lunes, 29 de noviembre de 2021

***NOM-COP26: afortunadamente, también fracasó la ideología de género, la que defiende que para salvar al planeta hay que aniquilar a la raza humana. Por Eulogio López

En la COP26, afortunadamente, también fracasó la ideología de género, la que defiende que para salvar al planeta hay que aniquilar a la raza humana. Y bien que lo intentaron.
28/11/21 

Los hijos no son los culpables del cambio climático: hay que tener más hijos. Es hora de tener más hijos, mucho más hijos. Son esos hijos los que van a salvar al planeta. Cuantos más, mejor

Hacer periodismo en el siglo XXI no es difícil. Basta con denunciar tópicos. Ojo, tópicos, no bulos. La mentira, insisto, tiene las patas cortas, cae por sí sola. Sin embargo, el consenso políticamente correcto, con datos ciertos, se convierte en el recipiente al que se acomoda todo lo líquido, todo lo fluido. Y vivimos en un mundo bastante fluido y poco consistente.

Ejemplo, el argumento con el que el feminismo radical salió derrotado es una 'evidencia científica'. Esta: "los países más ricos con los niveles más bajos de fertilidad emiten los niveles más altos de gases de efecto invernadero".

Cuanto más ricos menos hijos y más fastidiamos al planeta. Por tanto, los hijos no son los culpables del cambio climático. Es más, hay que fomentar la natalidad que es fomentar la vitalidad y la esperanza.

En la afortunadamente fracasada COP26, afortunadamente también fracasó la ideología de género, la que defiende que para salvar al planeta hay que aniquilar a la raza humana. Bien que lo intentaron pero la evidencia es una fuerza no desdeñable entre las fuerzas capaces de mover al hombre.

Es hora de tener más hijos, mucho más hijos. Son esos hijos los que van a salvar al planeta. Cuantos más, mejor

Los hijos no son los culpables del cambio climático: hay que tener más hijos.

En la COP26, afortunadamente, también fracasó la ideología de género, la que defiende que para salvar al planeta hay que aniquilar a la raza humana. Y bien que lo intentaron.

Así que ha llegado el momento de apoyar la natalidad. En este punto, bienvenidas las subvenciones a la maternidad, porque son de justicia. Pero ojo, ninguna subvención pública va a conseguir que la gente tenga más descendencia. Sólo la propia conciencia y el esfuerzo por ser más generosos y, por tanto, por tener una vida menos egoísta y más plena, puede lograrlo, en un mundo que se ha puesto muy difícil para la paternidad, el acto de servicio más impresionante que puede ofrecer el hombre, así como la mejor y mayor realización personal.

En plata: que es hora de tener más hijos, mucho más hijos. Son esos hijos los que van a salvar al planeta. Cuantos más, mejor.

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