El Estado profundo
13/3/2021
Antes de entrar en materia, he de aclarar, que, por mi parte, en presencia de una verdadera pandemia, yo no tendría ningún problema en aceptar voluntariamente las decisiones de las autoridades civiles y eclesiásticas, porque reconocería su deseo de proteger a las personas del contagio, y no escribiría lo que a continuación subrayo.
Como se nos ha enseñado, la pandemia es una enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región. Sabemos, que al menos se han contagiado 26 millones de personas y han fallecido 1.665.000, datos que, por sí mismos, no pueden dejar duda alguna sobre una epidemia reinante. (1)
Ahora bien, para que exista una verdadera pandemia, además de que la epidemia esté extendida en muchos países, localidades o regiones, y que el contagio afecte a millones de personas con las consiguientes muertes, se requiere, en primer lugar, que el virus de la epidemia esté aislado. En cambio, se sabe que SARS-CoV-2 nunca ha sido aislado, sino sólo secuenciado como nos lo han explicado diferentes especialistas; así, por ejemplo, el Dr. Andrew Wye, científico de un importante laboratorio clínico de EE.UU., que ha analizado pruebas a través de los postulados de Koch y la observación bajo un SEM (microscopio electrónico de barrido) a 1500 muestras de Covid 19, supuestamente positivas, sin encontrar Covid 19 en ninguna de ellas. “Estas 1500 muestras las he enviado, dice el científico, a siete universidades e hicieron las pruebas de laboratorio y solo encontraron los mismos resultados que mi laboratorio, esto es, pequeños fragmentos de ARN que nunca han sido identificados como SIN COVID 19. También he hablado con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades pidiéndoles muestras viables de Covid 19, y me han respondido, que no podían proporcionármelas porque no tenían ninguna muestra. Con lo malo que se supone que es Covid 19 por todas partes, ¿cómo es que nadie en ningún laboratorio del mundo haya aislado y purificado este virus en su totalidad?”
Aún así, los Gobiernos, a pesar de saber que el virus existente nunca ha sido aislado, han cometido, desde un principio, múltiples contradicciones, mentiras y negligencias para imponernos un aislamiento, sin que sepamos los fines e intereses de esa reclusión. A la vez, que han “olvidado” la norma básica de Prevención, consistente, de acuerdo con los profesionales expertos en Medicina Preventiva, en reforzar nuestro Sistema Inmunitario con tratamientos adecuados para reducir el contagio y la mortandad. Y a la par, tanto los Gobiernos como los grandes medios de comunicación, han guardado un silencio absoluto sobre los tratamientos que han hecho prueba de eficacia y de inocuidad; y de manera simultánea nos han menospreciado y metido el miedo en el cuerpo para hacernos creer, que la única alternativa al confinamiento y al aislamiento es solo la vacuna.
Teniendo en cuanta que solamente existe este plan de vacunación, y puesto que hasta la fecha no sabemos si las grandes farmacéuticas como Pfizer estaban trabajando en sus vacunas meses antes de la aparición del Covid-19, nos planteamos el siguiente dilema: ¿qué es lo anterior, la vacuna o el virus?
SARS-CoV-2
Después de todo, se ha de destacar, que también sabemos por los especialistas de la salud, que el virus, siendo en parte un perfecto desconocido, podría curarse con tratamientos disponibles; pero en su lugar, la Organización Mundial de la Salud ha boicoteado tales tratamientos imponiendo absurdos protocolos y vacunas experimentales, que presentan sueros genéticos, producidos con material procedente de abortos, y que todavía están en experimentación, cuyos efectos a largo plazo son desconocidos; y como digo, son presentados como vacunas, sometiendo a la población a un experimento con resultados y efectos secundarios, que, según algunos expertos, son ciertamente más graves que los síntomas de Covid 19. Pero, a pesar del preocupante número de personas con efectos secundarios adversos o que han muerto después de ponerse la llamada vacuna, (2), el sonido de las tromperas continúa constantemente sobre la obligación de vacunarse, pese a que sabiendo, porque ahora es evidente, que la vacuna no garantiza la inmunidad y que no evita el contagio ni la necesidad de distanciamiento social, ni la obligación de usar mascarillas. Amén de que quienes se nieguen a vacunarse, posiblemente, serán internados en campos de detención, que, por cierto, ya están siendo preparados en algunas naciones. Además, hay que informar de que el número de personas fallecidas en 2020 está absolutamente en línea con el número medio de fallecidos de los años anteriores.
Estos datos, cada vez son más admitidos por la comunidad, a pesar de que los medios de comunicación permanecen conspirativamente silenciados sobre ellos, y de que quienes manejan el cotarro, hayan sido capaces de enviar a la mitad del mundo al aislamiento.
Ante tal situación, ustedes se preguntarán: ¿Quién está detrás de todo este tinglado y tiene tanto poder e influencia para ser capaz de enviar a la mitad del mundo al aislamiento y falta de libertad? Os respondo con un ejemplo claro y preciso. La Iglesia es una institución supranacional, presente en todo el mundo con diócesis, parroquias, comunidades, conventos, universidades, escuelas y hospitales. Todas estas entidades toman sus órdenes de la Santa Sede, y cuando el Papa ordena una oración o un ayuno, todos los católicos del mundo obedecen; si un Dicasterio de la Curia Romana da directivas, todos los católicos del mundo las sigue. El control es generalizado e inmediato, gracias a una estructura jerárquica eficiente. Pues, eso mismo está sucediendo, en los últimos tiempos con el surgimiento de un nuevo léxico político y concepto misterioso, que se ha puesto de moda recientemente: el llamado “estado profundo” o red oculta y subterránea de poderes facticos, fuera de la mirada pública, pero que, abiertamente opera en secreto (de forma invisible), manejando las cuerdas y manipulando las cosas, con tanto poder y tanta influencia, que ha sido capaz de enviar a la mitad del mundo al aislamiento.
Realmente, “estado profundo” es una nueva terminología de la tiranía absoluta, que acaba de aparecer, para designar abiertamente al “Poder Supremo sin rostro o Sinagoga de Satanás”, que está explicado concienzudamente por Gil de la Pisa en su libro “La Piedra Roseta de la Ciencia Política”.
El “estado profundo”, a través de los hechos nos está mostrando que es una estructura transnacional que se está implementando progresivamente en el sistema mundial, a través de una serie de organismos supranacionales, y mediante la imposición a escala planetaria de un pensamiento global basado en una serie de ideologías cuyos postulados apuntan directamente a la eliminación de los valores -emanados del cristianismo y la Ley Natural- que han sido la base de la civilización occidental.
Hay que resaltar, que a este “estado profundo” responden actualmente, de una manera similar tanto las élites políticas y económicas como las religiosas, órganos supranacionales que dominan la opinión pública planetaria
Consiguientemente, tanto el “estado profundo” como la “iglesia profunda” operan de una manera similar: ambos hacen uso de una estructura fuertemente jerárquica, y cuando el Legislador legisla, los organismos a su cargo elaboran las leyes. Las ordenes se dan desde las alturas, y quienes las reciben, las ejecutan de inmediato, con el conocimiento de que la desobediencia puede conducir al fracaso profesional, condenando a los insurrectos, en ciertos casos, incluso a la muerte. Esta obediencia está vigente por el chantaje: El “estado profundo” te promueve, te da el poder, te hace famoso y te enriquece. A cambio de que le seas fiel y le obedezcas haciendo lo que él te ordena, y si le desobedeces, estás acabado.
Ejemplo reciente, es el caso de las elecciones presidenciales de Estados Unidos del pasado 3 de noviembre 2020, en las que el presidente Trump no fue considerado alineado con el pensamiento prevaleciente, se decidió expulsarlo con un fraude de proporciones inauditas, contra la voluntad del pueblo. Y han traído a un demócrata progresista, sedicente católico, a la Casa Blanca, que está perfectamente alineado con la voz de su amo: el “estado profundo” o lobby en el poder.
Sin temor al error, podemos asegurar que actualmente, todos los políticos que gobiernan las naciones, salvo raras excepciones, son parte del “estado profundo”. Si no, no estarían donde están.
Resumiendo, para el “estado profundo” o fuerzas de las tinieblas, imponer una tiranía de salud en miles de millones de personas está siendo fácil, porque, a pesar de que el virus no ha sido aislado, hay que admitir que se le ha aceptado como el instrumentum reinante, con la complicidad de los políticos que gobiernan, los medios de comunicación, e incluso una parte de la jerarquía eclesiástica, aislando a más de medio mundo. Y desencadenado una crisis económica provocada por el aislamiento obligando, que nos llevará a tener que hacer la cancelación de las deudas para hacer inevitable la institución de ingresos universales, a cambio de que se renuncie a la propiedad privada y se acepte el seguimiento a través del pasaporte sanitario; induciendo a las violaciones de los derechos constitucionales y religiosos, que serán toleradas por los tribunales, en el nombre de una emergencia perdurable; y preparando a las masas para la Dictadura Social Progresista con unidad de mando. Amén de que impondrá la abolición de la libertad de enseñanza; la aplicando una censura implacable y un control mundial de la información; obsesivamente se manipulará y borrará la historia y se operará una guerra a muerte a la religión católica incluyendo el desprestigio del clero. Etc. Esto y más, es lo que nos espera, de acuerdo con lo ordenado y mandado por el “estado profundo”.
(1) Fallecidos durante 2020
40.945.882 por ABORTO.
12.484.506 por enfermedades infecciosas.
10.755.640 por HAMBRE.
7.889.000 por cáncer.
4.802.000 por fumar.
2.402.000 por alcohol.
1.665.000 por COVID.
1.615.000 por SIDA.
1.296.000 por accidentes de coche
1.030.000 por suicidio.
(2) En Austria, el pasado 7 de marzo 2021, han suspendido la vacuna de AstraZeneca – la misma que se está administrando en España a los menores de 55 años- tras la muerte producida a una mujer de 49 años.
El sitio web israelí más leído, Ynet, publicó el 9-3-21:
“Al decidir Israel convertirse voluntariamente en el campo de pruebas de Pfizer, el índice de transmisión y contagios es más alto que en cualquier otro lugar. De hecho, la inquietante correlación entre la vacunación masiva y la enfermedad sugiere que cuantas más personas se vacunan, más casos de COVID se encuentran. Poco después del lanzamiento de una campaña de vacunación masiva, se produce un fuerte aumento exponencial de los casos y, trágicamente, de muertes.
En resumen, la campaña ha sido un espectáculo de fracaso, y si aprendemos de la experiencia israelí, se puede llegar a la conclusión de que cuanto menos se vacune, más sana será la comunidad en su conjunto”.
Científicos del Instituto Sloan Kettering descubren
que el ARNm (de la vacuna) inactiva las proteínas supresoras de tumores, lo que significa que puede promover el cáncer.
Reino Unido: 35 personas sordas y 25 ciegas después de recibir vacunas de ARNm.
Monseñor Schneider sugiere que la vacuna podría ser la “Marca de la Bestia”
mencionada en el Apocalipsis, y los católicos deben resistir. “Preferirá ir a la cárcel que someterse a la vacunación obligatoria. Prefiere morir”.