sábado, 29 de septiembre de 2012

Consejos a los Recién-Casados a la vuelta de su "Luna de Miel" (576)


InfoCatólica
Blog "Espada de doble filo"
Bruno Moreno
(17.09.12)

El sábado estuve en la boda de una amiga de la parroquia. La ceremonia me hizo pensar en qué consejos le daría, desde mi propia experiencia, si tuviese que hacerlo. No le dije nada a ella, que ya tenía bastante lío ese día como para escuchar consejos, pero estuve dándole vueltas al tema durante un rato.

Creo que resultaría interesante conocer qué consejos darían los lectores a alguien que se acaba de casar. Empezaré yo con las cuatro cosas que se me ocurrieron. Admito que algunas resultarán prácticamente incomprensibles para los lectores no católicos, pero es que el matrimonio católico is different.

* Tu marido no te puede hacer feliz. Ni tú puedes hacer feliz a tu marido. Sólo Dios puede haceros felices a ambos.

Es el consejo que me dieron el día de mi boda y, mirando hacia atrás, los problemas que he podido tener han venido siempre de no recordarlo. Esperar que tu mujer te haga feliz, lleva siempre a la insatisfacción y al rencor, porque la realidad es que no puede hacerlo.

* En el matrimonio, no se ganan puntos por tener razón y sí por amar más.

“Yo tenía razón” y “te lo dije” son la plaga de un matrimonio.

* En caso de duda, humíllate.

Que también podría formularse como: tu misión es servir a tu mujer/marido y a tus hijos. Y el que sirve, está siempre por debajo. Como hizo el mismo Cristo: no he venido a ser servido, sino a servir.

Por supuesto, es un consejo en la línea del agere contra. Es decir, es un correctivo para la soberbia que a todos nos pierde.

* El matrimonio es una vocación al martirio.

Sé que suena muy fuerte, pero es así. Como cualquier otra vocación cristiana, el matrimonio es una vocación al martirio, a dar la vida. Sólo quien pierde su vida, la encontrará.

Quid vobis videtur? 

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