lunes, 24 de octubre de 2022

¿Quiénes eran los cosacos de Rusia y Ucrania?

¿Quiénes eran los cosacos de Rusia y Ucrania?
7 junio, 2022


Los cosacos fueron sociedades de origen eslavo que prestaban servicios militares a gobernantes cercanos, sobre todo desde el siglo XVI. La mayoría de sus descendientes viven en Rusia y Ucrania, pero también en Kazajistán, Bielorrusia o Estados Unidos

Los cosacos fueron grupos y sociedades de origen eslavo asentadas en las estepas de las actuales Rusia y Ucrania que prestaban servicios militares a los gobernantes cercanos, sobre todo desde el siglo XVI. El término, de origen desconocido, se atribuye al tártaro kazak, que significa ‘hombre libre’ o ‘aventurero’. Descendientes de aquellos o identificados con su cultura, en la actualidad existen sociedades de cosacos en Rusia, Ucrania, Kazajistán, Bielorrusia e incluso Estados Unidos.

La primera mención de la palabra “cosaco” apareció en un documento de 1395 en la región de Rutenia, la mayoría ubicada en la Ucrania actual. Se cree que ya entonces estos jinetes seminómadas prestaban servicios militares, pero su importancia aumentó en el siglo XV, cuando llegaron hasta el mar Negro huyendo de las invasiones mongolas. Más tarde se asentaron en las estepas deshabitadas donde cazaban, pescaban o recolectaban miel. Con el tiempo se unieron campesinos en busca de refugio de los señores feudales. De esta manera, construyeron comunidades en torno a un krug, una asamblea presidida por el jefe o atamán.

Para el siglo XVI, los cosacos se establecieron en las tierras fronterizas y luchaban junto a rusos o polacos contra los saqueos tártaros. Viendo su potencial militar, el príncipe ruso Dmitro Vishnevetski los organizó al servicio del zar Iván IV el Terrible, que luchaba por Crimea contra los otomanos. Entre 1552 y 1556 fundó el Sich de Zaporiyia, un asentamiento en la isla Jórtytsia, sobre el río Dniéper. El poblado se estableció en un lugar fértil y protegido y quedaría bajo la órbita de la Mancomunidad de Polonia-Lituania, hasta que se levantó dirigido por Bohdán Jmelnitski para conformar el Hetmanato cosaco. Este Estado ocuparía la mayoría de la Ucrania actual entre 1649 y 1764, cuando quedó bajo protección rusa.

Por entonces, aparte de aquellos cosacos de Zaporiyia también existían los cosacos del Don o los del río Ural, entre otras comunidades. Aunque conservaban cierta autonomía, esta mermó con la consolidación del Imperio ruso, entre otras, contra revueltas de los propios cosacos. A principios del XIX, el zar Alejandro I les concedió privilegios a cambio de su servicio, y los europeos fueron testigos de esa fuerza militar de los cosacos cuando lucharon contra Napoleón en 1812. También serían clave en la guerra de Crimea de mediados de siglo, así como en la expansión rusa por Asia Central y Siberia.
De la represión soviética al resurgimiento con Putin

La Revolución bolchevique de 1917 puso en una encrucijada a los cosacos, en su mayoría fieles al zar. Sin embargo, en Rusia aprovecharon la caída de Nicolás II para proclamar la República Cosaca en 1918, que duraría hasta 1920 tras la oposición de los mencheviques y los monárquicos rusos, mientras que en Ucrania se restauró el Hetmanato apenas ocho meses. Durante la guerra civil rusa, muchos otros cosacos lucharon en el Ejército Rojo, pero aun así el triunfo revolucionario acabó con la autonomía permitida por los zares.

Como parte de la Unión Soviética, la Segunda Guerra Mundial supuso el resurgimiento de las unidades militares cosacas. Iósif Stalin, conocedor de su valía, invocó al patriotismo ruso para que lucharan contra los nazis. Sin embargo, muchos terminaron junto al Ejército alemán, reivindicando su independencia de Moscú. Lucharon en Stalingrado, Yugoslavia, Francia e Italia, donde incluso Mussolini llegó a ofrecerles un Estado independiente al norte, en la región de Carnia.

La derrota de los nazis, no obstante, supuso un nuevo golpe para la comunidad cosaca. Stalin, el primer ministro británico Winston Churchill y el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt plantearon la repatriación de los cosacos en la conferencia de Yalta, pero una vez entregados a la URSS la mayoría fueron deportados a Siberia o ejecutados.

La descomposición soviética planteó un nuevo escenario para la relación entre los cosacos y Moscú, sobre todo con la llegada del presidente ruso Vladímir Putin. Desde 2005, Putin les permitió servir como soldados, policías o guardias fronterizos. También lucharon en 2008 en la invasión de Georgia y en 2014 durante la anexión de Crimea. El Kremlin, además, ha aprovechado a los cosacos para proyectar su imagen, al usarlos como fuerzas auxiliares en los Olímpicos de Sochi en 2014 o durante el Mundial de fútbol de 2018, o como soldados cristianos en su alianza patriótica con la Iglesia ortodoxa. Por su parte, en Ucrania, los descendientes de cosacos en regiones como Zaporiyia han reivindicado su origen para hacer frente a la actual invasión rusa.