martes, 30 de enero de 2024

«El fraude de la memoria histórica», por Asís Gamazo (Asoc. Luz de Trento)

«El fraude de la memoria histórica»

 29/01/2024 

Francisco de Asís Gamazo: estudiante de derecho y miembro de la Asociación Cultural Luz de Trento y la Asociación Jóvenes por España.

Nos habla del próximo congreso que organiza Luz de Trento, El fraude de la memoria histórica, que tendrá lugar el próximo sábado 3 de febrero en el Hotel Ilunion Alcalá Norte de Madrid a partir de las 11:15 de la mañana.

Tras el éxito del congreso sobre Agenda 2030, ¿Por qué en luz de Trento han organizado un nuevo evento acerca del fraude de la Memoria Histórica y los mitos y mentiras de la izquierda?

Durante décadas se ha hecho omisión de la tarea de defender y propagar la verdad. El resultado ha sido el avance imparable de aquellos que hacen de la mentira y el odio su bandera para conseguir el poder y destruir España y las instituciones naturales de la sociedad.

Es una pena que a veces la llamada derecha ha llegado a comprar ese discurso falaz…

Lo que los voceros y bufones del sistema llaman derecha, es un liberalismo progresista que tiene entre sus referentes al que fue presidente del gobierno de 1996 a 2004: José María Aznar. Este señor afirmó tener una «profunda vocación azañista». Suponemos que esta vocación es la que le llevó en 2002 a condenar en el Congreso de los Diputados el alzamiento del 18 de julio de 1936, ese alzamiento apoyado por su abuelo y en el que participó su padre como oficial del Ejército Nacional. El PP es un páramo cultural y una lacra nacional. Si bien es cierto que Vox no está en la aceptación del relato histórico imperante y ha señalado desde la tribuna parlamentaria las atrocidades de la izquierda (cosas que hay que aplaudir) no quiere o no se atreve a reivindicar la historia más reciente de España, obviando que no habrá triunfo político si renuncia a reivindicar uno de los periodos más fecundos de la historia de España.

¿Por qué es importante desvelar la relación entre la masonería y la II República?

La masonería persigue desterrar a Dios y descristianizar la sociedad. Para lograrlo, introdujo una nueva filosofía cuya plasmación política es el liberalismo. Aunque a lo largo del siglo XIX sucesivos gobiernos isabelinos impulsaron leyes y medidas contrarias al derecho público cristiano y a los derechos de la Iglesia, la proclamación de la II República supuso el primer gran proyecto plenamente masónico: desde cero y sin disimulos ni subterfugios, redactaron una Constitución contraria a los más elementales principios cristianos que, muy a su pesar, habían perdurado mal que bien a lo largo del siglo XIX y primeras décadas del XX.

Igualmente deben conocerse los crímenes del terror rojo a cargo del Frente Popular…

El siglo XX ha sido el siglo más criminal de la historia. Este hecho se lo debemos al comunismo y al socialismo. Dostoievsky dejó escrito en Los hermanos Karamazov que «si Dios no existe, todo está permitido». Un compatriota suyo, Lenin, puso en práctica esta máxima convirtiendo el asesinato en arma política. La visión materialista del liberalismo y del marxismo suponen la negación de Dios y del alma, y convierten al hombre en algo y no en alguien. En España padecimos el terror rojo con una de sus manifestaciones más crueles: el asesinato de decenas de miles de personas inocentes en un intervalo muy corto de tiempo y, en muchos casos, con una saña estremecedora.

¿Cuáles fueron los principales mitos de la represión franquista?

El más común, por ser habitual en las aulas españolas, es que Franco desayunaba firmando penas de muerte. Otro mito es la cifra repetida por la izquierda y sus variopintas sucursales: 150.000 fusilados. La realidad, es que fueron poco más de 15.000. Es necesario explicar la verdad porque si omiten sus crímenes, mienten tan insistentemente, falsean las cifras e institucionalizan su relato, es porque persiguen un fin: su soñada tiranía (con ropajes democráticos) y la destrucción de España.

¿Por qué es clave desvelar cómo fue realmente la transición y el vicio de origen de la Constitución?

El vicio de origen fue dar carta de naturaleza a los partidos con ideologías intrínsecamente perversas, que no pidieron perdón por promover el enfrentamiento que nos llevó a una guerra y que fueron responsables directos del asesinato de miles de personas. Nos vendieron que no había reconciliación posible (cuando ya se había dado durante el régimen de Franco) sin la rehabilitación de una izquierda que compadreaba con la ETA y que seguía identificándose con el Frente Popular y con una República que había nacido sectaria y había muerto con las manos manchadas de sangre. Hoy contemplamos cómo la izquierda liderada por Pedro Sánchez recurre, para blanquear a los terroristas y a los separatistas golpistas, al mismo lenguaje empleado por el traidor de Adolfo Suárez: reconciliación, convivencia, amnistía y reducir Cataluña y Vascongadas a los partidos separatistas, que son anticatalanes y antivascos por antiespañoles.

Tampoco puede omitirse el odio a España no sólo por parte de ETA sino también del PNV…

La existencia del PNV hace imposible aplaudir la democracia liberal y, en concreto, el régimen del 78. Los delirios mentales de un fanático como Sabino Arana no hubiesen tenido ningún recorrido sin un sistema que integra partidos cuyo objetivo es la destrucción de la nación sobre la que se asienta el sistema. Es realmente inconcebible.

¿Por qué de Don Pelayo a Franco todo es memoria histórica?

España y su historia son indisociables de la Fe católica. La izquierda odia la historia de España y a quienes la han honrado, defendido y engrandecido porque odia a Cristo y su cruz. Por eso quiere borrarla y reescribirla.

Por último, háblenos de esta inicua ley como un proyecto totalitario…

Parafraseando «el que se mueve no sale en la foto», con estas leyes de memoria se legaliza liquidar civilmente y arruinar económicamente a base de multas al que discrepe del relato oficial, que no es más que una gran mentira para destruir España y para perpetuar el odio, la envidia, el vicio y la soberbia, pecados que el mundo moderno ha convertido en virtudes.