martes, 10 de noviembre de 2020

Llamamiento a un nuevo orden constitucional

Llamamiento a un nuevo orden constitucional
Miguel Bernad Remón (Manos Limpias) 
 6/11/2020 


Los gravísimos acontecimientos que se están sucediendo en España, tanto a nivel institucional, como económico y social, han puesto de manera clara, determinante y hasta grosera, que el régimen del 78, ha fracasado, precisamente por aquellos que fueron los valedores y garantes del mismo.

Nuestro análisis del nuevo orden constitucional, difiere por supuesto de aquellos que pretenden cargarse el régimen del 78 para implantar otra forma de gobierno moviéndose en los parámetros de regímenes bolivarianos.

Se ha demostrado el fracaso del estado de las Autonomías puesto además de manifiesto en la crisis del Covid.

Se ha demostrado que la desigualdad entre los españoles es evidente según tenga fijada su residencia en una u otra Comunidad.

Ha quedado acreditado el fracaso de las sucesivas leyes de educación con perjuicio para toda la comunidad educativa y estudiantil, con el agravante de no estar garantizado el conocimiento del idioma español.

Se ha demostrado la falta de independencia entre los tres poderes del Estado, con un deterioro mayúsculo sobre manera en el Poder Judicial, donde la sociedad española y las autoridades Europeas la sitúan a niveles tercermundistas.

Se ha demostrado que los órganos reguladores del sistema financiero, Banco de España, CNMV, CNC, Tribunal de Cuentas, Intervención General del Estado, han alcanzado un desprestigio de sus actuaciones que lesionan el interés público general.

Ha quedado demostrado, que a esta confusión, determinados medios de comunicación, hipotecados por las subvenciones y patrocinios del ejecutivo, están contribuyendo a un enfrentamiento entre los españoles.

Ha quedado demostrado, que el paro del 17% es el más alto de Europa, con lo que el principio constitucional del derecho al trabajo para todos los españoles es una pura ficción.


Ha quedado demostrado que la deuda y el déficit, ponen en evidencia la banca rota del Estado.

Ha quedado acreditado que todos los gobiernos de la democracia han sido objeto de procesos judiciales.

Ha quedado acreditado que la corrupción anida en este régimen, que ha adquirido carta de naturaleza, sin que los mecanismos de control y sanción tengan la capacidad de erradicar este cáncer que ya tiene metástasis.

Ha quedado demostrado que los movimientos independentistas en diversas partes de nuestro territorio están socavando la unidad de España.

Y por último, el principio fundamental, esencial en un estado de derecho, persistente en el respeto a las leyes, se ha hecho pedazos agravado por la quiebra de otro principio constitucional, el de la seguridad jurídica donde la ciudadanía cada día está absorta ante tanto cambio y contradicciones en nuestro ordenamiento jurídico.

España, se desangra, la pobreza extrema alcanza ya el millón de españoles, mientras la casta política no ha renunciado a rebajar sus suculentos sueldos.

Un país donde se profanan tumbas por las autoridades (recuérdese la profanación de la tumba de Franco.)

Un país donde las cloacas del Estado campan a sus anchas.

Un país donde las interceptaciones telefónicas, se producen al margen de la autoridad judicial.

Un país con un Servicio de Inteligencia, el CNI que actúa en ocasiones en misiones al margen de sus estatutos y malversando fondos. (Véase caso Corinna)

Un país con unos sindicatos del sistema trincando subvenciones públicas de manera voraz, desenfrenada e ilícitamente.

Un país con un Rey emérito con comportamientos nada ejemplarizantes.

Un país, que rechaza su historia, que la manipula torticeramente dando una respuesta de odio, de venganza con la Ley de Memoria Democrática, no merece que siga siendo gobernado bajo el paraguas del régimen del 78, por unos políticos que han emponzoñado las Instituciones y creado un clima social de repulsa generalizada.


Ante este panorama desolador es necesario un nuevo orden constitucional que puede producirse de dos maneras.

Mediante una revolución (que por supuesto rechazamos) o a través de mecanismos democráticos ofreciendo las nuevas formaciones políticas, limpias de polvo y paja un programa con un nuevo orden constitucional que devuelva a España y a los españoles, la dignidad, el respeto a la legalidad vigente, un puesto de trabajo y una vivienda digna.

Reitero, no cabe en ese nuevo orden constitucional de amortización del régimen del 78, las propuestas Bolivarianas de los socios de gobierno de Pedro Sánchez. Ese nuevo orden constitucional se debe mover dentro de los parámetros de las democracias europeas.

Ha quedado acreditado el fracaso de las nocivas leyes de educación con perjuicio para toda la comunidad educativa y estudiantil con el agravante de no estar garantizado el conocimiento del idioma español.