Viganò carga ahora contra la reforma litúrgica
Por INFOVATICANA
16 junio, 2021
El veterano vaticanista Marco Tosatti ha traído a su blog una entrevista a Carlos María Viganò, ex nuncio de Estados Unidos y conocido crítico del Papa Francisco, realizada por Res Novae.
El prelado italiano ha vuelto a criticar el Concilio Vaticano II, que según él “fue concebido como un acto revolucionario”. “Entiéndase, no me refiero a las buenas intenciones de quienes colaboraron en la redacción de los esquemas preparatorios, sino a los novadores que rechazaron tanto dichos esquemas como la condenación del comunismo que habría debido formular el Concilio”, ha escrito.
El arzobispo de 80 años, ha asegurado que “es lógico y lícito pensar” que la liturgia surgida del Concilio esté afectada “por ese sesgo ideológico”.
“Vemos confirmadas nuestras legítimas sospechas cuando observamos quiénes fueron los artífices de esa liturgia: prelados que en muchos casos fueron objeto de sospechas de pertenecer a la Masonería”, ha afirmado el ex nuncio en Estados Unidos.
“Situar la mesa del altar de cara al pueblo no fue invención del Concilio, sino de los liturgistas que lo hicieron poco menos que obligatorio en el Concilio después de haberlo introducido hacía algunas décadas a modo de excepción so pretexto de una supuesta vuelta a la Antigüedad”, señaló Viganò.
“Dígase lo mismo de la casulla gótica en las formas que precedieron al Concilio, sobre todo en Francia; que se ha convertido en una especie de poncho y nos la han vendido como un regreso a la forma original y no es otra cosa que una falsedad histórica y litúrgica”, dijo.
“Más allá de los textos y las rúbricas, lo que denota claramente el carácter revolucionario del rito reformado es que se ha vuelto maleable a gusto del celebrante y de la comunidad de fieles mediante una flexibilidad totalmente desconocida para el espíritu de la liturgia romana”, aseguró el ex nuncio.
El carácter “arbitrario” de las innovaciones “es parte integral de la liturgia reformada, cuyos libros –empezando por el Misal Romano de Pablo VI– fueron concebidos como un batiburrillo en manos de actores más o menos talentosos en busca de la aprobación del público”.
“Los aplausos de los fieles, introducidos abusivamente con el Novus Ordo, constituyen la expresión de un consenso que es un elemento esencial de un rito que se ha convertido en espectáculo”, indicó el arzobispo.
Según el ex nuncio en Estados Unidos sostiene que quien crea que la editio typica en latín corresponde al rito que tendría que celebrar después del Concilio “peca de ingenuidad y de ignorancia”.
“Las ceremonias pontificias en las que se utilizó el Misal Romano de Pablo VI derogaban las rúbricas para introducir lecturas en lengua vernácula, ceremonias no previstas y funciones reservadas a los clérigos ejercidas por laicos, mujeres incluidas. En mi opinión, esos elementos confirman el espíritu revolucionario del Concilio y del rito que en él se inspira”, manifestó el prelado.
“¿Han visto ustedes a un sacerdote que celebre el Novus Ordo en un altar orientado al oriente, totalmente en latín, vistiendo casulla de guitarra, y que distribuya la Comunión a fieles arrodillados en un reclinatorio sin desatar las iras de su obispo y sus compañeros en el sacerdocio, aunque en sentido estricto, esa manera de celebrar sea plenamente legítima?”, se preguntó el arzobispo.
A quienes han intentado hacerlo, respondió el prelado, “los han tratado peor que a los que celebran habitualmente la Misa Tridentina”. “Eso demuestra que la supuesta continuidad auspiciada por la hermenéutica conciliar no existe, y que la ruptura con la Iglesia preconciliar es la norma a la que se deben acoplar mal que les pese a los conservadores”, dijo Viganò.
Según el arzobispo, la conciencia de “incompatibilidad doctrinal” entre el Vetus ordo y la “ideología” del Concilio Vaticano II “es reivindicada por supuestos teólogos e intelectuales progresistas, según los cuales se puede llegar a tolerar la forma extraordinaria del rito siempre y cuando no se adopte todo el aparataje teológico que esta supone”. Por eso, aseguró, “se tolera la liturgia de las comunidades Summorum Pontificum en tanto que en la predicación y en la catequesis se cuiden de no criticar el Concilio o la nueva Misa”.
«La decadencia litúrgica es síntoma de una decadencia doctrinal que humilla a la Santa Iglesia en su afán de halagar la mentalidad mundana», manifestó el prelado.
Viganò dice que hay una cosa que algunos obispos no se atreven a reconocer: «el fracaso de un concilio, y más aún de su liturgia». «Volver al rito antiguo archivando definitivamente la miseria del Novus Ordo exigiría grandes dosis de humildad, porque quienes hoy quieren salvarla del naufragio eran ayer los más entusiastas artífices de la reforma litúrgica, y al mismo tiempo del Concilio», dijo.
“Al próximo papa le corresponderá restablecer todos los libros litúrgicos anteriores a la reforma conciliar y prohibir en los templos católicos la indecente parodia a la que han contribuido notorios modernistas y herejes”, dijo con dureza el arzobispo.