martes, 22 de noviembre de 2022

Sobre el fin del Régimen de FRANCO y… de la vida. Por Blas Piñar

Sobre el fin del Régimen y… de la vida
Por Blas Piñar 
 28/7/2022 


Extractos de la entrevista que en 2005 realizó Bernardo Gil Mugarza a Blas Piñar.

¿Le gusta meterse en problemas?

No me gusta. Pero frente a la comodidad prima el deber, que te incita no sólo a contemplar los problemas, sinos a tratar, en lo posible, de resolverlos.

¿Cuándo se politizó usted y por qué?

Cuando la experiencia me dijo que el Estado liberal, que es un Estado de puro derecho positivo, sin fundamento sólido, corrompe moralmente y acaba con la verdadera libertad. Por otra parte, el Estado marxista, con su idolatría totalitaria, no sólo aplasta todas las libertades, sino que su economía colectivizada empobrece al pueblo y le conduce a la miseria.

¿Sería excesivo decir que la democracia española nació matando con ETA, GRAPO y FRAP?

No nació, sino que la acompañó solidariamente, porque democracia liberal y terrorismo perseguían idéntico fin: la desaparición del Estado nacional.

¿Cómo era Franco?

Un católico practicante, un español excepcional, un estadista hábil y un militar preparado profesionalmente que consiguió la primera victoria contra el comunismo y sus cómplices.

¿Cuáles fueron los principales errores del Régimen?

A mi juicio: 1) convertir el Movimiento –palabra que implica dinamismo vital– en burocracia tecnócrata, que se distanció de la doctrina (de los Principios) y aceptó el Crepúsculo de las ideologías; 2) no combatir con instrumentos legales y táctica coherente la actividad política manifiestamente ofensiva de una parte, docente y discente de la Iglesia que , como demostró la Asamblea Conjunta de obispos y sacerdotes, renegó de la Cruzada, bendecida por la Pastoral Colectiva de 1937; 3) permitir que las personas manifiestamente hostiles al Sistema ocupasen en el mismo, en los medios de comunicación y en enmascaradas manifestaciones artísticas y culturales, a los más altos niveles, puestos de la mayor influencia y responsabilidad.

En 1976 las Cortes aprobaron el proyecto de ley de Reforma Política por 425 votos a favor, 59 en contra y 13 abstenciones. ¿Qué opina usted de aquel harakiri del franquismo?

Fue el suicidio del Régimen, por la deslealtad de los que habían jurado ser leales.


¿Se hizo el cambio político desde la legalidad?

Todo fue un auténtico contrafuero. Incluso la Constitución es ilegal, pues las Cortes que la aprobaron no fueron convocadas –como lo fueron las de la II República– como Cortes constituyentes.

¿Cabe pensar que de 1975 a 1977 el rey Juan Carlos I tuvo unos poderes omnímodos?

Creo que esos poderes fueron compartidos. Por eso, la responsabilidad es omnicomprensiva y abarca a quienes desde la entraña del Sistema propugnaron, no la reforma, sino la ruptura.

¿Qué camino se debería haber seguido tras la muerte de Franco?

haber realizado la auténtica reforma. Similar a la que al hacer examen de conciencia nos remite, para corregirnos, a los Mandamientos.

¿Qué opina usted en general de la violencia?

Me remito a San Agustín, para el cual una bofetada puede ser fruto de la caridad y una caricia una invitación al pecado.

¿Qué opinión tiene sobre la monarquía en general y sobre la que tenemos en particular?

Una cosa es la monarquía y otra sus apariencias. A una monarquía aparente, que había perdido su identidad, es decir, la unidad de poder, con las limitaciones naturales, se refirió José Antonio. La monarquía es algo más, mucho más que la Corona. Hoy, en España, no tenemos una monarquía auténtica, sino una Corona desprendida de la institución monárquica y puesta sobre un régimen político que nada tiene que ver con aquella institución.

¿La paz es un fin en sí mismo?

La paz, dice el texto sagrado, es fruto de la justicia.

¿Qué diferencia hay entre un pacífico y un pacifista?

El pacífico es el que contempla las Bienaventuranzas, es decir, el que predica y practica la justicia. El pacifistas es algo parecido –con su paz a toda costa– al pazguato.

¿Qué juicio le merece la actual Constitución?

Pésimo, porque a su amparo, y gobernando unos u otros, se ha comportado de forma anticonstituyente, descristinianizando al pueblo español y desnacionalizando a España. Al primero, lo paganiza, y al segundo lo convierte en una simple superestructura jurídico-política, es decir, en un Estado plurinacional.

Si el aborto es un crimen, ¿Cómo calificar a todos los gobiernos europeos que lo protegen y fomentan?

Si el aborto, según el Concilio Vaticano II, es «un crimen abominable», creo que tales gobiernos, como el español, que lo han legalizado, merecen el calificativo de autores, cómplices o encubridores los que de una u otra forma cometen o ayudan a cometer tan repugnante delito, que niega el primero y principal de los derechos humanos, que es el derecho a la vida.

¿Ha cambiado la actitud de la Masonería respecto a la Iglesia?

En absoluto. La caída del bloque soviético, al menos en Europa, ha hecho que la Masonería, desembarazada en parte, de ese enemigo, tenga, en los campos político y económico, más despejada su histórica meta de destruir el cristianismo; y son bien visibles sus avances en España y fuera de España.


¿En qué consiste la felicidad?

En tener la conciencia tranquila por haber cumplido y tratar de cumplir lo que demanda Dios, lo que te pide la Patria y lo que exige la Justicia.

Para usted, ¿qué es la vida?

Un don de Dios, cuyo objetivo no es gozar, sino servir.

¿Y la muerte?

Un nuevo nacimiento, el nacimiento a la Vida eterna. Por eso, el dolor de la muerte es algo así como el dolor del parto.

Para Afán


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