domingo, 2 de mayo de 2021

*** Primero de MAYO: La redención bufa del OBRERO. El periódico La República y el marqués MASÓN de Santa Marta

Primero de Mayo
La redención bufa del obrero
2/5/21

Si hay algo irritante es contemplar cómo tantos socialistas utilizan a la clase trabajadora como instrumento para medrar.

Primero de Mayo. La redención bufa del obrero

Otro primero de mayo y seguimos en lo mismo de siempre: los que se forran incrustados en las filas del socialismo que dicen defender al obrero con una doble estrategia, según la cual, en primer lugar, el obrero debe seguir siendo siempre un menesteroso, para que no cese la función de redimir al obrero, y en segundo lugar los que se forran ensanchando todavía más su fortuna, según justifican, para mejor defender a la clase trabajadora, y de este modo se cierra un círculo vicioso, pero que muy vicioso e inmoral, porque mientras unos permanecen en la indigencia otros nadan en la abundancia.

Lo que acabo de decir lo vi hace ya muchos años, porque parafraseando lo de “mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla” de Antonio Machado, yo puedo decir que mi niñez y juventud son recuerdos del suburbio de Vallecas. Y doy fe de que todos mis amigos de entonces lo que queríamos era dejar de ser obreros para poder ir a vivir a los barrios de “nuestros redentores”, o sea los rojos de mi Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma, que la mayoría vivían en las mejores zonas de Madrid y hasta había uno que era hijo de un marqués.

Y esta redención bufa del obrero, además de vivirla, también la he estudiado. El 2 de mayo de 1890 el periódico La República, que tenía como subtítulo el de Diario Federal, con el título de “El marqués de Santa Marta en París” publicaba la siguiente noticia: “Anteayer tuvo efecto el banquete a que nuestro respetable amigo el marqués de Santa Marta había invitado al Sr. Ruiz Zorrilla y a los emigrados. Nuestro querido compañero el director de La República da cuenta de este acto, que ha revestido gran importancia, en el siguiente despacho: París 30.—Se ha celebrado en el restaurant Terrase el almuerzo por invitación del marqués de Santa Marta al Sr. Ruiz Zorrilla, emigrados y amigos. Ha reinado la mayor fraternidad y el más ferviente entusiasmo por los ideales comunes, pronunciando discursos importantes los señores Zorrilla y Santa Marta. Numerosos brindis y muy entusiastas por varios de los asistentes.—Vera”. Y tan contentos que se debieron poner con tanto brindis a costa del marqués, tanto que los periodistas de La República casi se mueren de un ataque de entusiasmo dando la información de las celebraciones del primero de mayo de 1890.

Se entenderá el buen trato que La República le da al marqués de Santa Marta, si se sabe que era el fundador y el dueño del periódico, que lo sostenía con su patrimonio. La República se fundó en 1884 y el marqués de Santa Marta puso el periódico al servicio del partido republicano federal. En su primer número expone su programa en el que además de proclamarse demócrata y federal, se muestra defensor de la mejora de la clase trabajadora, así como antimilitarista, iberista, anticolonialista y antiespañol, para defender la autonomía política y financiera de municipios, provincias y regiones, señalando que algunas de ellas fueron naciones antiguamente. Y, más o menos como se decía de las películas de antaño, todo parecido con la actualidad es mera coincidencia...

La República se fundó en 1884 y el marqués de Santa Marta 
puso el periódico al servicio del partido republicano federal. En su primer número expone su programa en el que además de proclamarse demócrata y federal, se muestra defensor de la mejora de la clase trabajadora, así como antimilitarista, iberista, anticolonialista y antiespañol

El marqués de Santa Marta fue una de las principales fortunas de España, había nacido en Córdoba y se llamaba Enrique Pérez de Guzmán el Bueno (1826-1902). Pertenecía a una linajuda estirpe, ya que era hijo de Domingo Pérez de Guzmán el Bueno y Fernández de Córdoba, IX conde de Villamanrique de Tajo. Y en calidad de consorte adquirió los títulos de marqués de Santa Marta y conde de Torre Arias, ya que se casó con María de la Concepción de Gordón y Golfín de Carvajal. Y entre Guzmanes y Golfines amasaron fortunas a pares; baste decir, como botón de muestra, que solo una de sus posesiones fue la Quinta de Torre Arias de Madrid.

Además el marqués de Santa Marta se inició en la masonería el 25 de marzo de 1889, en la que en muy poco tiempo le fueron conferidos todos los grados y en 1990 fue elegido Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica Española del rito antiguo y primitivo oriental de Memphis y Mizraim, cargo en el que le sustituyó el periodista Fernando Lozano Montes en 1893.

Coincidiendo en el tiempo del ingreso del marqués de Santa Marta en la Masonería, se celebró en París el primer centenario de la Revolución Francesa. El 14 de julio de 1889, cien años después de la toma de la Bastilla, se reunieron en París dos congresos obreros paralelos, sin conexión entre ellos. En uno estaban los representantes de las Trade Unions y en el otro los militantes marxistas, anarquistas y blanquistas, donde Pablo Iglesias, senior, se codeó con Guesde, Longuet, Lafargue, Liebknecht, Bernstein, Keir Hardie, Vaillant, Faure o De Paepe… Y fue en este congreso donde se acordó que el 1º de mayo había que celebrar una jornada en todo el mundo, en la que los trabajadores conmemorasen los acontecimientos de Chicago y expusiesen sus reivindicaciones.

El 14 de julio de1889, cien años después de la toma de la Bastilla, se reunieron en París dos Congreso obreros paralelos, son conexión entre ellos. En uno estaban los representantes de las Trade Unions y en el otro los militantes marxistas, anarquistas y blanquistas, donde Pablo Iglesias se codeó con Guesde, Longuet, Lafargue, Liebknecht, Bernstein, Keir Hardie, Vaillant, Faure o De Paepe…

Sucedió que unos años antes, el 1 de mayo de 1885 se había celebrado en Chicago una manifestación anarquista, en la que se lanzó una bomba que mató a unos cuantos policías. Tras las detenciones, los siete principales responsables fueron juzgados, y las sesiones del juicio fueron seguidas con gran expectación. De los siete, dos fueron condenados a cadena perpetua, uno se suicidó y los otros cuatro, Parsons, Spies, Fischer y Engel fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887.

Llevaba ya casi una década de andadura el PSOE, cuando en el mes de agosto de 1888 se fundó la central sindical UGT (Unión General de Trabajadores). Si bien el sindicato lo ponían en marcha los socialistas, en principio se presentó como una organización profesional y apolítica, de hecho a sus afiliados no se les exigió que fueran necesariamente socialistas. Y así se mantuvo hasta 1920, año en el que la UGT reformó sus estatutos en su XIV Congreso y se declaró públicamente socialista.

En la primera celebración del 1º de mayo de 1890 hubo manifestaciones violentas en muchas ciudades europeas. No sucedió lo mismo en España, donde los Gobernadores civiles de Madrid y Barcelona se dirigieron a los manifestantes y fueron muy aplaudidos.

En efecto el 1 de mayo de 1890 se celebró esta jornada por primera vez en Madrid y en Barcelona. No es necesario hacer ningún comentario por mi parte del desarrollo de aquel primero de mayo de 1890 en nuestra patria. El lector sabrá sacar sus consecuencias, si lee atentamente la reproducción exacta que hacemos de la crónica publicada por La Ilustración Española y Americana del 8 de mayo de 1890, así como de los grabados que enriquecen la información, porque sus geniales trazos valen por mil descripciones.

Esta es la crónica de la página 283 de La Ilustración Española y Americana:

“Ya saben nuestros lectores que el asunto de más importancia en la primera semana del mes corriente ha sido la manifestación obrera en casi todos los países de Europa y en algunos de América; y por lo que hace a nuestra patria, cualquiera que sea en lo porvenir el resultado de la manifestación, en lo que se refiere a las relaciones del trabajo y el capital, solo hay motivos para congratularse de la sensatez de los obreros, por regla general, que en ella han tomado parte, ofreciendo a la nación un ejemplo de extraordinario progreso en las costumbres públicas. Así lo dicen los hechos.

Empeño vano sería el nuestro si intentásemos describir, dentro de los reducidos límites de esta sección, las manifestaciones obreras de Madrid y Barcelona; y esa descripción, por lo demás, está hecha con amplitud, imparcialidad, y gran copia de datos por la prensa periódica diaria; debemos ocuparnos sólo en la explicación de los grabados de las páginas 285 y 292, relativos a dichas manifestaciones de Barcelona y Madrid, hecho el primero por fotografías que nos ha enviado D. Juan Puiggari, y el segundo sobre apuntes del natural debidos al Sr. Comba.

La viñeta primera representa la reunión de obreros, congregados por el gremio de albañiles, en los jardines del Buen Retiro en la tarde del primero de mayo. Después que el presidente rogó a los manifestantes que guardasen orden perfecto, el secretario dio lectura a una exposición dirigida a las Cortes, en la que se pide una ley que fije en ocho las horas de trabajo, y que limite prudencialmente el de los niños y las mujeres; y en seguida, el gobernador de la provincia, Sr. Aguilera, les dirigió la palabra desde la barandilla del kiosco, elogiándoles por la cordura con que hacían uso de un derecho que la ley les concede, y recomendándoles que, terminado el acto, se retirasen pacíficamente a sus hogares. El discurso del gobernador fue muy aplaudido por los obreros allí reunidos.


Un grupo de estos obreros, concluido el meeting, dirigiose por El Prado y Carrera de San Jerónimo al Congreso de los Diputados (dibujo segundo) y al llegar a la plaza de la Cortes, donde prestaban servicio algunas parejas de la Guardia Civil y varias de Seguridad Pública, los manifestantes intentaron entrar en el edificio, gritando: ¡Arriba!; mas la fuerza de Seguridad les impidió el paso, invitándoles a que se retiraran. Así se verificó pacíficamente, y la exposición leída en el meeting del Buen Retiro fue luego presentada por la comisión correspondiente al Sr. Presidente de la Cámara.

En las esquinas de las calles más concurridas, el partido anarquista había fijado unos carteles rojos, convocando a los obreros a un meeting en el Liceo Ríus; estos leían la convocatoria (asunto de otra viñeta), y el meeting se celebró con mucha concurrencia y buen orden a las diez de la mañana, terminado con un viva a la solidaridad obrera universal, que fue contestado entre aplausos y aclamaciones.

El último dibujo representa el exterior del mismo Liceo Ríus en la mañana del 4, mientras se celebraba en el interior la reunión de los obreros socialistas.

En Barcelona.- La manifestación obrera en la Ciudad Condal, el 1º de mayo, honra por todo extremo a la culta capital de Cataluña.

Se celebró el meeting en el teatro Tívoli, donde no caben sino 3.400 personas, y esperaba en los alrededores la gran masa de los manifestantes, cuyo número excedía de 40.000; aprobose la exposición a las Cortes, en la cual se pide también ocho horas de trabajo para los adultos y seis para los niños mayores de catorce años, prohibición absoluta del trabajo para los menores, abolición del trabajo nocturno en varias industrias, etc., firmándola los representantes de 37 gremios; partió en seguida la imponente manifestación por las Ramblas, plaza de Colón, y de Antonio López y otras calles, siempre con el orden más perfecto, pasando por delante del Ayuntamiento, de la Diputación provincial y de la Capitanía General; la comisión nombrada al efecto entregó la exposición al Sr. Gobernador Civil para que la enviara a las Cortes, y pocos momentos después los manifestantes se retiraron pacíficamente, siendo saludados desde un balcón del edificio del Gobierno por el jefe civil de la provincia.

Nuestro grabado representa cuatro episodios de tan imponente acto: el punto de reunión de los obreros o sea el teatro del Tívoli; la manifestación en la plaza de Antonio López; la misma manifestación al pasar frente a la Capitanía General, y el momento en que el Gobernador civil saludaba a los manifestantes desde un balcón de su palacio”.

Javier Paredes
Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá