martes, 15 de marzo de 2022

***NOM-Ucrania: todo estaba escrito en el plan de la ‎RAND Corporation

Ucrania: todo estaba escrito en el plan de ‎RAND Corp.
Por Manlio Dinucci 
 15/3/2022 


Si nos detenemos a analizar con la cabeza fría la angustiosa situación actual, llegamos ‎forzosamente a la conclusión de que, aunque Moscú inició los combates, adelantándose así ‎a la ofensiva que Kiev había preparado en secreto contra el Donbass, en realidad ‎la guerra en Ucrania no es una iniciativa imputable a Rusia. Lo que hoy sucede ‎en Ucrania estaba planificado desde 2019 y así lo demuestra el plan de la RAND ‎Corporation presentado en la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos el 5 de ‎septiembre de 2019. ‎

El plan estratégico de Estados Unidos contra Rusia fue elaborado por la RAND Corporation hace ‎‎3 años [1].‎

La RAND Corporation, cuyo cuartel general está ubicado en Washington, es una «organización ‎mundial de investigación que desarrolla soluciones para los desafíos políticos» y dispone de un ‎verdadero ejército que cuenta 1 800 investigadores y otros especialistas reclutados en 50 países. ‎Los miembros de ese personal hablan 75 idiomas y están distribuidos en oficinas y otras sedes ‎secundarias en Norteamérica, Europa, Australia y la región del Golfo Pérsico. La RAND ‎Corporation tiene personal estadounidense en más de 25 países. ‎

La RAND Corporation, que se autocalifica como una «organización no lucrativa y no partidista», ‎está oficialmente financiada por el Pentágono, el US Army [las fuerzas terrestres de ‎Estados Unidos], la US Air Force [la fuerzas aérea de Estados Unidos] y la «comunidad de ‎inteligencia» estadounidense [las llamadas «agencias de seguridad nacional», como la CIA] y ‎por poderosas organizaciones “no gubernamentales”. ‎


La RAND Corporation se jacta de haber contribuido a elaborar la estrategia que permitió a ‎Estados Unidos salir de la guerra fría como vencedor, forzando la Unión Soviética a dedicar ‎cuantiosos recursos al extenuante enfrentamiento militar. Ese es el modo de acción que inspira ‎el nuevo plan concebido contra Rusia en 2019 y presentado bajo el título «Overextending and ‎Unbalancing Russia», que plantea como estrategia imponer a Rusia un despliegue excesivo para ‎desequilibrarla y destruirla [2]. Esas son las líneas directivas fundamentales que se exponen en el plan ‎de la RAND Corporation y en ese sentido ha venido actuando Estados Unidos durante los últimos ‎años. ‎

Ese plan estipula que, ante todo, Rusia debe ser atacada por su flanco más vulnerable: su ‎economía fuertemente dependiente de la exportación de gas y petróleo. Para ello se recurre a ‎las sanciones comerciales y financieras y, al mismo tiempo, se busca lograr que Europa occidental disminuya ‎su importación de gas ruso, reemplazándolo por el gas natural licuado (GNL) estadounidense. ‎

En el plano ideológico e informativo se estimulan las protestas internas en Rusia mientras que ‎se busca socavar la imagen de ese país en el exterior. En el plano militar, se maniobra para que ‎los países europeos miembros de la OTAN aumenten sus presupuestos de defensa dirigiéndolos ‎contra Rusia. ‎


De esa manera, Estados Unidos multiplica sus posibilidades de éxito, al mismo tiempo que sus ‎ganancias, con riesgos moderados e invirtiendo principalmente en bombarderos estratégicos y ‎misiles de largo alcance dirigidos contra Rusia. El despliegue en Europa de nuevos misiles ‎nucleares de alcance intermedio garantiza altas probabilidades de éxito pero también implica grandes riesgos. ‎

Calibrando cada opción para obtener el efecto deseado –concluye la RAND Corporation– Rusia ‎tendrá que pagar el más alto precio en la confrontación con Estados Unidos… pero el mismo Estados Unidos y sus aliados se verán obligados a invertir grandes recursos que tendrán que sustraer a otros ‎objetivos. ‎

En el marco de toda esa estrategia, la RAND Corporation preveía –en 2019– que «proporcionar a ‎Ucrania ayudas letales explotaría el punto más importante de vulnerabilidad externa de Rusia, pero ‎todo aumento de las armas y de la consejería militar que Estados Unidos proporcione a Ucrania ‎tendría que ser metódicamente calibrado para imponer costos a Rusia sin provocar un conflicto ‎mucho más amplio en el cual Rusia, a causa de la proximidad, tendría ventajas significativas». ‎

Es precisamente ahí, en lo que la RAND Corporation llama «el punto más importante de ‎vulnerabilidad externa de Rusia» que se podría explotar armando a Ucrania de manera ‎‎«calibrada para imponer costos a Rusia sin provocar un conflicto mucho más amplio», donde ‎se ha producido la ruptura. ‎


Atrapada en una tenaza política, económica y militar que Estados Unidos y la OTAN cerraban ‎cada vez más –lo cual hacían ignorando las repetidas advertencias y propuestas de negociaciones ‎emitidas por Moscú–, Rusia reaccionó finalmente emprendiendo la operación militar que ya ‎ha destruido en Ucrania más de 2.000 estructuras militares erigidas y controladas en realidad ‎no por los gobernantes de Kiev sino por los mandos de Estados Unidos y la OTAN. ‎

El artículo que, hace 3 años, presentaba el plan de la RAND Corporation terminaba con la ‎siguiente frase:‎

«Las “opciones” previstas en el plan en realidad son sólo variantes de la misma ‎estrategia de guerra, cuyo precio en términos de sacrificios y de riesgos pagamos todos»‎

El hecho es que quienes estamos pagando ese precio somos nosotros, los pueblos europeos. Y ‎seguiremos pagándolo –cada vez más caro– si seguimos aceptando el papel de peones ‎sacrificados en la estrategia de Estados Unidos y la OTAN.

Para Il Manifesto