domingo, 30 de agosto de 2020

Covid-19, coartada del proyecto político global del Nuevo Orden Mundial

El proyecto político global impuesto 
con ‎el Covid-19 como coartada
25/8/20

TM.- En cuestión de semanas hemos visto Estados supuestamente democráticos suspender las ‎libertades fundamentales, prohibiendo a la gente salir de sus casas, participar en mítines o hacer ‎manifestaciones, bajo la amenaza de multas o de ir a la cárcel. La escolarización obligatoria ‎establecida por ley para los menores de 16 años ha sido abolida temporalmente. Millones de ‎trabajadores han sido privados de empleo y enviados al paro de manera autoritaria y cientos ‎de miles de empresas también han sido obligadas a cerrar sus puertas, que no podrán reabrir. ‎

Sin ningún tipo de preparación previa, los gobiernos han empujado las empresas a establecer el ‎teletrabajo… y todas las comunicaciones a través de internet son grabadas por el sistema ‎Echelon. Eso significa que los «Cinco Ojos» (Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y ‎Estados Unidos) ya tienen en sus archivos lo necesario para descubrir los secretos de casi todos ‎los industriales europeos. En ese aspecto, ya es demasiado tarde. ‎

Esas transformaciones de orden social carecen de justificación médica. Ningún tratado de ‎epidemiología en el mundo había planteado, y menos aún aconsejado, un «confinamiento ‎general obligatorio» para luchar contra una epidemia. ‎

Los dirigentes políticos de los Estados miembros de la Unión Europea se quedaron paralizados ‎ante las proyecciones matemáticas delirantes que les predecían verdaderas hecatombes en sus ‎respectivos países. Corrieron entonces a buscar la «salvación» en ‎las soluciones prefabricadas de un poderoso grupo de presión con cuyos miembros se habían ‎reunido en el Foro Económico de Davos y durante las conferencias de seguridad que se realizan ‎anualmente en Munich. ‎

Si no nos despertamos, se impondrá de ‎forma duradera una aplicación de rastreo en los teléfonos móviles para vigilar los contactos ‎individuales de todos y arruinará las economías de ciertos países para transferir la fuerza de trabajo ‎hacia la industria del armamento.‎

Si no nos despertamos, la enseñanza será reemplazada por un sistema de adquisición de saber a ‎domicilio, nuestros niños se convertirán en cotorras desprovistas de espíritu crítico, sabiendo ‎de todo pero sin conocer nada. ‎

En el mundo que se prepara para los ciudadanos de la Unión Europea, los grandes medios de ‎comunicación ya no serán financiados por la industria del petróleo sino por lo que ha dado en ‎llamarse «Big Pharma». Nos convencerán de que todas las medidas adoptadas eran las más ‎adecuadas y en internet los motores de búsqueda impondrán a las fuentes no conformes las ‎peores calificaciones en términos de credibilidad, en función de lo que piensan los autores de sus ‎artículos pero sin importar la calidad de sus razonamientos. ‎

Todavía estamos a tiempo de reaccionar. ‎