lunes, 3 de enero de 2022

Apariciones de la VIRGEN en Garabandal (ESPAÑA). Por J. Mª Manrique

Garabandal I (X)
 3/1/2022

Garabandal desde Los Pinos. Situación en el mapa.

“Hasta San Sebastián de España (até Sao Sebastiao da Hespanha)” dijo la Virgen cuando se despidió de los pastorcitos portugueses el 13 de octubre de 1917. Así se publicó en un libro carmelitano editado en Brasil hacia los años de 1930, al que tuvo acceso el padre Alipio Martínez Fernández, quien se lo comunicó al Obispo de Santander, Monseñor del Val, en 1990. Monseñor João Pereira Venâncio, que fue Obispo de Leiría-Fátima entre 1958 y 1972 (murió en 1985), año en que dimitió, dijo que no comprendió el significado del anuncio hasta que conoció las Apariciones de “San Sebastián de Garabandal”, pues ese era el nombre completo del pueblecito santanderino en el momento de las apariciones.

Mons. Pereira y Conchita. La Virgen de Garabandal y cronograma de las Apariciones. Benjamín Solari Parravicini -B.S.P.- 1938 (1898-1974, Argentina): “Cataclismo. El Papado tendrá nuevas normas. Lo malo de ayer dejará de serlo. La Misa será protestante sin serlo y los protestantes serán católicos sin serlo. El Papa se alejará del Vaticano en viajes y llegará a América. En tanto, la humanidad caerá. Humanidad. Mar de mares”

Fátima y Garabandal

Dado que la tercera parte del mensaje de Fátima no se dio a conocer en 1960, tal como Lucia testimonió que ordenó la Virgen, parece lógico pensar que ello dio lugar a que Nuestra Madre volviera a aparecerse en 1961 para comunicar sus Mensajes. También debemos tener presente que Juan XXIII convocó en 1962 el Concilio Vaticano II, cuyos torcidos enfoques y aplicación, por muchos propiciados, han sido fuente de tantos y tan graves errores

Monseñor Pereira, quien consideraba a las Apariciones de Garabandal como una continuación de las Apariciones de Fátima, dijo: “el Mensaje dado por la Santísima Virgen María en Garabandal es el mismo que antes dio en Fátima, adaptado a nuestro tiempo. La Bendita Virgen no pudo decir en Fátima en 1917 sobre la crisis del sacerdocio y la crisis doctrinal, especialmente la Eucaristía, porque no existían tales crisis en ese entonces, por ello lo dijo luego claramente en Garabandal… Es Garabandal extraordinario en sus perfiles proféticos, porque es la primera vez que un Milagro coincidirá con un gran evento en la Iglesia, lo cual tendrá como consecuencia que el carácter profético de Garabandal sea inmenso”.

Las Apariciones Marianas de Garabandal

1961: las videntes, el Brigada Álvarez Seco 
y Merecedes Salisach (parcialmente tapada).

San Sebastián de Garabandal es un pueblo santanderino situado a los pies de la histórica Peña Sagra y en las estribaciones de los Picos de Europa, en las inmediaciones de las provincias de Asturias y Palencia. Está asentado en una pequeña meseta en medio de las estribaciones de la cordillera Cantábrica, a 600 metros de altura, a 90 kilómetros de Santander y unos siete de Cosío, desde donde se accedía por un difícil camino.

Como escribió en su informe el Brigada de la Guardia Civil Juan Álvarez Seco, Comandante Jefe de la Sección de Puentenansa, demarcación a la que pertenecía:

“la pequeña aldea montañesa de S.S. de Garabandal, compuesta por unos 70 vecinos aproximadamente… Las costumbres de sus habitantes son primordialmente religiosas. Jamás olvidan, bajo pretexto alguno, el rezo del Ángelus, tan pronto como el reloj señala las doce horas (mediodía). Por la tarde rezan el santo rosario dirigido por el cura-párroco, y en su ausencia, por la maestra o por la viuda Maximina. Al entrar la noche, la mujer de Simón y madre de la vidente Jacinta sale por el pueblo con un farol y una campanilla, y recuerda a todos los moradores las últimas oraciones de la jornada. Los domingos, después de haber oído la Santa Misa en la iglesia humilde y antigua, se toman un poco de descanso. Por la tarde, la juventud se reúne debajo de uno de los porches, y cantan y se divierten al son de una pandereta, destacando el respeto y honestidad en sus voces y movimientos”.

El informe escrito del brigada es quizá el más determinante testimonio de las apariciones para quien quiera conocer las Apariciones de Garabandal (AQUÍ).

Con el fin de prepararlas para la venida de la Virgen María en la tarde del domingo18 de junio tuvo lugar la primera Aparición de San Miguel a Conchita González González (nacida el 7 de febrero de 1949, 12 años), Jacinta González González (nacida el 27 de abril de 1949), Mari Loli Mazón González (nacida el 1º de mayo de 1949) y Maricruz González Barrido (nacida el 21 de junio de 1950). A pesar del apellido González, común a las cuatro, no tenían parentesco próximo entre sí. Así pues, en el momento inicial tres de ellas tenían 12 años y la cuarta 11.

El 8 de agosto de 1961 el jesuita Padre Luis María Andreu fue el primer sacerdote que vió a la Virgen de Garabandal al mismo tiempo que las niñas (gritó cuatro veces: ¡milagro!); también vio el Milagro “que viene” y, cuando bajó al pueblo, dijo al párroco de Cosío y Garabandal D. Valentín Marichalar: “lo que las niñas dicen es verdad”. Luego, durante el viaje de vuelta a Cosío dijo: “Para mí ya no hay duda de que lo que dicen las niñas es verdad, ¡qué gracia más grande me ha dado la Virgen!, ¡qué Madre más buena tenemos en el Cielo!, hoy es el día más feliz de mi vida”. Murió de felicidad y sin dolor durante aquel corto viaje. Las niñas tuvieron visiones con él después e incluso les enseñó el Ave María en griego. Dejó escrito un informe muy revelador e importante de lo por él observado de primera mano.

Valentín, el párroco, terminó creyendo en las apariciones porque recibió la prueba personal e inequívoca que él mismo había pedido a la Virgen.

El sacramento de la Eucaristía estuvo muy presente en el mensaje de Garabandal. Las niñas recibieron la comunión frecuentemente, administrada por el Arcángel San Miguel. Hay muchas fotografías donde aparecen comulgando, pero sin que se vea la Hostia. Pero el 18 de julio de 1962 Conchita entró en éxtasis y una Hostia visible apareció repentina y misteriosamente en su lengua; fue el denominado ‘Milagruco’ pedido por la niña. Don Alejandro Damiáns y Damiáns logró hacer de este milagro una película con su tomavistas. Años después, en Peña Blanca (Chile, de 1983 a 1988) hubo similares comuniones milagrosas, de las que se hicieron fotografías nítidas de día.

El sábado 13-XI-1965, Conchita, que aún vive (también Mari Cruz), fue testigo de la última aparición en Garabandal; luego tuvo algunas locuciones más. En total fueron unas 2.000 apariciones/locuciones, incluyendo la del Sagrado Corazón de Jesús, las de la Virgen (del Carmen) fundamentalmente, y las de los arcángeles Miguel y Gabriel, y el apóstol Santiago. En una ocasión se congregaron en el pueblo unas 20.000 personas atraídas por ellas.


El ‘Milagruco’. Loli dando a besar a la Virgen medallas. Jacinta y Loli caminando en étaxis hacia delante y de espaldas, de noche y con la cabeza hiper extendida hacia atrás. Loli levanta con facilidad a Jacinta en éxtasis. Las cuatro niñas en éxtasis en “El Cuadro”. La empinada y accidentadísima subida a “Los Pinos” por “La Calleja”.

Los éxtasis

Como manifestó la escritora Mercedes Salisachs, «no puede haber explicación posible para describir no sólo la ‘caída’ (el golpetazo de rodillas) de las videntes, su expresión y movimientos, sino el clima de respeto que se produce siempre en cuanto “llega la aparición”».


Las apariciones iban precedidas de tres “llamadas interiores” de intensidad era cada vez mayor. Muchas veces sus rostros adquirían una expresión beatífica de gran belleza, se les dilataban las pupilas y echaban la cabeza completamente echada hacia atrás (hiper extensión del cuello), incluso caminando. Y ya fuese por minutos o por horas nunca sufrieron lesión muscular o fatiga alguna. Perdían la sensibilidad táctil. Cuantas veces cayeron violentamente de rodillas sobre los adoquines o las piedras, no se hicieron daño, y hay que tener en cuenta la instantaneidad de las caídas (en las películas de las cámaras “súper 8”, e incluso de 8 mm, se pasaba de un fotograma en el que las niñas estaban de pie al siguiente de rodillas); eran insensibles al contacto físico, los “flases” de las máquinas de fotos, los pinchazos, incluso con agujas de coser sacos, y las quemaduras de cerillas; la rigidez y el peso que adquirían sus cuerpos era tal que incluso dos hombres no pudieron levantar a una, mientras ellas se alzaban con facilidad para acercarse a la Virgen.

Además de las comuniones místicas, a veces levitaban: el citado Brigada Juan Álvarez atestiguó una de ellas, aunque no le dio tiempo a pasar la mano por debajo del cuerpo de Conchita, el doctor Celestino Ortiz Pérez hizo lo mismo en otra ocasión, y un guardia civil pasó su fusil por debajo en una tercera. En ocasiones sufrían “caídas extáticas”, pasando de estar de pie a inclinarse hacia atrás hasta quedar en posición horizontal al nivel del suelo, pero sin tocarlo, sin usar las manos y sin que sus ropas se levantaran indecorosamente, poniéndose de pié de igual inexplicable manera. En ocasiones el movimiento de las cuatro era sincronizado.

Durante las “marchas extáticas” iban con la cabeza hacia atrás, incluso andando de espaldas y por caminos muy difíciles, empinados y a veces de noche, resbaladizos por lo mojados, e incluso a paso rapidísimo que hacía casi imposible el seguirlas; podían detenerse instantáneamente o deslizarse por el terreno con los brazos abiertos, tocando apenas el suelo con la punta del pie solamente. Una vez, tres de las niñas iban agarradas del brazo camino del cementerio y pasaron por una tabla que salvaba un arroyo, tan estrecha que sólo cabía una persona, pero las tres pasaron a la vez: la del medio por la tabla, y las otras dos por el aire. A pesar de ello no sudaban y tenían el pulso normal y la respiración normal.

Algunas personas hacían llegar a las niñas diversos objetos durante los éxtasis, los cuales eran presentados por estas a la Virgen, sin conocer a los dueños y sin ningún orden, siendo devueltos siempre sin error a sus propietarios (hierognosis: reconocimiento de personas y objetos sagrados ocultos).

Los Mensajes: El Castigo

1er mensaje (18-X-1961):

“Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia. Tenemos que visitar al Santísimo con frecuencia. Pero antes tenemos que ser muy buenos. Si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos, nos vendrá un castigo muy grande”.

2º mensaje (18-VI-1965). La Virgen dijo:

“Me da mucha pena decíroslo Yo, pero os lo tengo que decir para vuestro bien”, por esta causa fue el Arcángel San Miguel quien lo dijo a Conchita:

“Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los Sacerdotes, Obispos y Cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas. La Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del Buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si Le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y Nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más, pensad en la Pasión de Jesús.

Arriba la iglesia y el pueblo. 
Las videntes y el párroco justo detrás de ellas, en 1961

“Las noches de los gritos”: El Aviso y El Milagro

La víspera del Corpus de 1962 (jueves 21 de junio), el martes 19 a las 22:30 estaban Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz en el ‘Cuadro’ (un lugar acotado con troncos en “La Calleja”, el empinado camino hacia “Los Pinos”), según el párroco D. Valentín: «“las niñas lloraban y decían: “¡No nos digas eso! Llévanos a nosotras… ¡Que se confiesen… que se preparen!” … Duró cincuenta minutos”».


Según los apuntes de don Celestino Ortiz, a Conchita … “su madre no la dejaba salir, por tener bastante mala una rodilla. De pronto, la niña se queda en éxtasis, cayendo tan bruscamente de rodillas, que se hizo sangre. … extática como estaba, cogió una cuartilla y sosteniéndola por el borde inferior, ¡en el aire!, empezó a escribir sobre ella con un bolígrafo”.

«La Virgen nos ha dicho (es difícil precisar si fue la Virgen quien personalmente les dijo estas cosas, o lo hizo por medio del arcángel…) que no esperamos el Castigo; pero, sin esperarlo, vendrá; porque el mundo no ha cambiado, y ya lo ha dicho con ésta dos veces; y no la atendemos, porque el mundo está peor; y hay que cambiar mucho, y no ha cambiado nada. “Preparadvos (forma incorrecta del imperativo, en vez de preparaos), confesar, que el Castigo pronto vendrá, y el mundo sigue igual… Lo digo: que el mundo sigue igual. ¡Qué pena que no cambie! Pronto vendrá el Castigo muy grande, si no cambia”». (Mensaje del 19 de junio de 1962, con las firmas de Mari Loli y Jacinta).

De acuerdo con las declaraciones del marido de Jacinta a la revista neoyorkina Needles (febrero de 1978), lo que Loli y Jacinta vieron y entendieron durante la primera “noche de los gritos” fue a propósito del Aviso, y la noche siguiente (miércoles 20) fue cuando ellas dos y Conchita tuvieron las visiones sobre el Castigo. Parece que, o Jacinta y Loli no entendieron bien por entonces la distinción entre Aviso y Castigo, o que ellas, deliberadamente, guardaron completo silencio a propósito del Aviso, pues sólo Conchita, y ya tardíamente (como consecuencia de su visión del 1 de enero de 1965), empezó a decir cosas sobre un Aviso que iba a venir antes del Milagro.
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