sábado, 29 de septiembre de 2012

¡Atención Mas!: El delito de Traición a la Patria se juzgará en los Tribunales militares (595)

VOZPÓPULI 
(24-09-2012)  

Para la Asociación de Militares Españoles 
la actitud del presidente de la Generalitat de Cataluña
y de los miembros "separatistas" de su Parlamento 
es "improcedente e inadmisible".

La Asociación de Militares Españoles (AME) ha avisado este lunes de que quienes colaboren o permitan la "fractura" de España deberán "responder con todo el máximo rigor" ante los tribunales en el ámbito de la jurisdicción castrense por la "grave acusación de alta traición".

En un comunicado, esta asociación avisa de que "la más alta magistratura" y los "Gobiernos" deberían tomar "inmediatamente las medidas oportunas para suprimir cualquier atisbo de secesión, sin que las Fuerzas Armadas se vean en la irremisible y gravísima tesitura de cumplir escrupulosa y estrictamente con la misión que la Carta Magna les otorga de garantizar la soberanía, independencia e integridad territorial de nuestra Patria".

"Si así tuvieran lamentablemente que actuar -alertan-, no deberá existir la menor duda de que cuantos han permitido, participado o colaborado en llegar a esta última pero reiterada en el tiempo amenaza de fractura de España, por comisión, omisión o provecho de sus cargos constitucionales, habrán de responder con todo el máximo rigor de tan grave acusación de alta traición ante los tribunales en el ámbito de la jurisdicción castrense".

Para esta asociación, la actitud del presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, y de los miembros "separatistas" de su Parlamento es "improcedente e inadmisible" y "no se compadece de ninguna de las maneras con el deber y la responsabilidad que, como representantes del Estado, están obligados a observar y ejercer".

A juicio de AME, los acontecimientos actuales en Cataluña son el resultado de "una pavorosa crisis económica y otra manifiestamente desastrosa gestión política por parte de las formaciones que incurren en un delito de alta traición al mantener de forma voluntaria un sistema de representación electoral que fomenta la aparición y el asentamiento de los nacionalismos separatistas al ceder ante su chantaje de votos para mantenerse en el poder".


Veamos ahora los gastos e ingresos de una supuesta Cataluña independiente: 12.000 millones de intereses de la deuda; pensiones y otro gasto social, 21.800 millones; clases pasivas parte catalana, 2.800 millones; coste Estado actual (según el Presupuesto de 2012 de la Generalitat, con sus 253 entidades más ayuntamiento), 37.000; que más 6.000 dan un resultado de 43.000 millones. Hay que seguir sumando. Más déficit según presupuesto 10.500; más coste adicional como estado propio, 10.000 millones. Resultado: el coste total de una Cataluña independiente es de 99.500 millones, más otros 30.000 de vencimientos de deuda. El PIB bajaría 65.000 millones, pero seamos optimistas y supongamos que solo baja 30.000: lo más que podrían obtener por impuestos aplastando fiscalmente a los catalanes -quitándoles el 50 % de su renta- serían 85.000 millones en el mejor escenario y 67.500 en el peor. Cataluña esta quebrada, tendría que despedir al 75% de sus empleados públicos. ¿Pero cómo es que este Gobierno de irresponsables y memos no ha publicado estas cifras elementales y al alcance de cualquiera en todos los medios de España, y dejan que unos golfos engañen vilmente al pueblo catalán?


El viernes pasado y con grandes titulares en primera, FinancialTimes presentaría a los lectores más influyentes del mundo una perspectiva bastante certera de la situación española. Aparte de explicar que España no es una democracia real, sino una oligarquía (“donde los políticos no representan al pueblo sino a un partido”) presentaba datos trascendentes: el montante del rescate (“hasta 500.000 millones de euros”) y algo infinitamente más importante: que sus condiciones “van a incidir en las reformas estructurales que la economía española requiere y no en nuevos impuestos y recortes”. La razón: “aunque los problemas más visibles son financieros y económicos, ello enmascara la profunda crisis del Estado español, que requiere un cambio drástico de las estructuras establecidas durante la Transición. El verdadero drama de España no es financiero ni económico, es político, institucional y regional”. ¡Aleluya, al fin alguien ha comprendido nuestro problema