El fin de la omertà
17/5/2021
Aclarar el origen de esta pandemia es necesario, factible, y hasta que tengamos más datos tanto la hipótesis natural como la de laboratorio deben ser abordadas con igual seriedad. Este es el escueto y contundente mensaje de la carta abierta “Investigar los orígenes del Covid”, firmada en la revista Science (14/V/21) por dieciocho de los mayores expertos del mundo en la materia.
Nada nuevo. Sin embargo, el fuste de una cabecera como Science y el lustre de los firmantes ha logrado normalizar lo que era evidente hace un año para los analistas de DRASTIC y los científicos del Grupo de París. Estos últimos vienen reclamando desde el 4 de marzo lo mismo que los de Science en sus tres cartas abiertas publicadas en el Wall Street Journal y Le Monde (4/III/21), el New York Times (7/IV/21) y el Washington Post (30/IV/21). Tres documentados informes sobre la urgencia de acometer una investigación transparente, objetiva, fundamentada, auditada, multidisciplinar e independiente sobre de origen del SARS-CoV-2. El virus causante de la enfermedad Covid-19, con ya unos tres millones de muertos, y detonante de una crisis sistémica mundial insospechable en el momento de su brote.
La noticia, por lo tanto, no es aquí el contenido de la carta de Science, sino el nombre de los firmantes que finalmente han roto su silencio. Entre ellos destacan académicos como el microbiólogo e inmunólogo Dr. David Relman (Stanford); el célebre epidemiólogo y cofundador del Grupo de Trabajo de Cambridge Dr. Marc Lipsitch (Harvard); y la estimulante irrupción en escena del gran coronavirólogo Dr. Ralph Baric (North Carolina), coautor en 2015 de controvertidos experimentos con virus SARS (Journal of Virology, 10/VI/15; Nature, 9/XI/15). Estudios que fueron participados por la famosa Dra. Zhengli Shi del Instituto de Virología de Wuhan, y financiados desde Estados Unidos durante la moratoria impuesta por la Administración Obama a los experimentos de alto riesgo con patógenos potencialmente pandémicos (Dep. of Health, 17/X/14).
Aunque el verso suelto, pero bien anclado, de este egregio grupo de Science es la joven Dra. Alina Chan (MIT-Harvard), firmante de la primera Carta Abierta del Grupo de París. Es decir, la única entre estos científicos de primera fila que lleva un año investigando el origen del virus en primera fila; la preposición es importante.
Ignoro cuándo empezaron a gestar su declaración estos expertos de primera. Aunque el editor jefe de Science sugiere (13/V/21) que la cosa está relacionada con la publicación que ha reavivado este mes el debate. El artículo “Origen del Covid: siguiendo las pistas”, del prestigioso autor y periodista científico británico Nicholas Wade, reportero de la sección de Ciencia del New York Times durante 30 años. Un artículo autopublicado por Wade en la plataforma Medium (3/V/21), que enseguida fue reproducido por la reputada Bulletin of the Atomic Scientists (5/V/21). Y un magnífico reportaje de síntesis, cuya aportación radica en haber expuesto con maestría divulgativa la secuencia y los nudos de esta complejísima controversia.
El esfuerzo de Wade ha instalado definitivamente en la opinión pública la hipótesis del accidente de laboratorio como posible causa de la pandemia. Su reportaje y la carta de Science han surtido efecto. Todo el mainstream mediático se ha asomado al balcón para aplaudir el desfile de los generales, que han bajado al campo de batalla tras haberlo barrido la fiel infantería, la que seguirá de guardia cuando se apague la música. Los indomables de #DRASTIC y los del Grupo de París.
Investigadores de primera, que siempre han estado en primera, y fuentes clave del artículo de Nicholas Wade. A dos de ellos he tenido la oportunidad de entrevistarlos. Me refiero al Dr. Steven Carl Quay, médico, empresario bioquímico y exprofesor de Patología en Stanford (El Imparcial, 24/II/21). Y al Dr. Richard Ebright, biólogo molecular y director del laboratorio del Instituto Waksman (Rutgers), cuya entrevista publicó el editor y virólogo Dr. Jonathan Latham en Estados Unidos (Independent Science News, 24/III/21); entrevista citada en el trabajo de Wade.
Con la búsqueda del origen del Covid nos jugamos, entre otras cositas, la prevención de una próxima pandemia. Ahora, roto el candado de la censura que impedía afrontar el tema con mirada limpia, intuyo que también irá cediendo el cerrojo de otros miedos y mascaradas. Todo a su debido tiempo. De momento lean el artículo de Nicholas Wade, consulten sus referencias y tomen nota de los nombres que figuran en su sección de agradecimientos. Elemental para seguir la pista bajo la punta del iceberg.