lunes, 26 de abril de 2021

***Nuevo Orden Mundial: REVOLUCIÓN inglesa e IMPERIO bicéfalo, origen del NOM

El Nuevo Orden Mundial (I)
La revolución inglesa y el imperio bicéfalo
Adriana Conde 
9-7-2019

Revolución Inglesa

La mayor parte de los historiadores consideran la Revolución Francesa como el punto de partida hacia lo que conocemos hoy como Edad Contemporánea. Se trató de un fenómeno a finales del siglo XVIII (1792) que dio lugar a importantes cambios en todo el mundo suponiendo el principio de la separación de poderes y el orden constitucional.


Sin embargo, esta percepción no tiene en cuenta varios hechos históricos de relevancia que podrían situar el punto de cambio más de 100 años antes. Me refiero en concreto a todo lo sucedido en la Revolución Inglesa, en el siglo XVII, y, sobre todo, en la década de 1640-1660,

En este artículo, pasaremos revista a los hechos que provocan la Revolución Inglesa, así como sus consecuencias, siendo la más importante el fin de la ‘Pax cristiana’ tras la quiebra de la Iglesia cristiana occidental, lo que se conoce como iglesia católica. La causa fue el ataque de un agustino alemán, Martín Lutero, quien comenzó a criticar al papado de forma pública con escritos expuestos en la puerta de la catedral. En ello se hacía una fuerte crítica de los estamentos de la Iglesia de Roma, sobre todo de los más altos, incluyendo al mismísimo papado.

Papa Leon X

Unas críticas que fueron bien acogidas por el pueblo alemán, provocando una fractura social que terminó en la cumbre entre el Papa Leon X y el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, en Worms (1521). Allí se conminó a Lutero a renegar de 41 de sus 95 tesis contra muchas de las prácticas y costumbres de la Iglesia. Algo a lo que se negó quedando excomulgado. Una división que dio pie a las críticas de todo tipo de reformadores, casi todos de origen judío, de la Iglesia que critican con dureza a la Iglesia católica fragmentándose la unión existente hasta ahora, a pesar del Concilio de Trento.

Juan Calvino

La cristiandad quedó dividida en varios cultos, que más allá de lo religioso provocaron una gran inestabilidad política que supuso una de las mayores guerras por motivos religiosos de la historia con más de 15.000 muertos, aunque no existen fuentes fiables y seguramente fueron muchos más.

Además, buena parte del catolicismo, desde sus monjes hasta sus monasterios, muchos de ellos dedicados a suplir las necesidades sociales que los reinos no podían ofrecer, quedaron relegados. De hecho, muchos de los templos góticos más bellos de la historia fueron derribados y reducidos a escombros.

En Inglaterra el principal inspirador de la reforma protestante (el puritanismo) fue el teólogo francés Juan Calvino, que también era de origen judío. Su doctrina sentó las bases de la separación de la iglesia inglesa de Roma que apoyó el rey de Inglaterra, Eduardo VI (1547-1553).

La Iglesia de Inglaterra se separa de Roma

Retrato de Enrique VIII, por Hans Holbein el Joven

En el siglo XVI, reinaba en Inglaterra Enrique VIII (1509-1547), de la Casa Tudor, casado con la hija de los Reyes Católicos, Catalina de Aragón. Le dio una niña como hija pero no el varón esperado. Pasaron años felices pero en aquella época de poder absoluto los reyes tenían numerosas amantes e hijos naturales, sin que se saliera de la ‘normalidad’, incluso en ocasiones con el conocimiento de la propia reina. Una situación que se vino abajo cuando el Rey se enamoró de una de las damas de la Corte, Ana Bolena, no queriendo ésta limitar su papel a una simple amante: quería casarse con él.

Isabel I de Inglaterra

Los deseos de Bolena trajeron grandes problemas a la Corte, porque Enrique VIII, para no perderla, pidió al Papa que anulara su matrimonio con Catalina, sobrina del Emperador Carlos I, a lo que el Pontífice se negó. Una situación que aprovechó el Rey, en medio de un fuerte clima antipapista, para declararse Jefe de la Iglesia de Inglaterra, creando la iglesia anglicana que perdura hasta nuestros días.

Ana Bolena

Finalmente, contrajo matrimonio con Ana Bolena, pero esta tampoco pudo darle un varón, aunque sí otra hija a la que pusieron el nombre de Isabel y que reinaría largos años como Isabel I, siendo la última representante de la dinastía Tudor. De cualquier forma, el matrimonio duró apenas tres años porque ella fue acusada de mantener relaciones extramatrimoniales y el Rey la mandó decapitar.

Después, el Rey tuvo varias esposas. De ellas sólo Juana Seymour le dio el hijo varón que deseaba, aunque tras sucederle en el trono apenas reinó porque murió muy joven. Fue conocido como Eduardo VI y uno de los más firmes impulsores del calvinismo en Inglaterra aboliendo el celibato de los sacerdotes y aprobando varias medidas de relevancia con las que intentaba dejar su impronta como la eliminación de las imágenes de las iglesias.

Analizando con perspectiva estos hechos -desde Lutero hasta Enrique VIII y la facilidad con la que se decapitaba a los que se oponían a sus intereses- observamos que Inglaterra era un estado de ‘segunda fila’ no comparable con Francia o España, mucho más desarrolladas. El hecho es sorprendente porque Inglaterra terminaría convirtiéndose en primera potencia europea en el siglo XVIII. Hay varias razones para ello y eso es lo que, por primera vez, se intenta clarificar en este artículo.

La época de la Revolución Inglesa. Siglo XVII

Oliver Cromwell

Al comienzo del siglo XVII Inglaterra estaba dividida en condados. El rey ejercía la suprema autoridad, discutida por el Parlamento de los Comunes. La nobleza, representada por el Parlamento de los Lores era leal al Rey, ya que éste respetaba sus grandes propiedades. La iglesia también tenía un gran poder económico, por las continuas donaciones que recibía. Representaba la cultura y era la benefactora social.

Dependía de Roma y se dividía en parroquias. En ellas estaban representadas las principales órdenes monásticas: desde los cistercienses hasta los dominicos, franciscanos y carmelitas, entre otros.

La burguesía no era muy fuerte en ese momento, pero ya comienza a tener representación en el Parlamento de los Comunes. Por su parte, los campesinos estaban englobados, mayoritariamente, en los señoríos del Rey, de los nobles y de la iglesia.

En esta época la capital económica era Londres y la de la realeza y del Parlamento era Westminster. No había ejército ni policía del Estado.


Enrique VIII creó su propia iglesia nombrada Anglicana, nombró a sus propios sacerdotes y expulsó a la Iglesia Católica de Inglaterra

Además, hay una fuerte persecución a los católicos desde el momento en el que Enrique VIII se separa de la iglesia de Roma. Acaban siendo prohibidos y odiados tanto que resulta complicado de entender. Pero es una situación que perdura hasta nuestros días

Tras la quiebra de la iglesia en el siglo XVI, en el XVII su presencia y organización clásica se rompe, ya que el Rey se desvincula totalmente de Roma, siendo su máximo responsable espiritual el Rey. Por eso, además, los bienes de la iglesia también van pasando a manos del monarca.

Al no haber ejército cada vez que era necesario, para la defensa del país o acciones ofensivas en otros territorios, debía crearse mediante mercenarios. Una estructura que demanda una gran cantidad de dinero. Una dificultad añadida al no ser Inglaterra un estado rico en ese momento. A pesar de ello su economía empezaba a despegar como productor de materias primas como base para otros productos, como los textiles, que tanto éxito tuvieron a partir de los tejedores holandeses que por la persecución religiosa habían huido a Inglaterra.

Estatua de Oliver Cromwell cerca del Parlamento en Londres

El siglo XVII es la época en la que comienza la dinastía Estuardo (1603-1714), tras morir en 1603 la Reina Isabel I. Al no tener descendientes directos (no tuvo hijos) la corona pasó al Rey de Escocia, Jacobo VI, católico y sobrino de la fallecida. Reinó como Jacobo I de Inglaterra, trayendo de nuevo el catolicismo y siendo el primero que unió la corona inglesa y la escocesa.

Jacobo I

Cuando Jacobo I (1603-1625) llega a Inglaterra lleva 36 años gobernando en Escocia. Entre sus grandes logros ya había destacado por demostrar que sabía solventar los problemas y, para generar un clima de concordia, expresó su deseo como Rey de que todas las religiones fueran legales. Sin embargo, a los dos años de su reinado, el 5 de noviembre de 1605, tuvo lugar la “Conspiración de la pólvora” para, supuestamente, acabar con la vida del monarca y de la nobleza protestante. Fue, sin duda, lo que hoy día llamamos operaciones de “falsa bandera” que realizó algún grupo promoviendo el terror y resultando acusados los católicos, sin ningún tipo de pruebas, pero resultando condenados a ser ajusticiados.

Así quedó en la sociedad una sospecha de responsabilidad para todo lo que pudiera pasar. Algo absurdo, teniendo en cuenta que los católicos no tenían motivación alguna para atentar contra un Rey, de nuevo, católico. De hecho, varias fuentes inglesas, reconocen que las acusaciones se hicieron sin pruebas contundentes y probadas.

Parlamento ingles

A la muerte de Jacobo I le sucede su hijo Carlos I (1625-1649), de Escocia e Inglaterra. Pronto se va a ver que los hechos importantes de la historia están totalmente preparados por algunos para un objetivo. Esto es así y sigue siendo.

Su reinado empezó tranquilo pero quienes ‘movían los hilos del cambio del parlamento’ y de las diferentes religiones motivaron que diferentes situaciones ‘estallaran’ durante su reinado

El primer problema que tuvo el Rey fue con el Parlamento, éste era convocado cuando el monarca lo necesitaba. Cuando lo hace en 1628, para solicitar más dinero, los parlamentarios le presentan una carta con varias peticiones.

El Rey simuló aceptarlas… pero poco después cierra el Parlamento (1628). Desde entonces, se vive una década que finalizan en 1638, cuando crece la inestabilidad tanto en Inglaterra como Escocia e Irlanda y vuelven las confrontaciones entre las diferentes confesiones incluida la presbiteriana, surgida en Escocia. También se levantan en armas los irlandeses católicos. El rey intento hacer frente a esta situación con sus propios medios (1638) pero no pudo y fue derrotado. En 1639 firmó la paz.

Cromwell disuelve el Parlamento, por Benjamin West

En 1640 decide convocar al Parlamento. Hasta 1641 se trata de nuevo las peticiones de los parlamentarios, que esta vez sí fueron aceptadas por el Rey, al menos sobre el papel, porque los parlamentarios no le creyeron e incluso mataron a dos de sus ministros. Una situación que anticipaba que el enfrentamiento era inevitable, ya que Irlanda se había revelado de nuevo y urgía contar con un ejército para hacerla frente.

En 1642 el Parlamento formó un ejército contra el Rey y éste aglutina un ejército Real y comienza la Revolución Inglesa en el verano con una fuerza liderada por Oliver Cromwell contra el Rey.

Tras varios enfrentamientos con resultados inciertos, en 1645, el Rey se rinde a las tropas escocesas. El Parlamento queda vencedor (1646) y el monarca es apresado, erigiéndose Cromwell como capitán general del ejército parlamentario y comenzando a dirigir la oposición al monarca.

La paz se rompe y Cromwell termina comportándose como un dictador, ‘limpia’ el Parlamento de moderados y lo deja en manos de un pequeño grupo de extremistas. De hecho, pierde su nombre de Parlamento para denominarse Rump. Y el Rey fue acusado de traidor. Tras ser juzgado fue declarado culpable y condenado a ser decapitado en una plaza de Londres el 30 de enero de 1649.

Lo mismo que sucedió en Francia más de 150 años después. Ambas revoluciones tuvieron muchas similitudes.
Decapitación pública de Carlos I de Inglaterra

Una vez muerto el Rey el país se desintegra: unos huyen y otros piden la paz. Pero Cromwell, convertido en un dictador militar, con su ejército, abole la monarquía. Además, quitó las tierras a la nobleza y a la Iglesia. También suprime la cámara de los Lores. La dictadura de Cromwell duró desde 1642 hasta 1653 y la Revolución Inglesa se convirtió en la peor revolución imaginable: los católicos fueron masacrados y los templos destruidos.

Entre otras razones a que se distribuían por las calles pasquines en los que se decía que dentro había mucho dinero. Y la plebe, tras buscarlo, creyendo que estaba escondido entre los muros destruyó los templos dejándolos reducido a cascotes. Aún hoy en día se pueden visitar en Londres ruinas de iglesias con el mismo estado que quedaron entonces.

Para los habitantes de Londres debió ser un suplicio porque toda la maldad humana salía de los revolucionarios: unos proponían el voto desde los 21 años, otros las tierras comunales. Fue un estado abolido y otro inventado por un personaje que puso al estado de rodillas pero que acabó cavando ‘su propia fosa’.

Y es que Cromwell acabó de la manera más cruel con los católicos irlandeses. También atacó a los rebeldes de Escocia. Una vez estabilizado el país se dedicó a organizar su estado, que quedó con un poder supremo para él como Lord Protector aglutinando todo el poder ejecutivo, un Parlamento y un Consejo. Además, permitió todas las religiones excepto la católica y la episcopaliana. Incluso los judíos fueron aceptados, a pesar de haber sido expulsados en 1290 de Inglaterra. Cromwell, con su ejército y su estado dictatorial acabó fracasando. Tras enfermar disolvió el parlamento y pasó su título de Lord Protector a su hijo Richard, que no fue reconocido, muriendo finalmente en 1658. En Escocia habían nombrado como Rey al hijo de Carlos I (el Rey decapitado), que reinará como Carlos II de Inglaterra y Escocia.

Explicados los hechos tal como fueron, resulta increíble los nombres que ha dado Inglaterra a los terribles sucesos que tuvieron lugar desde el reinado de Enrique VIII. Lo que se produjo, dicen, fue una reforma, una guerra civil y una república.

Se estaba creando en Inglaterra un modelo de estado nuevo, que se iba a convertir en modelo para otras revoluciones que siguieron a la inglesa para dejar el antiguo régimen y entrar en la modernidad.

Otro hecho significativo, por la enorme trascendencia que iba a tener para Inglaterra en el futuro y para el resto del mundo, es la llegada de los judíos, sobre todo desde Amsterdan, al país, llamados por Cromwell. Fueron escondidos en el ‘gremio de los constructores’. La banca judía se había establecido en Holanda.

Y, sin duda, fue la llegada de banqueros judíos lo que permitió a Cromwell pagar un ejército que venció al del Rey de Inglaterra y Escocia e instaurar su dictadura. Lo quiero dejar claro, por los hechos que se producirán más adelante.

Entre las decisiones más importantes que toma destaca la libertad religiosa, excepto para los católicos y episcopalianos. Además, también permite, y esto es esencial para el futuro, la libertad para los judíos, que siempre actuará en secreto a través de una secta que tenían ellos. Esta secta terminará ofreciéndose a los ingleses protestantes, quedando constituida en Inglaterra lo que hoy conocemos como masonería: el gran arma de expansión del ‘imperio bicéfalo inglés’.

Continuación