domingo, 25 de septiembre de 2022

El verdadero rostro de la sodomía. Por Juan Cruz

El verdadero rostro de la sodomía
Por Juan Cruz 
 24/09/2022

Los medios de comunicación, cada día más manipulados y manipuladores, totalitarios y desinformantes, se empeñan en presentar la sodomía (ojo, masculina y femenina), su práctica, como natural expresión anímica, sentimental, normal y loable del amor humano, lo cual es falso de toda falsedad, pues los actos sodomíticos son intrínseca y profundamente desordenados. A ello se une que de un tiempo, ya largo, a esta parte, se promociona y subvenciona la sodomía públicamente a través de multitud de formas y actos, no sólo el del «orgullo», llegando al punto de que la oposición o discrepancia con lo dicho se castiga sin titubeos; empezaron pidiendo respeto y han terminado imponiéndose totalitariamente.

Aún así, y por mucho que lo intentan, y no sin notable éxito dada la idiocia de nuestra sociedad en decadencia acelerada, es que siguen tropezando con la realidad genética: o se es hombre o se es mujer, y no hay absolutamente nada, científicamente hablando, que esté en el medio.


Veamos explícitamente cómo son las relaciones sodomíticas, a ver si se enteran unos y otros. Para ello nada mejor que dar voz a los propios sodomitas:

– El 93% confiesan mantener relaciones sexuales anales
– El 92% mantener relaciones sexuales orales y anales
– El 17% restregar sus cuerpos con las heces del otro y hasta ingerirlas
– El 29% orinar dentro del otro
– El 37% realizar prácticas sadomasoquistas
– El 42% insertar la mano o el brazo por el recto del otro
– El 12% usar enemas por placer
– El 15% incluso mantener sexo con animales

Y todos afirman que practican una promiscuidad constante, a lo bestia, que llega a puntos increíbles de haber mantenido tal clase de relaciones con centenares de otros sodomitas y casi dos tercios de ellos con menores de edad.

Está más que claro el agua clara que el ano está diseñado y tiene como único fin la defecación, y no para meterse por él nada –salvo penosas y muy desagradables pruebas médicas por razón de salud– y menos aún para utilizarse como órgano sexual.


Las práctica sodomíticas son manifiestamente antinaturales, antihigiénicas, sucias y repugnante en el sentido escatológico, ético, estético, médico y psicológico de tales términos. Conllevan, además, gravísimos riesgos para la salud por razones obvias que a nadie escapan. Por contra, pene y vagina están perfectamente preparados en toda su extensión para las relaciones sexuales en el sentido escatológico, ético, estético, médico y psicológico de tales términos. Por ello, cuando la mujer y el hombre se preparan para hacer el amor y se excitan sexualmente, vagina y pene experimentan unos cambios cuyo fin es facilitar dicho acto, hacerlo placentero, y desde el punto de vista católico sagrado en extremo, enfocado a la procreación de la especie mediante esa unión íntima de dos que al casarse y hasta que la muerte los separe son uno; gran misterio, pero que es así.

Las relaciones sexuales, como la expresión de un amor verdadero y eterno, deben realizarse única y exclusivamente dentro del verdadero matrimonio que sólo puede ser la unión, la relación, entre un hombre y una mujer.