sábado, 20 de octubre de 2018

Justicia, Libertad y Moral por Michael J. SANDEL, premio PRINCESA de ASTURIAS de CIENCIAS SOCIALES 2018. "Debilidad del individualismo moral en la concepción liberal, que radica en que no podemos dar sentido con ella a obligaciones morales"

PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS DE CIENCIAS SOCIALES 2018
Michael J. Sandel (Minessota, Estados Unidos, 5 de marzo de 1953) se graduó en la Universidad de Brandeis (EE. UU.) y, tras conseguir una beca Rhodes, se doctoró en 1981 en el Balliol College de Oxford (Reino Unido). Un año antes de doctorarse, Sandel comenzó a impartir clases de Filosofía Política en Harvard, donde actualmente ostenta la cátedra Anne T. and Robert M. Bass.

Lo que hace Sandel es oponerse a esta concepción de la libertad, la cual entiende claramente deficiente, pues nos presenta como autores de la única obligación moral que nos constriñe. La debilidad del individualismo moral de la concepción liberal, entiende Sandel, radica en que no podemos dar sentido con ella a obligaciones morales que por lo común reconocemos. Sandel argumenta, y por ello puede incluírsele en la corriente comunitarista, que existen obligaciones más allá del consentimiento. Rechaza que cada uno de nosotros seamos independientes y no tengamos ataduras morales que no hayamos escogido. De este modo, apoyado en la obra de MacIntyre y su concepción narrativa de la persona, introduce una tercera categoría de obligaciones, las obligaciones de la solidaridad o de la adscripción, que no se pueden explicar refiriéndose a un contrato y que son particulares, que tenemos ante aquellos con quienes compartimos cierta historia, su peso moral derivaría de que se reconozca que la historia de mi vida se entrelaza con la vida de otros. Solo a través de esta tercera categoría podríamos explicar las obligaciones familiares, la obligación especial que los miembros de una familia tienen los unos con los otros; el patriotismo, la necesidad especial de satisfacer las necesidades de nuestros conciudadanos que no se extiende a todo el que viva en el mundo; o la obligación del pueblo alemán y americano de pedir perdón por el genocidio judío y la segregación racial respectivamente.