jueves, 13 de julio de 2023

El tercer secreto de Fátima


/ @eltoro_tv Hoy en Tiempos Modernos hablamos con Gabriel Ariza, director de Infovaticana.com, sobre el 'Tercer secreto de Fátima'. 

De entre las apariciones de Fátima, hace ahora cien años, hubo una que iba a alimentar mil polémicas durante largo tiempo y aun hoy: la tercera, el 13 de julio de 1917, en la que la Virgen transmitió a los niños Lucía, Jacinta y Francisco ciertos secretos que han permanecido largo tiempo guardados. 

¿Qué decían aquellas confidencias? ¿Qué dijo la Virgen a los niños? La primera confidencia versaba sobre el infierno, que la Virgen mostró ante los ojos de los tres niños. Esta visión duró solo un instante. La Virgen les dijo: “Visteis el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”. 

Su segunda revelación fue una serie de preceptos para salvar almas y convertir el mundo al cristianismo. La Virgen avanzó el final de la guerra que entonces asolaba a Europa, pero anunció que en el pontificado de Pío XI comenzaría otra peor. Y Pío XI, efectivamente, fue relevado por Pío XII en el año 1939, el mismo año en que arrancaba la Segunda Guerra Mundial. La misma profecía, enunciada el año en el que tuvo lugar la Revolución de Octubre, reclamaba la conversión de Rusia: “Rusia se convertirá y habrá paz, decía; si no, esparcirá sus errores por el mundo promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia”. 

Pero el más complejo de todos fue el tercer secreto. Así lo relató Lucía dos Santos en sus memorias: “Y vimos, en una luz inmensa que es Dios, algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando le pasa por delante un Obispo vestido de Blanco; tuvimos el presentimiento de que era el Santo Padre. Vimos a varios otros Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas subir una escabrosa montaña, en lo alto de la cual estaba una gran Cruz de troncos toscos, como si fueran de corcho con la cáscara; el Santo Padre, antes de llegar ahí, atravesó una gran ciudad medio en ruinas, y medio tambaleante, con andar vacilante, desconsolado de dolor y pena, iba orando por las almas de los cadáveres que se encontraba por el camino; llegando a lo alto del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz, fue asesinado por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros y flechas, y así mismo fueron muriendo unos tras otros los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y varias personas seglares, caballeros y señoras de varias clases y posiciones”. 

Después del relato de la tercera aparición, que incluyó la revelación del “secreto de Fátima”, los niños fueron secuestrados por mandato del alcalde de Vila Nova de Ourém y sometidos a castigos físicos para que revelaran su contenido. Pero los niños no hablaron. El tercer secreto no se conoció hasta junio del año 2000. Aún hoy sigue alimentando todo género de polémicas.