viernes, 6 de mayo de 2022

***NOM: Recapitulación de la guerra de Ucrania

Recapitulación de la guerra de Ucrania
Gonzalo Lira*
4-5-22

Resumen rápido. El 24 de febrero de 2022 los rusos invadieron Ucrania desde el sur, sureste, este y norte, con un ataque relámpago. Los rusos pusieron 190.000 soldados frente a 250.000 soldados ucranianos.

Rusia colocó 30.000 soldados cerca de Kiev, un número insuficiente para capturar la ciudad pero suficiente para inmovilizar los casi 100.000 defensores de las Fuerzas Armadas Ucranianas (FAU). Rusia lanzó varios ejes de ataque con refuerzos en espera (entre los cuales la famosa columna de blindados de 40 kilómetros de largo) a la espera de ver donde podían ser útiles.

El ataque sorpresa ruso sobre varios ejes permitió evitar un blitzkrieg ucraniano inminente. Las FAU estaban a punto de invadir el Donbass. Esa es la primera motivación rusa: adelantarse a los ucranianos y sabotear el inminente ataque ucraniano. Lo que ha conseguido.

Además, al atacar por el norte y el sur, los rusos perturbaron la cadena de suministros de armas de la OTAN. Si Rusia sólo hubiera atacado por el este para impedir la invasión del Donbass por las FAU, se hubiera dejado un pasillo abierto para el suministro desde el oeste. Amenazando a Kiev se impidió eso.

El grueso del ejército ucraniano por lo tanto quedó bloqueado en el este de Ucrania, mientras que el resto de las fuerzas ucranianas quedaba aislada y bloqueada, sin posibilidad de fácil repostaje desde el oeste. Después Rusia golpeó los puestos de mando/control y de suministros de las FAU, aislando e inmovilizando aún masa a las fuerzas ucranianas.

Enseguida los rusos controlaron un territorio de la talla de Gran Bretaña, pero ese control era tenue. El sur de Ucrania quedó completamente bajo el control de Rusia. Las FAU alrededor de Jersón se dispersaron. Mariupol se convirtió en un campo de batalla, al igual que todo el Donbass.

Lo que los rusos querían inicialmente era cortocircuitar la invasión inminente del Donbass por las tropas ucranianas.Objetivo conseguido. Querían además asustar al régimen de Zelensky para forzarlo a negociar un acuerdo político. Objetivo fallido.

Kiev no tenía ninguna intención de negociar un alto el fuego debido a las órdenes que había recibido desde Washington. “¡Combatan a Rusia hasta el último ucraniano!”: esa ha sido la consigna desde el primer momento. Además, los gorilas neonazis ucranianos que rodean a Zelensky lo amenazan si negocia o se rinde, ya que están aterrorizados por los rusos.

Por lo tanto, Zelensky lanzó una campaña masiva de relaciones públicas y de propaganda, principalmente para motivar a las FAU y forzarlas a combatir hasta la muerte. Se crearon algunos mitos (el Fantasma de Kiev), se organizaron masacres de falsa bandera (Butcha, Kramatorsk…) y se difundieron historias mediáticas sin descanso.

Los rusos han seguido negociando y tratando de NO destruir las infraestructuras ucranianas. De hecho, al principio trataron incluso de minimizar las bajas entre las FAUs. Hay numerosas pruebas de ello: Rusia no ha tocado las infraestructuras civiles, agua, electricidad, líneas telefónicas, transporte… No han atacado los cuarteles, los centros de mando, los edificios gubernamentales de las FAU, etc…

La prioridad inicial rusa era un arreglo negociado. Pero a finales de marzo, se dieron cuenta de que eso era imposible.

Es por eso que Rusia se retiró de Kiev. Ya era inútil mantener tropas alrededor de la ciudad porque ya no servían para aquello que estaban destinadas a cumplir: ejercer una presión política sobre el régimen de Zelensky para forzarlo a negociar. ¡Esa retirada fue reivindicada como una “victoria” en la “batalla de Kiev”!

A partir de finales de marzo, los rusos se retiraron y consolidaron su control sobre la zona que habían capturado, cediendo a las FAU zonas que eran potencialmente muy costosas de controlar. La maquinaria propagandística ucraniana calificó esas retiradas de “victorias”.

Quedaba todavía una luz de esperanza de que la guerra pudiera terminar por un arreglo negociado, pero esa esperanza se acabó a principios de abril. Después de las conversaciones de Estambul del 30 de marzo, la parte ucraniana aceptó con cautela ciertos compromisos, pero al cabo de una semana repudió públicamente esas concesiones. Fue entonces cuando los rusos entendieron que el régimen de Zelensky era incapaz de concluir un acuerdo: sus amos de Washington, Victoria Nuland y Anthony Blinken en particular, no iban a permitir la paz. Quieren que esta guerra agote a Rusia. Es una guerra clásica por procuración y será Ucrania la que pague el precio.

Algo más que los rusos han comprendido: las sanciones. Hicieron daño, pero Rusia se recuperó con notable rapidez. Así que no dolieron por mucho tiempo. Pero el robo por parte de Occidente de los 300.000 millones de dólares en reservas de divisas de Rusia ha hecho mucho daño. Los rusos se dieron cuenta de que estaban en una guerra total con Occidente, y dado que sus reservas de divisas se perdieron para siempre (probablemente debidoara ser saqueadas por políticos occidentales corruptos), los rusos no tenían nada que perder. Al robar sus reservas, Occidente perdió todo poder sobre Rusia.

Esto selló el destino de Ucrania: los rusos ahora no tienen motivos para renunciar a lo que han ganado. Les costó demasiado en términos de hombres y recursos. Y saben que no pueden negociar un alto el fuego. El régimen de Zelensky simplemente lo romperá más tarde.

Eso significa que los rusos tienen la intención de conquistar y anexar permanentemente todo el sur y el este de Ucrania. Por eso su estrategia en el campo de batalla ha cambiado radicalmente: ahora proceden con un lento y metódico desmantelamiento y destrucción de las FAU.

Durante los primeros 30 días, la guerra fue todo velocidad, fintas, captura nominal de grandes extensiones de territorio ucraniano, con el objetivo de presionar al régimen de Zelensky para un acuerdo negociado. Pero la ruptura política y financiera total de Occidente con Rusia significa que no tienen nada que perder. Y tienen mucho que ganar: el Donbass es rico en minerales, las tierras agrícolas realmente productivas de Ucrania se encuentran al este y al sur, Kharkov es una gran ciudad industrial, el Mar de Azov alberga innumerables reservas de gas natural.

Además, la gente los ama. ¿Por qué los rusos renunciarían ahora a este premio ganado con tanto esfuerzo? Y ganaron, no se equivoquen. Pregúnten a cualquier soldado que no sea un cerdo del sistema, le dirá: No hay forma de que las FAU recuperen su país. No tienen blindados, ni defensa aérea, ni combustible, ni comunicaciones. Se acabó.

La gran tragedia es que morirán muchos MILES de jóvenes, ¡y morirán innecesariamente!, para posponer lo inevitable. Estos valientes muchachos habrán luchado tan valientemente y muerto tan jóvenes, tan cruelmente, a causa de la maldad del régimen de Zelensky. Esa es la dura verdad.

Y al final, este es el mapa que quedará, una imagen amarga del futuro de Ucrania. Rusia invertirá miles de millones en su territorio recién adquirido. Prosperará y florecerá. Pero el estado ruinoso de Ucrania quedará empobrecido, destruido, olvidado.


Una tragedia.

*Gonzalo Ángel Quintilio Lira López (Burbank, Estados Unidos, 29 de febrero de 1968) es un novelista, director de cine chileno-estadounidense que actualmente reside en Ucrania. El 15 de abril, Gonzalo Lira desapareció sin dejar huella. El día 22 del mismo mes, reapareció y dijo haber sido detenido por el servicio de seguridad de Ucrania (SBU) debido a su “pública simpatía hacia Rusia”.

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