación entre ETA y el PNV:
“Unos sacuden el árbol, pero sin romperlo, para que caigan las
nueces ,y otro las recogen para repartirlas” (cf. San Sebastián,
Isabel-Gurruchaga, Carmen, El árbol y las nueces. La relación
secreta entre ETA y el PNV, Planeta ,Barcelona 2000).
5.1.1. ETA y el nacionalismo independentista
5.1.2. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
Al menos a corto plazo, el PSOE es el partido político más
beneficiado. Gracias al 11-M y a la bochornosa campaña de acoso
con clamor callejero hábilmente manipulado: “España no se merece
un gobierno que mienta” consiguió ganar tres días más tarde unas
elecciones que tenía perdidas según las encuestas y la estimación de
los expertos. El interés electoralista pudo más que la sensatez y el
bien común, que exigían gritar contra los terroristas y unirse
apoyando al gobierno, como se ha hecho en Nueva York, Londres y
París. Además, así se reabrió con virulencia la fractura entre las dos
Españas.
Una vez en el poder, prosiguió sus conversaciones secretas
con ETA e introdujo cambios en la legislación española, que han
provocado un nuevo rumbo y clima de España hacia el relativismo y
el laicismo.
El Partido socialista: el partido de la Masonería es el
título de uno de los capítulos del libro Los amos del PSOE. Informe
confidencial de Manuel Bonilla Sauras (Arca de la Alianza Cultural,
Madrid 1986, pp. 101-125). El masón Fernando Ledesma, entonces
ministro de Justicia, introdujo en 1985 el aborto legal en España.
Algunos años más tarde la relacionada con la masonería Bibiana
Aído, ministra en uno de los gobiernos del masón Rodríguez
Zapatero, dio un paso más introduciendo en la legislación española
el aborto, “crimen horrendo” (concilio Vaticano II, Gaudium et
Spes, 51), con categoría de “un derecho de la mujer” y el concepto
del “embrión” –en el seno de una mujer- “un ser vivo, pero no
humano”. Al dejar el ministerio español, se convirtió en funcionaria
de la ONU, aunque retribuida económicamente por el gobierno
español, colaboradora de la masona Verónica Michelle Bachelet
Jeria, primera secretaria general de la ONU, desde 2010, en su
sección UN Women –“ONU mujeres”, agencia recién creada para la
igualdad de género, presidenta de Chile desde 2014, como ya lo fue
(2006-2010).
El masón Pascual Sala, inmediatamente antes de su jubilación
(año 2013), se despidió de la presidencia del Tribunal
Constitucional, aprobando con su voto de calidad que “la Iglesia no
pueda crear universidades”, a pesar de se algo admitido en los
Acuerdos España-Santa Sede. Para ello, votó dos veces; la primera,
como miembro, para que el resultado de la votación 6/5 se
transformara en empate (6/6) y la segunda, como presidente, para
desempatar (6/7) y que fuera aprobada la propuesta. Pascual Sala se
justificó “porque ahora me habéis obligado” a recurrir al voto de
calidad. Una vez más se confirma el interés de la masonería por
controlar la educación y porque esta sea solo “pública, laica
(laicista)” y, según una de sus fórmulas, “única”, así como su
animosidad contra la Iglesia católica. En el homenaje a Pascual Sala
con ocasión de su jubilación con un almuerzo y discursos en el
Casino de Madrid (20.5.2013),
Fernando Ledesma, exministro de
Justicia (¿por qué la masonería siente querencia por este ministerio,
al menos en España?), reconoció: “coincido con Pascual en tres
cosas, la tercera nuestra común pertenencia a la masonería”. Es de
suponer que habrá recibido una amonestación, pues un masón puede
desvelar su pertenencia a la masonería, no la de los demás. A su vez,
el abogado Francisco Navarrete Casas comentó que, hasta 1940,
todos los presidentes del Tribunal Supremo habían sido masones (El
Confidencial 17 y 24, junio, 2013).
¿Existe en España una fraternidad masónica de jueces y de
personas relacionadas con la administración de la justicia? Las
fraternidades masónicas (Fraternelles maçonniques en francés)
coinciden en que todos sus miembros son masones y todos ejercen
la misma profesión. Las hay de políticos, de profesores, de jueces,
de policías, de empresarios, de periodistas, etc. No son “logias”,
aunque a veces se llamen así. Y no lo son porque sus miembros
pertenecen a distintos talleres y logias, así como porque sus
reuniones se desarrollan sin ajustarse a un ritual estatuido y porque,
en ellas, se hacen exposiciones socioculturales y políticas,
escuchadas sin guardar silencio riguroso, adoptándose decisiones
que a veces influyen en la vida político-administrativa (cf. las
bitácoras:
Cómo ha influido e influye la masonería en la sociedad
española; cf. el enorme influjo de una fraternidad masónica de
médicos y farmacéuticos franceses, belgas, holandeses y suizos:
Cómo cambiar la sexualidad humana y su ética en este mismo
blog). “El gobierno laborista de Tony Blair impulsó un movimiento
que reclama la obligación de los masones a declarar su condición
masónica, especialmente si su profesión está relacionada con un
servicio público y requiere una garantía especial de independencia,
por ejemplo la judicatura (…). Más de 1400 jueces ingleses
declararon voluntariamente su afiliación masónica” (M. Guerra,
Masonería, religión y política, Sekotia, Madrid 2013-5ª edición, pp.
61-62, etc.). Desde esta perspectiva, el proceso judicial del 11-M
adquiere un horizonte nuevo, ampliado, además y enmarañado por
las interferencias del gobierno masónico de Rodríguez Zapatero,
agravadas por la ausencia de independencia del poder judicial
respecto de los partidos políticos, sobre todo del gobernante,
dependencia descaradamente vigente en España.
El secretismo y las fraternidades masónicas corren el riesgo
de enquistarse dentro del organismo sociopolítico, transformándose
en un “Estado dentro del Estado” o una judicatura, una policía, etc.,
dentro de la judicatura, de la policía general, estando la primera más
pendiente de los intereses del partido político de turno que de la
objetividad y realidad, así como del bien común. ¿No se tiene, a
veces, esta impresión al leer los textos del proceso del 11-M? Así
figura ya en el título de algunos estudios sobre la masonería, por
ejemplo en el libro de la periodista Sophie Coignard y en el subtítulo
del de César Vidal (La masonería, un Estado dentro del Estado,
Planeta, Barcelona 2010). Ya en 1820, el masón Martínez de la Rosa
acertó en el diagnóstico; lo reconoce aplicándolo a las sociedades
secretas: “En suma, se afanan por establecer un gobierno en frente
del Gobierno y un Estado dentro del Estado” (El espíritu del siglo
en Obras de Martínez de la Rosa, VII, Atlas, Madrid 1962, p. 343).
5.1.3. El relativismo y laicismo de procedencia e impronta
masónica
Para la mayoría de los lectores, la conexión de la masonería y
el 11-M sonará a idea descabellada. No obstante, por lo menos tres
personas me han consultado sobre la probabilidad de semejante
conexión. Algunas de ellas habían leído el capítulo XIX de mi
obra Masonería, religión y política (pp. 293-326) titulado Los
modos violentos de irrumpir e influir en la política. En este
capítulo se muestra que los masones han intervenido –como causa
intelectual o material y a veces de las dos formas- prácticamente
en todos los atentados, sublevaciones y magnicidios acaecidos en
España en los tres últimos siglos.
El 11-M abrió la puerta para la entrada e instalación oficial
del relativismo y del laicismo en España.
El relativismo masónico
es de signo historicista, cultural, o sea, no hay verdades ni
bondades absolutas, es decir, válidas para todas las épocas y
regiones del mundo; no se admite que algo sea verdadero ni
bueno/malo en sí mismo, por su naturaleza, al margen del la
intención de la gente y de las circunstancias de la acción. La
verdad y bondad de algo dependería de las circunstancias
socioculturales de cada época, concretamente del consenso, de su
aprobación o repulsa mediante la votación de todos los ciudadanos
o de sus representantes: los políticos y gobernantes. De ahí la
introducción legal del divorcio sin condicionamientos y del aborto
con ciertas condiciones en España, el matrimonio llamado
homosexual, etc.
El laicismo masónico reserva los espacios públicos (calles,
colegios, universidades, hospitales, etc.,) para “lo común a todas
las religiones”, algo estatuido ya en las Constituciones de
Anderson, promulgadas en 1723 (seis años después de la
fundación oficial de la masonería moderna, año 1717). Las
religiones concretas y sus símbolos quedan condenadas a arresto
domiciliario dentro de los templos y en el foro interno e individual
de la conciencia. El laicismo es oficial en España desde la
proclamación del rey Felipe VI (19-7-2014) (cf. la bitácora
¿España es oficialmente laicista? en este mismo blog). El
fundamentalismo laicista se está transformando en una religión,
que debe ser profesada por todos los ciudadanos democráticos, y
aparentemente neutra y superior a cualquier otra confesión
religiosa e ideología, pero que, en realidad, aunque de signo
opuesto es similar al fundamentalismo religioso, por ejemplo el
islamista o yihadista, en cuanto al atropello de los derechos
humanos e incluso tanto o más radical respecto a algunos, por
ejemplo el derecho de los concebidos pero no nacidos (aborto)
hasta el final natural de la vida (eutanasia), el matrimonio como
unión estable de un hombre y una mujer (poligamia simultánea
por una parte; por la otra, el divorcio a la carta o la llamada
poligamia sucesiva, uniones homosexuales).
“En los años 90, durante los gobiernos del PSOE, más de una
vez hubo que renunciar a la alta política diplomática y echar mano
de las conexiones personales de masones españoles sobre algún
influyente masón galo, para recabar de Francia mayor apoyo en la
lucha antiterrorista contra ETA. Por esa época, el jefe de los
servicios secretos franceses, la DSGSI, era Pierre Marion, un
destacado masón galo, miembro de la Gran Logia Nacional
Francesa” (De las tinieblas a Internet. Los nuevos masones,
“Tiempo”, abril, 2000), alto funcionario de la policía francesa (1978-
1986), jefe de la División Nacional Anti-Terrorista (DNAT) (1990-
1999).
Jacinto Ángel Guerrero Lucas, exiliado en Francia desde
1961, agente clandestino y muy activo del anarquismo, espía doble
desde 1983 cuando comenzó a colaborar con altos cargos del
ministerio español del Interior (Rafael Vera, Roberto Dorado, etc.,),
así como con directivos de Interior, de la policía y de la judicatura
francesa, que eran masones, por ejemplo: Charles Pasqua, ministro
francés de Interior y grado 33º de la masonería, su asesor Bernard
Guillet y la juez Laurence Le Vert. Jacinto Á. Guerrero conserva
documentación relacionada con el atentado del 11M “datos que
considero de la máxima importancia para la Seguridad (…) y que
no he querido poner en manos del poder saliente” (gobierno de
Aznar).
Margarita Robles, secretaria de Estado de comunicación y
luego (1994-1996) de Interior recibió información confidencial, el
día 12 de marzo, de la juez antiterrorista francesa Le Vert, masona y
casada con un masón grado 33º del Gran Oriente Francés, figura
prominente de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad franceses.
Margarita Robles informó a José Blanco que estaba cenando con
Alfredo Pérez Rubalcaba. Este lanzó el “España no merece un
gobierno que le mienta”, que abrió la puerta al gobierno masónico
de Rodríguez Zapatero y, con su labor de ingeniería social, al
cambio del paradigma español tradicionalmente cristiano (GarcíaAbadillo, C., o. c. pp. 88-89; Cernuda, P., etc., o. c. pp. 366-367).
Con el tiempo se desvelarán los secretos masónicos. Pero, por ahora,
puede afirmarse la no intervención de la masonería en la preparación
y ejecución del 11-M.
En cambio, hubo comunicación entre
masones socialistas franceses y españoles, que contribuyó a la
formación de la versión oficial y que se hizo marginando al
gobierno del PP. Queda trazar un interrogante sobre la reunión de
masones, miembros de la seguridad del Estado (sobre todo policías
nacionales, también algunos guardias civiles aunque muy pocos)
tenida en Granada poco antes del 11-M., si bien desconozco lo
tratado y si era una fraternidad masónica. Por su actividad
profesional durante el 11-M y en los días siguientes, algunos
participantes fueron ascendidos siendo Pérez Rubalcaba ministro del
Interior, el cual más tarde premió también “con una condecoración
pensionada de por vida” al juez Bermúdez porque “gracias a él los
testimonios de los mandos policiales resultaron determinantes”
(nota reservada del ministerio del Interior, pero logró publicarla El
Mundo,12.12 .2011), o sea, porque impusieron la versión oficial.
5.2. Cui obfuit obestque? “¿A quien perjudicó y
perjudica?” el 11-M.
Es la otra cara de la moneda. En la Tierra nada beneficia a
todos. Lo que beneficia a unos, puede y suele perjudicar a otros o
al menos no les beneficia. El 11-M no fue una excepción.
5.2.1. El Partido Popular (PP)
En la última convención del PP (Madrid, 34-25, enero, 2015)
el expresidente Aznar preguntó: “¿Dónde está el PP?”. Necesitó
formular de nuevo la misma pregunta para recibir la respuesta:
“¡Aquí!”. Pero el PP actual no es el originario, ni el de los
tiempos de Aznar y ni siquiera el del “programa” de la campaña
electoral de noviembre de 2011.
Desde la perspectiva de unos XV siglos de la historia de
España y desde la fe cristiana, el 11-M ha dado al PP un empujón
decisivo hacia el precipicio de su desnaturalización, a considerar
justificado dejar de ser lo que se era, para adaptarse al “Tiempo
Nuevo”, al Nuevo Orden Mundial, en vez de procurar
transformarlo desde dentro conforme a unos principios y valores
no relativistas, sino absolutos y universales de vigencia perenne,
tradicionales y actuales, como Dios “joven a la vez que eterno
(…), nuevo a la vez que eternal” (Charles Peguy, Eva, traducción
fragmentaria de Martín Descalzo al español en Peguy, Palabas
cristianas, Sígueme, Salamanca 19664, p. 122, donde las palabras
transcritas se repiten con intensidad significativa en los versos 9,
23, 17, 22, etc.,).
El 11-M perjudicó, a corto plazo, al PP porque le hizo perder
las elecciones de marzo del 2004. Pero, a la larga, le perjudicó
mucho más porque ha provocado el cambio, probablemente
definitivo, de su naturaleza y principios. El peligro de
descuartizamiento sigue cerniéndose sobre la piel de toro, que
semeja ser España a vista de avión o sobre su figuración
cartográfica. Más aún, se ha incrementado en los años de esta
legislatura del PP con mayoría absolutísima. El PP, además, ha
seguido fidelísimamente la línea trazada por el PSOE en cuanto a
los principios básicos, a saber, los derechos humanos relativos a la
vida personal (aborto, etc.,) y a la familia (derecho de los padres a
enviar a sus hijos menores de edad a colegios del ideario conforme
con las creencias o increencias paternas; conservación –aunque
con suaves matizaciones- de la asignatura “Educación para la
Ciudadanía”; el matrimonio como unión estable entre un hombre y
una mujer, etc.,), así como a lo social y religioso (el
mantenimiento de la Alianza de las Civilizaciones, la práctica
eliminación de las clases de Religión en el Bachillerato en contra
de los “Acuerdos Iglesia-Estado”, etc.,); el trato con ETA, la
relación con los terroristas y con sus víctimas.
Ya nadie se acuerda
del compromiso de Aznar en su comparecencia ante los medios de
comunicación social a las 14:40 del 11-M: “No vamos a cambiar
de régimen ni porque los terroristas maten ni para que dejen de
matar. Por eso les digo a todos los españoles que no debemos
aspirar a nada que no sea la completa derrota del terrorismo, la
derrota total y completa, su rendición sin condiciones de ninguna
clase. No hay negociación posible ni deseable con estos
asesinos…”. Cuando el PP recuperó el poder (año 2012), la
Audiencia Provincial de Madrid “sobreseyó” el caso 11-M por ser
“cosa juzgada”. Lo negó Torres Dulce, fiscal general nombrado
por el gobierno del PP, pero no lo ha recurrido. ¿Por qué sigue el
acuerdo el PP y el PSOE sin fisuras en esta materia? En
consecuencia, las víctimas y el pueblo español están condenados a
no conocer jamás la causa material y la intelectual del 11-M.
El caso más sangrante para cualquier persona no sometida a
“la dictadura del relativismo” (Benedicto XVI), que a veces es mero
oportunismo electoralista, es sin duda alguna la retirada del
Anteproyecto de la Ley orgánica de protección de la vida y del
derecho de la mujer embarazada, anunciada en rueda de prensa (20,
septiembre 2014) por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (cf.
Juan Antonio, Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, Llamar las
cosas por su nombre, 24.9.2014; también la Nota de la Comisión
permanente de la Conferencia Episcopal Española, Zenit, 2-10-
2014). Además, no es compatible ni con lo sostenido por el PP
anterior. Mariano Rajoy retiró dicho “Anteproyecto” después de
haber sido aprobado por el Consejo de ministros (20.12.2013), por
el Consejo de Estado, por el Consejo General del Poder Judicial, por
el Consejo Fiscal, por el Consejo de Bioética y, con mayoría
absoluta, por el Congreso de los Diputados. Lo retiró por tres
razones sonrojantes: porque no se había llegado a un consenso,
porque la oposición derogaría la Ley en cuanto llegara al poder y
porque era lo más sensato.
La retirada de este Anteproyecto no fue solo efecto de un
oportunismo electoralista como a veces se dice. Mons. Reig Pla,
obispo de Alcalá de Henares descubrió la motivación profunda en su
pastoral Por un plato de lentejas. La peor de las corrupciones
(26.12.2014). En momentos de necesidad, Saúl vendió su derecho
de primogenitura (ciertas ventajas económicas y la recepción de la
bendición paterna y, con ella, de las promesas divinas) (Gen 28,
13ss.,) por un plato de lentejas (Gen 25, 19-34). Por un plato de
lentejas (un puesto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
y el acceso a algunas cuotas de poder político y de financiación),
Rajoy ha vendido la primogenitura, con otras palabras se ha
comprometido él –y, con él, su gobierno y España- a promover “el
pleno disfrute y ejercicio de derechos por parte de niñas y mujeres
en condiciones de igualdad y no discriminación por razón de
género, incluidos los derechos de salud sexual y reproductiva” (con
otras palabras, promoción de la anticoncepción desde niñas, la
esterilización –también de personas con discapacidad psíquica-, el
aborto libre, la manipulación de embriones, la masturbación desde
antes de los cuatro años de edad, la educación sexual obligatoria de
menores según la ideología de género, incluso contra la voluntad de
los padres; la gestación subrogada o vientres de alquiler, etc.,).
Se ha
comprometido también a “promover el pleno disfrute y ejercicio de
derechos por parte de personas gays, lesbianas, bisexuales,
transexuales e intersexuales (LGBTI) y la eliminación de toda forma
de discriminación”, o sea, la aceptación legal del matrimonio entre
personas del mismo sexo, la adopción de niños por parejas del
mismo sexo, el cambio de sexo, la sustracción de la patria potestad a
los padres de los menores en todo lo referente a la sexualidad, etc.
Mons. Reig Pla lo toma del documento Prioridades de España en
Naciones Unidas, 69ª Periodo de Sesiones de la Asamblea
Plenaria, que puede verse en la página web del Ministerio de
Asuntos Exteriores español. Los puntos del segundo bloque
básicamente son “los 23 privilegios” de los homosexuales, que ya
han sido aprobados por el congreso y el gobierno de la Junta
gallega y de la Generalidad catalana durante el año 2014.
Este cambio se explica si se descubren las directrices del
relativismo y del laicismo masónico.
Hacia el 20 de mayo del 2008,
alguien relacionado con la masonería, no sin euforia y satisfacción,
me informó que, tras la derrota del PP en las elecciones de marzo de
ese mismo año, por fin se había determinado realizar lo acordado,
aunque no dijo desde cuando. Luego, un mes más tarde, se vio cómo
Mariano Rajoy, tras regresar de Méjico, dio un desacostumbrado
puñetazo de autoridad en la mesa de la convención del PP en
Valencia y la nave del PP cambió de rumbo y de carga o principios,
siguiendo en gran medida la estela del PSOE masónico de
Rodríguez Zapatero. Algunos políticos del PP, muy pocos,
denunciaron el cambio y abandonaron sus filas (María San Gil,
etc.,), casi todos –aunque algunos no sin cierta resistencia continuaron al ritmo de las directrices oficiales.
Durante la segunda República (1931-1936) hubo muchos
masones en los partidos republicanos y de izquierdas; ninguno en
los de la Derecha (CEDA de Gil Robles, etc.,). Ahora hay muchos
masones en el PSOE, en Esquerra Republicana de Cataluña, etc.,
también en el PP. Según mis informaciones (mayo, 2008), la
masonería prácticamente domina la cúpula nacional del PP (uno de
ellos pertenece a la Orden des Golden und Rosenkreuzer, “Orden
del Oro y de los Rosacruces”, cuyos miembros -al menos
inicialmente- eran todos masones); se había infiltrado hacía tiempo
en el PP gallego y en el canario, acaba de hacerlo en el PP vasco.
Actualmente en España (no en EE. UU., Gran Bretaña, etc.,)
los partidos políticos pueden denominarse “dictatoriales” en el
sentido etimológico de este término, pues su Secretario General,
asesorado o no por un número elevado de asesores bien
remunerados, “dice, dicta” las directrices ideológicas, las normas de
comportamiento político, y, además, asigna los puestos de gobierno
a los miembros de su partido. Parece lógico y generalmente
inevitable que estos, dada la condición humana, con vistas a las
próximas elecciones, traten de agradar al Secretario General para
asegurarse el puesto y función más que al bien común y particular
de sus votantes como ocurre en países anglosajones.
Podría extenderse a todos los ámbitos el “Mariano Rajoy
cruza el Rubicón” que, en febrero del 2012, Luis R. Aizpeolea,
corresponsal de El País, le aplicó cuando el PP, como el PSOE, etc.,
votó en contra de la propuesta de Rosa Díez de ilegalizar las
manifestaciones políticas de ETA. Hacía tiempo que Rajoy y el PP
con él habían pronunciado el Alea iacta est, “la suerte está echada”
de Julio César al realizar lo prohibido a las legiones romanas,
cruzando el Rubicón, río fronterizo, dispuesto a asumir el supremo
poder en Roma sin el consentimiento de su senado.
Eduardo Zaplana, entonces portavoz del PP en la Comisión
de Investigación: “Ustedes se han empeñado en cerrar esta
investigación, pero no debería cerrarse y algún día se abrirá
porque no se han dilucidado las responsabilidades políticas”
(Múgica, F., Agujero negro). Con vaticinio frustrado de Zaplana o
no, planea un nuevo enigma: ¿por qué el PP, a pesar de tener
mayoría absolutísima en el congreso de los diputados, en el senado y
en el gobierno de las comunidades autónomas no ha reabierto el
proceso judicial del 11-M, que tanto le ha perjudicado?
¿Por qué el
PP no contesta? ¿Qué es lo que su silencio está encubriendo?
¿Lo conoce el juez? Cuando acababa de firmarse y de hacerse
pública la sentencia del 11-M, en el aniversario del asesinato de
Fernando Múgica Herzog (no confundir con el periodista del mismo
nombre y apellido, experto en el 11-M; no son familiares) tras la
Misa de difuntos, celebrada por Fernando García de Cortázar, el
juez Gómez Bermúdez respondió en el claustro de los Jesuitas
(c/Serrano, Madrid) a una pregunta de Inma Castilla de Cortázar,
presidenta del Foro Ermua: “Todos los que han sido imputados
estaban –de un modo u otro- implicados en los atentados”. Inma le
replicó: “Me refiero directamente a la autoría intelectual de los
atentados. Y le pregunto indiscretamente si en su fuero interno tiene
alguna idea clara, porque en el externo ya vemos que no: hemos
leído la sentencia”. El juez respondió a Inma C. de Cortázar y al P.
Fernando G. de Cortázar que la acompañaba:
“Hay asuntos tan
graves, tan complejos… que es mejor que no se sepan, que se
conozcan más adelante”. Ella contestó: “No sabía que los jueces
tuvierais competencia para saber cuando es el momento oportuno
de hacer justicia”. (tomado de un mensaje electrónico reciente de
Inma -6.2.2015). ¿A qué se refiere el juez? La verdad, que es
sagrada, tiene sus derechos y el pueblo español el de que no le
oculten la verdad, ni le mientan, ni le traten como a un menor de
edad. Además, deberían saberse precisamente por ser “tan graves”.
5.2.2. La Iglesia católica
El 11-M fue un atentado de índole y finalidad política que, no
tardando mucho, iba a provocar la erupción desbordada de lo que –
desde la Ilustración masónica- se venía gestando en las entrañas de
España, a saber, la implantación sociocultural y política del
relativismo y del laicismo.
Masónica es la Ilustración francesa y su
Enciclopedia elaborada en una logia parisina. La específicamente
española (Jovellanos, Campomanes, Feijoo, etc.,) era superior, pues
completaba la luz de la Razón con la Luz que es Jesucristo y el
esplendor sociocultural de su Evangelio (cf. Rafael Nieto, Luis
Suárez habla de España, “Altar Mayor” 162 -2014- pp. 948-949).
Pero ha terminado por imponerse la masónica, también en España.
Por ello, los católicos serán los más perjudicados a corto y medio
plazo. La Iglesia católica y el cristianismo en general es
incompatible con el “método” masónico marcado por la eliminación
de lo sobrenatural, de la revelación divina, de las verdades
dogmáticas, de las normas éticas de vigencia absoluta y universal y
que lo supedita todo al consenso y al poder de la mayoría, con
votación o sin ella (cf. Masonería, religión y política, pp. 327-396).
Ya a las 11:35 del día 11-M Gabilondo proclamaba desde la
SER la necesidad -a partir del 11-M- de un “cambio de página” y de
una “política mayor” (negociaciones oficiales con ETA, etc.,) y el
advenimiento de un “tiempo nuevo”, una nueva época para España.
Es “la apertura de un tiempo nuevo más allá de la violencia de
ETA”, augurado por Ramón Jáuregui en un documento presentado
al PP y a otros partidos (PNV, CIU) (El País, 21.2.1012).
Al
comienzo del “Tiempo nuevo” aludió también Felipe VI en el
discurso de su proclamación como rey (19.7.2014), día de la
implantación oficial del laicismo en España, aunque el Estado
español, según la constitución española de 1978, sea aconfesional,
no laicista, es decir, está marcado por la laicidad, no por el laicismo
(cf. la bitácora ¿España es oficialmente laicista? en este mismo
blog).
¿Qué debemos hacer los católicos ante la sustitución del
paradigma cristiano por el masónico? “Solo quien no comprenda
que la Iglesia no es nuestra, sino de Cristo, puede preocuparse por
ella”, por su porvenir (Benedicto XVI en su despedida antes de su
jubilación, febrero 2013). La Iglesia ya ha padecido avalanchas
similares, por ejemplo la del gnosticismo (siglo II-IV) que afectó
sobre todo a los estratos intelectuales, completada con el
irracionalismo religioso y el feminismo radical del montanismo que
impregnó especialmente a las capas bajas de la sociedad, y rematada
con la persecución religiosa.
Recuérdese que la Masonería y Nueva
Era son dos rebrotes de la gnosis en nuestro días (Guerra, M., La
gnosis y sus rebrotes en nuestro tiempo, “Burgense” 47/1 -2006-,
pp. 71-130). Recuérdense también las avalanchas de los Bárbaros
(siglos V y siguientes), que fragmentaron el Imperio romano.
Entonces la Iglesia quedó como sepultada bajo los estratos de los
Bárbaros vencedores, que eran paganos o arrianos, pero solamente
en la mitad occidental del Imperio, que unos siglos más tarde será
cristina. Por su parte, el gnosticismo y el montanismo afectaron casi
exclusivamente a las zonas orientales.
En cambio, lo masónico
actual es global, mundial; además no respeta lo religioso natural a
no ser recluido en el foro de la conciencia y dentro de los templos,
ni lo sobrenatural, que rechaza abiertamente.
Además de no tener miedo que inhibe y cohíbe, específico de
los Apóstoles y de los primeros cristianos antes de la resurrección
del Señor, es preciso no andar con la nariz pegada a la pared de los
acontecimientos con riesgo de que un grano de arena parezca un
montículo y un mosquito un elefante. La visión de los sentidos y de
la razón debe completarse con la perspectiva histórica y con la
visión de eternidad o de la fe sobrenatural, gracia de Dios.
Hay que
salir afuera, ir a las periferias existenciales (papa Francisco,
Evangelii gaudium) para realizar la “Nueva Evangelización”, o la
recristianización del mundo neopagano de nuestros días, que puede
y debe inspirarse en la “evangelización” tan “nueva” que fue la
primera, la de los primeros cristianos, que lograron cristianizar el
mundo pagano de su tiempo. No olvidemos que “el cristianismo ha
muerto muchas veces y otras tantas se ha alzado de nuevo, pues
contaba con un Dios que sabía cómo salir del sepulcro”
(Chesterton, El hombre eterno, Cristiandad, Madrid 20118
, p. 323).
Como Jesucristo, su fundador, la Iglesia católica –crucificada casi
siempre- resucita siempre.
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