Europa, en manos de la mafia comunista china:
UE y China negocian un polémico programa de inversiones
que le daría todo el poder al régimen de Xi Jinping
27 DIC 2020
La dictadura china y la Unión Europea se encuentran en plena negociación de un polémico acuerdo de inversión mutua. Los europeos exigen a China que elimine o limite el trabajo forzado en su país a cambio de que ésta pueda invertir en industrias europeas.
El pasado 17 de diciembre, tras varios años de negociaciones, el diario chino con sede en Hong Kong South China Morning Post anunció que la Unión Europea y China podrían estar llegando a un acuerdo final sobre el ambicioso tratado de inversión mutua.
Este controvertido acuerdo causa fuertes disidencias dentro de la Unión Europea, ya que por un lado el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel quieren negociar habilitarle una mayor cuota de inversiones a China a cambio de que elimine o limite el trabajo forzado en su país y permita la creación de sindicatos laborales independientes, algo que suena imposible considerando el gran control del gigante aparato estatal chino por sobre las empresas y organizaciones del país; por otro lado, varios jefes de Gobiernos europeos rechazan el acuerdo, ya que argumentan que a cambio de una «fachada» de integración entregarán enormes porciones del mercado a China.
Los países que se oponen a la postura de Francia y Alemania sostienen que este complacerá más los intereses económicos de la dictadura china que los intereses europeos, y que no hay manera que China respete los convenios laborales pactados.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Zbigniew Rau, afirmó en Twitter que «Europa debe abogar por un justo y mutuamente beneficioso y comprensivo acuerdo de inversión con China. Necesitamos más consultas y transparencia trayendo a la negociación a nuestros aliados transatlánticos (Estados Unidos y Canadá). Un bueno y balanceado acuerdo es mejor que uno prematuro».
Por su parte, Xi Jinping busca obtener acceso y facilidades para invertir en las distintas industrias europeas, sobre todo energía, algo que ya está haciendo a gran escala por todo Asia, África e incluso América Latina, con el objetivo de hacer a los países más dependientes y serviciales al sector empresarial de la dictadura.
Para lograr su aprobación, China está ejerciendo fuertes presiones diplomáticas y arduo trabajo de negociación. Un ejemplo de esto es lo que ha estado realizando el primer ministro Li Keqiang, quién ha estado manteniendo conversaciones paralelas con el presidente español Pedro Sánchez y el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, para que ayuden a Macron y Merkel a aprobar el tratado.
Varios países de Europa quieren asegurarse que ellos también tendrán ciertos beneficios de aprobarse el acuerdo para poder firmarlo; por ejemplo poder invertir en ciertas industrias chinas que están en constante crecimiento y a las que no se tiene acceso aún, como el sector de autos eléctricos de China.
De todas formas, el acuerdo va encaminado y se espera llegar a un acuerdo durante 2021. El objetivo de Xi Jinping es luego proponerle el mismo acuerdo a Joe Biden, quien si no ocurre ningún imprevisto de acá al 20 de enero será el próximo Presidente de los Estados Unidos. Así, el capital chino mantendrá una fuerte influencia no sólo en los continentes más pobres, si no que en los países más desarrollados.