El gnosticismo antiguo resucitó las doctrinas de las religiones orientales que tenían dos divinidades dominantes: Mitra-Astarté de caldeos y fenicios, o Amón-Isis de egipcios, representantes de lo masculino (el sol, el conocimiento) y lo femenino (la naturaleza, la fertilidad, la madre tierra).
Zoroastro predicó a los persas el dualismo (maniqueismo) de dos divinidades enfrentadas: el bien (Mazda-Ormuz) y el mal (Ahrimán).
El “Pleroma” (plenitud) es el dios de los gnósticos, impersonal y lejano. Los “eones” son entidades emanadas de la divinidad en parejas, intermedias entre el dios y los hombres. El mundo material es el mal que no ha sido creado por el dios sino por el “demiurgo” (dios inferior) y por “sophía” (la sabiduría).
Como la materia es el mal, los gnósticos niegan la resurrección del hombre, creen que el hombre está constituído por materia, alma y espíritu. El alma (ánima) en la muerte sigue el camino del cuerpo si no ha practicado el ascetismo.
Solamente el espíritu de los gnósticos retorna al “Pleroma” no por sus obras ni por la gracia del dios sino por su naturaleza espiritual, lo que origina fatalmente el libertinaje moral.
Citemos algunos eslabones de la cadena gnóstica a los largo de dos mil años de herejías: Simón de Semaria el mago en tiempos de los apóstoles. Prisciliano, obispo hereje de Ávila que difundió (siglo IV) con éxito desmesurado el gnosticismo en Galicia. El judío Raschi interpretó (siglo XI) libremente la Biblia abriendo el camino a Lutero.
La secta cátara (albigenses) revivió (siglo XIII) la herejía dualista (Dios y Satanás) restableciendo la pobreza apostólica y el igualitarismo social. Negaban las indulgencias, el sacerdocio y la veneración a los santos. Como la materia y el mundo procedía de Satanás, prohibieron la procreación y admitieron la reencarnación y el libertinaje sexual. Fue necesaria una cruzada de exterminio para acabar con sus aberraciones. Martín Lutero encendió (1519) la herejía protestante con la disputa de las indulgencias frente al Papa y recogió varios componentes del gnosticismo.
El Rosacrucismo, secta anticatólica, influyó (siglo XVII) en el filósofo racionalista Descartes y en el científico Newton, fundador de la “Royal Society” de Londres, que mezcló calvinismo, esoterismo y alquimia.
Juan Pablo II manifestó que el gnosticismo es el mayor enemigo de la Iglesia desde los primeros siglos. El bienestar económico, consecuencia del desarrollo de las dos posguerras mundiales, ha arrinconado mayoritariamente la práctica religiosa dejando un vacío que está llenando el gnosticismo que predica la evasión de la realidad y el esoterismo (parasicología, extraterrestres, etc).
El neognosticismo se presenta en dos formas, como sistema ideológico-religioso y como talante que impregna la filosofía, la psicología, la literatura y la política.
Jules Doinel, maestro de su logia y archivero del museo masónico de Francia, fundó (1890) la iglesia gnóstica que marca el nacimiento del gnosticismo moderno. En su concepción influyó la lectura de los textos gnósticos del siglo II y de los cátaros. Un índice de la expansión de la herejía está en la España de la Transición, se implantaron unos 90 grupos. Los fundadores de todas las sectas gnóstias han sido masones.
El neognosticismo como talante es una constante del pensamiento filosófico desde Hegel y Heidegger a Lukács. El marxismo está impregnado de la gnosis al igual que la literatura (Umberto Eco). La psicología de Jüng es gnóstica y también la teología que somete el dogma al historicismo relativista (liberacionismo).
Numerosas sectas han sido influenciadas por el gnosticismo como “La ciencia cósmica”, “Los clistinos” rusos que practican técnicas orgiáticas similares al chamanismo y otras muchas.
Algunas coincidencias entre gnósticos antiguos y modernos:
- se consideran frecuentemente cristianos
- su concepto de divinidad no es cristiano
- proliferan como setas
- creen en la reencarnación de las almas
- predominio de lo irracional
- práctica del esoterismo en círculos iniciáticos
- preferencia por los evangelios apócrifos
- interpretación alegórica de la Biblia en los pasajes que se prestan a lo esotérico y a lo críptico.
Fuentes:
- Manuel Guerra Gómez:
- Cien preguntas clave sobre la New Age (2004)
- Diccionario Enciplopédico de las Sectas (2005)
- La trama masónica (2006)