sábado, 2 de abril de 2022

Blas Piñar: figura emblemática y… ¿olvidada?

Blas Piñar: figura emblemática y… ¿olvidada?
 2/4/2022 

Fco. Torres García

La Editorial SND, que dados los tiempos que corren no podía ser otra, ha publicado dos monumentales trabajos del mismo autor, el reputado Francisco Torres García, dedicados a Blas Piñar, personaje histórico, en su día emblemático, dotado de una extraordinaria inteligencia y desde luego patriotismo, que de manera aún difícil de comprender, fue abandonado por los suyos que, aunque llenaban sus mítines no le votaban.


Con «Blas Piñar. Dadme una camisa azul» y «Blas Piñar. Por mi fidelidad a Franco», ambos estudios biográficos con textos seleccionados y notas aclaratorias, Francisco Torres García viene a llenar una importante página de nuestra historia más reciente que, también de manera incomprensible, permanecía prácticamente vacía, pareciendo que tras ese abandono de los suyos, la propia Historia castigaba a Blas Piñar con el olvido, única forma de que los hombres desaparezcan totalmente y para siempre de la faz de la tierra, o sea, de la memoria de los demás.


El el primero de los libros citados, se recoge como Blas Piñar, que tuvo la oportunidad de escuchar a José Antonio, que militó en la Falange clandestina durante la guerra en el Madrid frentepopulista y que fue miembro del SEU al acabar la contienda, debe ser considerado como uno de los relativamente escasos continuadores ideológicos de José Antonio, porque además una parte importante de su discurso se asienta en conceptos joseantonianos que, en ocasiones, amplía y precisa; discurso político el suyo en el que consideró que el pensamiento de José Antonio, como también el de Ramiro Ledesma, había sido un eslabón fundamental en la actualización de lo que Blas denominó la «doctrina nacional».


En el segundo de los libros citados, el autor penetra más concretamente en la biografía de Blas Piñar, y por ello en la historia reciente de España, a caballo su discurso, siempre a contracorriente de lo políticamente correcto que le tocó, no sólo vivir, sino sufrir. Lo que nunca le arredró, ni mucho menos siquiera le tentó con cambiar, porque conservó siempre intacta una inquebrantable lealtad a la figura y obra de Francisco Franco; a pesar de que dada su talla intelectual y honradez personal no siempre estuvo en sintonía con los gobiernos del Generalísimo sin eludir enfrentarse a ellos cuando el interés de España, según Blas, así lo exigía. Por eso, se puede asegurar que la suya fue siempre una lealtad crítica, haciendo bueno aquello de que sólo se critica lo que se ama.