sábado, 10 de agosto de 2019

Linchamiento mediático de Fernando Paz, historiador candidato de VOX. Generación de derechistas educada en el sionismo por Jiménez Losantos y Cesar Vidal en la época gloriosa de la COPE. Lobbies como el sionista y el homosexualista, tienen poder para condicionar las listas electorales. VOX es un barco entre su puerto de salida, una reedición del PP de Aznar, y el de llegada, el PATRIOTISMO antiglobalista

Los CANDIDATOS de VOX
27 marzo, 2019
Después de apurar hasta el último momento, hemos empezado a conocer a los candidatos de Vox a los distintos compromisos electorales que se disputaran en abril y mayo. Algunos eran obvios, como Abascal, Ortega Smith y Espinosa de los Monteros en los tres primeros puestos en Madrid para las generales o Ignacio Garriga como cabeza de lista en Barcelona, otros han sido decepcionantes, como el expepero reciente de Gil Lázaro en Valencia. Entre los más sorprendentes encontramos varios militares de alta graduación: Cuatro generales serán cabezas de lista de sus respectivas provincias en las elecciones generales, más un coronel y otro general que optará a la alcaldía de Palma. La Abogada del Estado Macarena Olona Choclán, que el Gobierno de Pedro Sánchez cesó de Mercasa en noviembre por investigar irregularidades del PSOE, será candidata al Congreso por la provincia de Granada e Iván Vélez, arquitecto y escritor, autor de obras como “Sobre la leyenda negra” o “El mito de Cortés” lo será por Cuenca. Pero quizá el fichaje más polémico ha sido la candidatura frustrada del historiador Fernando Paz para encabezar su lista por Albacete.

Fernando Paz es un historiador e intelectual de reconocido prestigio, además de una persona íntegra y valiente, que no necesita de la política para vivir. La campaña de desprestigio, que ha alcanzado el nivel de linchamiento mediático, utilizando unas declaraciones antiguas sacadas de contexto, acusándole de simpatizar con los nazis y de homófobo, no se ha hecho esperar. El primero en levantar la veda fue el País, pero todos los medios con la única excepción de Intereconomia, en la que Paz colabora, se prestaron a ello, incluidos algunos supuestamente próximos a Vox, como Libertad Digital. El fuego amigo siempre es el que más daño hace. El historiador podía haber resistido las críticas de la izquierda, no en balde dijo Abascal en su famoso discurso en Vistalegre (que algunos sostienen fue redactado por el propio Paz) que los insultos de los progres se los ponían como medallas en el pecho, pero que medios y personas, como Jiménez Losantos, que habían apoyado a Vox, se sumasen vergonzosamente a la cacería fue suficiente para el historiador que renunció a ir en las listas.

Después de la caida de Fernando Paz nos queda Iván Velez al que, por lo visto, los medios no han podido encontrar nada censurable (y mira que habrán buscado). Una razón para no perder la esperanza.

Respecto al papel de Jiménez Losantos habría que hacer una digresión. Existe una generación de derechistas españoles educada en el sionismo por Jiménez Losantos y Cesar Vidal en la época gloriosa de la COPE, cosa de la cual la Iglesia española tiene mucha responsabilidad. Cesar Vidal es protestante y Losantos ateo. Están en su derecho, qué duda cabe, pero como locutores estrella de la emisora de la Conferencia Episcopal Española (la COPE) quedaba un poco raro. Su doctrina política es el ultraliberalismo atlantista y neocon, cosa de la que también están en su derecho, pero que no coincide demasiado con la Doctrina Social de la Iglesia, que la emisora de la Conferencia Episcopal debería defender. En la época del zapaterismo, ante la debilidad de Rajoy, se convirtieron en los lideres, no solo mediáticos, sino también sociales, de la derecha española, constituyendo la punta de lanza de la oposición al zapaterismo, ganando mucha influencia y marcando la agenda del PP. Luego declinaron hasta que se los cargaron e la COPE y encontraron refugio en EsRadio. Entre las cosas que defienden está el apoyo ciego a Israel por brutales que sean sus crímenes en Palestina. Por supuesto sus críticas a Zapatero o luego a la cobardía de Rajoy o a Pedro Sánchez son acertadas, pero eso no quiere decir que todo lo que defienden lo sea. Ahora Losantos ha machacado a Fernando Paz lo que me parece una villanía por su parte. Sería triste que el ideario que representan, y que no tiene nada que ver con la tradición española, marcara la agenda de Vox, como en su momento lo hizo con la del PP.
Resulta preocupante que lobbies, como en sionista y el homosexualista, tengan tanto poder como para condicionar las listas electorales de los partidos, incluidos aquellos que presumen de ser políticamente incorrectos. Esta polémica también ha servido para que el sector más liberal, atlantista y sionista de Vox, con Bardaji al frente, haya sacado las garras y marcado el territorio, expulsando a uno de los más destacados representantes de las tesis más patriotas dentro de Vox. Como hemos comentado otras veces, Vox es un barco en alta mar, entre su puerto de salida, una reedición del PP de Aznar, y el de llegada, el patriotismo antiglobalista. Si Vox sigue su camino realizará un importante tributo a España. Si intenta regresar al puerto de origen se hundirá antes de llegar. Parece que los Bardaji y compañía están empeñados en hundir a Vox.

La sustitución de Fernando Paz por el hermano de Carmen Lomana como candidato por Albacete, junto a la inclusión en otras provincias de nombres llegados del PP y Ciudadanos, o incluso de familiares de dirigentes del partido, ha llevado a muchos afiliados a arrepentirse de haber sustituido los procesos de primarias por la designación directa por los comités provinciales y central (es decir, por los dedazos). Decir que se tomaba esa medida para evitar la llegada de arribistas y luego ver a militantes de primera hora marginados mientras en Valencia, por ejemplo, su presidente provincial Llanos ha incluido a su mujer y a su hijastra en puestos de salida a las Cortes Valencianas y el expepero reciente Gil Lázaro es el número uno al Congreso no parece de recibo. Se excluyó de las listas, a pesar de su evidente popularidad, al líder valencianista Juan García Sentandreu (con quien me une cierta amistad) y a todas las personas de su entorno, con la excusa de su afiliación reciente (más de un año ya) mientras personas que hace un mes aun no tenían carnet del partido (o incluso lo tenían de otro) si están incluidas. Algo no cuadra.
A pesar de todo seguiremos apoyando a Vox, porque con sus aciertos y errores es la única opción realista que opone resistencia a las políticas globalistas de inmigración masiva, ideología de género y austeridad mal entendida, que se ceba en el más débil, a la vez que defiende, con más brío que el mostrado por los partidos del sistema, la unidad de España, ante el desafío del separatismo catalán. Esperemos que la dirección del partido sepa rectificar estos errores a tiempo y que el verdadero patriotismo cobre carta de naturaleza en Vox. España lo necesita.