sábado, 20 de abril de 2024

El profesor Alberto Bárcena analiza los años en los que España fue un Estado católico y social. Por Javier Navascués

El profesor Alberto Bárcena analiza los años 
en los que España fue un Estado católico y social. 

El profesor Alberto Bárcena, licenciado en Derecho y doctor en Historia, es un prestigioso intelectual, experto en Doctrina Social de la Iglesia…Hoy sábado participa en el congreso, organizado por Luz de Trento en Madrid, La España de Franco. Crónica de un tiempo. El título de su conferencia es Un Estado católico y social.

Con tal motivo le entrevistamos brevemente sobre algunos de los aspectos de su ponencia.

¿Por qué podemos afirmar con rotundidad que, en tiempos del Régimen de Franco, España fue verdaderamente un Estado católico?

Porque así lo dice el Concordato de 1953 en el que afirma que la religión católica seguía siendo la única de la nación española. Se pusieron en marcha todas las medidas para la anulación de toda legislación anticatólica de la II República que fue derogada. Fue anulada la Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas, que sacaba del marco social y de la enseñanza a la Iglesia por completo. También se revocó la expulsión de los jesuitas. Y a partir de ahí la Iglesia Católica estuvo presente de nuevo en la enseñanza y apoyada por el Estado de forma incondicional. Esto está en la visión de Franco desde un primer momento.

¿Puede darnos algunos datos que lo atestigüen?

El propio papa Pío II afirma del Régimen de Franco: “Es una clara muestra de las inagotables posibilidades que en la doctrina católica sinceramente practicada había encerrado la Divina Providencia para la edificación y reconstrucción de los pueblos”. Esto lo dice a unos peregrinos españoles que llegan a Roma en 1943, todavía en plena Guerra Mundial y fue publicado por Luis Suárez en su libro Franco y los años decisivos, que a su vez la toma de una publicación anterior Pío XII y los españoles.

Además de este juicio del Papa sobre la reconstrucción de España, antes en el 39, concretamente el 16 de abril, en el radio mensaje que dirige a España se expresa en estos términos: “Los designios de la Providencia se han vuelto a manifestar una vez más sobre la heroica España, la nación elegida por Dios como baluarte inexpugnable de la fe católica. Se acaba de dar la prueba más excelsa de que, por encima de todo, están los valores eternos de la religión y del espíritu”. Por tanto el apoyo del Papa Pío XII al Régimen de Franco fue manifiesto desde un primer momento. Franco fue distinguido por el mismo Papa con el collar de la Orden Suprema de Cristo, meses antes del Concordato de 1953.

Por otro lado el propio Franco dice en plena Guerra Civil, cuando recibe al Nuncio Apostólico en Burgos lo siguiente: “La religión católica ha sido crisol de nuestra nacionalidad”. Esto lo va a mantener siempre. El 23 de enero de 1945, en la clausura del Congreso Sindical, afirma: “El inspirar un sentido católico a todas las actividades del Régimen es peculiaridad que nos caracteriza y que permite que no se nos confunda. Nuestras leyes y disposiciones están impregnadas del mismo espíritu católico que animó a España en las grandes empresas de su historia”.

Hay muchos otros documentos, por ejemplo, en el mensaje de fin de año de 1950, sentencia: “Todo lo que no se edifique sobre las bases sólidas de la Ley de Dios está llamado a perecer”. Él tiene muy claro que la construcción del nuevo Régimen tiene que estar basada en la Ley de Dios. No solo derogó las leyes anticatólicas de la República, sino que se restauran con él las inmunidades y privilegios eclesiásticos, la sustentación del culto y del clero, la reestructuración de la Iglesia. Empezamos a tener una Iglesia operativa y presente en todos los ámbitos por decisión del Jefe del Estado. Es más, en el Fuero del Trabajo, que es la primeras de las Leyes Fundamentales, dice algo muy interesante: “Venimos a renovar la tradición católica de Justicia Social y alto sentido humano que informó nuestra legislación del Imperio…” Vamos a estar viendo muy frecuentemente como a lo largo del tiempo toda la legislación invoca ese respeto a la Ley de Dios, interpretada según la doctrina de la santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Esto es lo que hace que posteriormente esta referencia a la Ley de Dios fuese continua en la legislación de Franco.


¿Cómo se ve está legislación de inspiración católica cuando levanta el Valle de los Caídos?


Por ejemplo desde el Decreto Fundacional de agosto de 1957, la Santa Cruz del Valle de los Caídos se confunde con la abadía porque a ella se le encomiendan todos los fines de la fundación. Tras decir que los lustros de convivencia pacífica entre españoles avalan el hecho de que este sea el monumento a todos los caídos va enumerando los fines. En primer lugar dice que la Fundación de la Santa Cruz tiene como objeto mantener en la iglesia (sería después Basílica Pontificia por designio de Juan XXIII) es mantener el culto con todo el esplendor que la Iglesia recomienda. En segundo lugar habla de mantener una escolanía, que queda encomendada a la orden de los benedictinos. Luego vienen seis puntos más en los que solamente se habla del Centro de Estudios Sociales, que para Franco es tan importante como todo lo demás y por eso lo encomienda a los benedictinos, por su experiencia en bibliotecas y archivos.

¿Qué finalidad tenía el Centro de Estudios Sociales?

Se estableció en el Decreto Fundacional que el Centro de Estudios Sociales tenía que recopilar todo lo que se publicase en materia social en Europa, así como sus logros y las aplicaciones.

También se decreta que se recopile toda la doctrina de los pontífices sobre este tema. Lo que se va imponer en el Régimen y su norte auténtico es la Doctrina Social de la Iglesia. También el centro debe mantener una biblioteca y publicar los trabajos que considere importantes, mantener a sus expensas a los becarios, convocar y organizar tandas de ejercicios espirituales para empresarios, para representantes de la organización sindical y para trabajadores. El objetivo es que vayan asimilando este pensamiento social cristiano de la nueva legislación y lo pongan en práctica. Franco quiso copiar lo que estaban haciendo las organizaciones obreras, pero dándole una respuesta cristiana. Pensaba que a través de estas reformas sociales se iba a conseguir en España una estabilidad que no había antes y lo consiguió.

¿Cómo se aplicaron estos principios de la Doctrina Social de la Iglesia en España?

Todo lo que atañe a matrimonio y familia, la implicación de la Iglesia es total, puesto que toda la educación prácticamente va a estar dirigida por la Iglesia o con una participación eclesiástica importante. La religión católica era la única del Estado hasta que en 1967 Franco decreta la libertad religiosa, la libertad de cultos, con limitaciones.

En lo relativo a los aspectos sociales en el Fuero del Trabajo aparecen cosas muy interesantes. Por ejemplo dice que quedan garantizados los derechos de los trabajadores en cuanto a salario mínimo, descanso dominical, vacaciones retribuidas. También se establece el derecho del acceso a la propiedad privada de los trabajadores. El problema de la vivienda en España al acabar la guerra era enorme. Por eso se crea el Instituto Nacional de la Vivienda, que fue una iniciativa del ministro de Franco en aquel primer gobierno suyo, Pedro González Bueno.

En los años 40 el Instituto Nacional de la Vivienda construye miles de viviendas de protección oficial. Muchas de ellas todavía conservan visibles la placa con el yugo y las flechas. Ahora quieren retirarlas para que nadie recuerde que todas esas viviendas fueron construidas por el Régimen de Franco. Además estas viviendas fueron construidas con una gran rapidez, de 1939 a 1950 fueron más de la mitad de las que se hicieron en total. Estas miles de viviendas fueron un socorro providencial para muchísimos españoles. No ha habido nunca una política en España de construcción de vivienda protegida de esta envergadura.


Franco aparte de recuperar la fe católica estaba muy orgulloso de haber creado la clase media. En 1963 aparece la Ley de Bases de la Seguridad Social que se va a ir desarrollando posteriormente en los 60 y a principios de los 70. La Seguridad Social recoge un conjunto de cargas sociales que las empresas tenían que ir asumiendo. En el año 50 la parte de cargas sociales que la empresa tenía que afrontar equivalía al 152 % del salario del trabajador. Hay iban incluidos el seguro de vejez, el seguro de enfermedad, el seguro de cargas familiares, el seguro de carestía de la vida…

También se contempla que la remuneración del trabajo tiene que ser acorde con las cargas familiares. Esto es una protección a la familia que no se da ahora. El crecimiento económico del Régimen se dio gracias a las políticas sociales y al apoyo a la empresa. Los planes de desarrollo del franquismo se hicieron para eso. También se aplicó el principio de subsidiaridad, la justicia social, la búsqueda del bien común…

¿Por qué le preocupa tanto el futuro de los jóvenes?

Porque en la actualidad uno de los grandes problemas que veo en España es la marginación absoluta de la juventud. Es una barbaridad que los jóvenes no se puedan independizar y tengan vetado el acceso a una vivienda porque en hipotecas se les iría más de la mitad del sueldo. Se ha perdido aquella posibilidad de casarse a los veintitantos años y de tener familias numerosas. En cambio antes había crecimiento demográfico y una sociedad joven, en la cual se podían hacer planes a largo plazo. Hoy los pisos son inaccesibles, incluso los alquileres. Nunca hubo como en esa época gente con tantos derechos sociales y con tantas posibilidades de ascender socialmente.

¿Por qué ahora se habla tanto del problema de las pensiones? Porque tenemos una sociedad envejecida por las políticas en materia familiar y sexual con unas tasas bajísimas de natalidad. Se perdió hace mucho la tasa de reproducción, pero estamos incluso alejándonos de la tasa de reposición. Esto no es un problema exclusivamente español, aunque lo padecemos de una forma acuciante. Actualmente hay un panorama desolador comparado con el pasado. Se ha desmantelado la economía y se ha destruido el sector primario, según los planes de la agenda 2030.